Capítulo 1

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-¡Date prisa llegamos tarde!

-¡Ya voy, dos minutos Sam!

Haber vamos un poco más despacio, os resumo como han pasado estos tres años y como he llegado a vivir en L.A con mi mejor amiga, Simón y Devon.

Acabé mi carrera de diseñadora gráfica, fui novia de West, me llamaron para trabajar en L.A con Sam y Devon, terminé con West, Simón se mudó con nosotros...lo normal, ¿Qué como acabé con West? Digamos que por cuestiones inexplicables de la vida acepté ser su novia pero parece que el karma me jugó una mala pasada con él. En fin, solo hay que mirar lo bueno y que tengo unos buenos amigos en los que puedo confiar y tengo que salir del baño porque Sam me mata.

-Ya estoy, vámonos.

-Tú y tu costumbre de llegar el primer día tarde siempre. –rió.

-No es mi culpa que el despertador no suene.

-¿El despertador es el móvil? Que yo sepa un despertador normal es esos relojes antiguos o modernos que se apagan con una palanca. –dijo irónica.

-Deja tus ironías para más tarde.

Sam salió del piso y cerré la puerta con llave, en el ascensor a Sam se lo ocurrió la maravillosa idea de preguntarme algo.

-Alba.

-Dime Sam.

-¿Te imaginas que aparezcan dos chicos en tu oficinal como el primer día de uni con Calum y Josh?

-La miré de arriba abajo con mala cara -¿Pero tu que has desayunado hoy? Claro que no pasará loca –me crucé de brazos.

-Bueno, solo era una pregunta. –levantó sus manos.

-Mejor ahorra saliva para hablar con Devon y los ingenieros.

-Que humor por las mañanas. –dijo en susurro.

-Te he oído y no quiero hacer ningún comentario al respecto.

Después de aquella conversación 'si a eso se le puede llamar conversación a esas estupideces' entramos en el coche dirección hacia el edificio, Lunes, por la mañana, un tráfico increíble.

-Genial, encima un atasco –dije con sarcasmo.

-Tranquila le explicaremos nuestro retraso, pongamos música.

Sam toqueteo la radio y puso Europa_fm, por suerte divina el atasco se disolvió en unos cuantos minutos y llegamos justo a tiempo a la oficina.

En recepción había un chico joven aproximadamente de unos veinticinco años tecleando en el ordenador muy concentrado hasta que Sam lo saca de su trance.

-Hola, somos las nuevas diseñadoras y si nos hace el favor de decirnos donde se encuentra el ingeniero Gómez.

-Por su puesto las está esperando en su despacho, todo recto al final del pasillo a la izquierda. –dijo muy sonriente.

-Muchas gracias.

-Que tengan un buen día. –le guiñó un ojo a Sam.

-Mejor le omitiremos esta escena a Devon.

-Si, creo que es lo mejor.

Fuimos por el pasillo que nos dijo el recepcionista y efectivamente estaba ahí un hombre vuelto de espaldas hablando con otras dos personas. La verdad es que este edificio era todo de lujo, empezando por el suelo y terminando por los más insignificantes picaportes.

Entre Dos IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora