01. First meet

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[ 7: 25 a.m. ]

Día lluvioso por la mañana, las calles de Seoul estaban infestadas por la muchedumbre y sus conversaciones. La estación de metro no solía llenarse cuando los diluvios caían, por lo que no había mucha gente a las que el chico pudiera observar. Se podían escuchar las platicas ajenas por el sonido del eco que predominaba bajo tierra, sin embargo, otras personas preferían guardar silencio y pasar desapercibidos, Jungkook era una de ellas.

El chico de 17 años se encontraba sentado en la banca del rincón, su lugar especial, con un libro en mano mientras nerviosamente sus piernas no paraban de agitarse de arriba a abajo con cierta rapidez. Pero le gustaba estar ahí, apartado, mientras continuaba con su pasatiempo de día a día, el cual consistía en meditar sobre cómo les estaría yendo en su vida a las personas, qué desayunarían en las mañanas y cuál sería su destino, preguntas que nunca tendrían respuestas claras pues solo observaba de lejos, jamás se atrevería a llegar y preguntarle a dicha persona sus dudas. Así es, Jungkook era un chico curioso al cual le era inevitable pensar en aquellos detalles sin valor.

No había algo en particular para destacar de su vida, además del hecho que tenía una ligera obsesión con la novela "La Bella y La Bestia", pues era un cuento que su madre le narraba en las noches para que este se fuera a dormir, y a él le parecía fascinante la idea de que una chica tan hermosa cayera enamorada por una persona con un mal carácter y un físico nada atractivo, le gustaba esa idea de que él podría encontrar su verdadero amor de una manera tan mágica, por supuesto, tampoco se ilusionaba, quiero decir, es un chico, y los chicos no suelen pensar de esa manera.

Igual podríamos decir que Jungkook es un poco antisocial, pues su único verdadero amigo del colegio era su vecino de la infancia y estaría seguro que si no fuera por ese hecho, él estaría recorriendo los pasillos de la escuela solo. Su rutina diaria era demasiado común, despertar, alistarse para el colegio, ir a la estación de metro para poder dirigirse a la escuela, soportar las materias y a los profesores, regresar y pasar toda la tarde seguramente leyendo manga, ver una que otra serie o anime, hacer sus tareas y deberes, y finalmente ducharse e ir a dormir. Nada fuera de lo común.

Pero este día sería distinto.

Debía de esperar a que su transporte llegara, mientras el podía observar a la gente abordando. En uno de esos recorridos que sus ojos hacían por toda la estación, pudo divisar a un chico al cual nunca había visto, y crean que para que esto ocurriera debería de ser un milagro pues Jungkook ya reconocía los rostros que pasaban por ahí en las mañanas. Le llamó la atención, claro está, ahora tenía un nuevo objetivo para escanear.

El chico tenía un cabello castaño casi llegando al rubio y su corte de cabello era en forma de hongo, su estatura no era ni tan alta pero tampoco tan baja, según a los ojos de Jungkook, y podía admitirlo, un rostro atractivo a simple vista. Se acercaba con un paraguas en mano, el cual iba cerrando en el momento en que se dirigía hacía donde Jungkook se encontraba sentado, acortando la distancia entre ellos.

El chico entró un poco en pánico, nadie jamás había ido a sentarse a su lado, se le hizo demasiado extraño el que quisieran compartir asiento con él, pues daba una sensación de ser un niño extraño. Decidió bajar la mirada y dirigirla hacía las palabras de su libro y fingir que seguía su lectura. El chico encantador, sí, Jungkook ya le había puesto apodo, se acomodó a un lado suyo dejando el paraguas a su costado y estirando piernas y brazos como si se acabará de levantar.

El chico encantador miró por su rabillo del ojo al menor sentado a su lado, dirigió su mirada hacía él, y le dedicó una gran sonrisa junto con un cálido:

-Hola. -Sonó calmado.

Ahora sí podría decirse que le daría un infarto de los nervios. El estado actual de la situación puso a Jungkook en un aprieto, para empezar no era de los que le hablaba a extraños, no tenía ni la menor idea de que decir. Cualquier persona en su lugar solo diría un simple "Hola" y regresaría a su lectura, pero él no era cualquier persona. Sabía que el no contestarle sería descortés de su parte, pero no sabía como lidiar con aquella situación así que solo decidió ignorar aquel saludo y seguir con su mirada fija en el libro, encogiéndose de hombros cada vez más.

-¿Qué estás leyendo pequeño? -Se atrevió a preguntar.

¿Pequeño? ¿lo acababan de llamar pequeño? Se sintió un poco ofendido pues considerando el físico del otro, probablemente se llevarían máximo dos años, ¿acaso se veía tan chico? Se avergonzó un poco, nadie jamás le había dicho de esa manera. Aquel acto del mayor causó que el "pequeño" hundiera más su rostro en el libro, todo lo contrario a lo que quería lograr.

El chico encantador se percató de sus palabras, un poco ofensivas quizá, se rió para sí mismo en silencio pues no se había percatado del uniforme del otro, lo que quería decir que eran compañeros de colegio, pero el mayor no podía adivinar su edad si no podía ver su rostro detrás del libro... "Oh, La Bella y La Bestia", pensó en sus adentros. Decidió intentarlo una vez más.

-¿La Bella y La Bestia? ¿te gustan los cuentos clásicos?

"¿Cuándo se irá este Chico Encantador?" Se preguntaba Jungkook mientras fingía que prestaba atención al libro y pretendía no haberlo escuchado, cuando en realidad lo que quería era que se quedará unos minutos más, quería escuchar su voz cálida y quería que se acercara más a él mientras este se alejaba, quería que siguiera insistiendo. Porque para Jungkook, que una persona le hablara lo podía poner contento, que alguien se interesara en él y en su lectura era algo que no pasaba nunca, probablemente le hablaba por cortesía pero a él no le importaba, por un momento el chico sentado a su lado lo hizo sentir normal, todas las personas que lo miraban sentado en aquella banca del rincón siempre murmuraban pequeñas críticas hacía él, pero jamás dijo nada, porque solo se dedicaba a observar.

Aunque no podía lidiar con la situación, pues no sabía como hacerlo, no significaba que no quisiera responderle, no significaba que no quería decir "Hola, sí, me encantan los clásicos, sobre todo este libro, ¿y a ti?" Pero era demasiada presión para el menor, y más cuando tenía a un chico tan atractivo queriéndole sacar una plática.

El mayor no era de los que se daban por vencidos (para la suerte de Jungkook), siempre conseguía sus objetivos así que siguió insistiendo con algo con lo que probablemente debería de haber comenzado desde un principio.

- Me llamo Taehyung, ¿y tú eres? -Soltó una pequeña sonrisa de lado.

El nombre de aquel chico encantador retumbó por los tímpanos de Jungkook, ahora sí que había llamado su atención pues sin darse cuenta, inconscientemente este apartó su mirada del libro y la dirigió hacía el chico que tenía a su lado, y que ahora tenía nombre, Taehyung.

Poco a poco fue alzando la cabeza haciendo que el mayor pudiera apreciar el rostro de este con mayor nitidez, sus ojos, un café demasiado oscuro para atreverse a decir que pasarían por negros como aceitunas, su nariz, una adorable un tanto grande como la de un pequeño perrito, y finalmente sus labios, tan delicados y finos, con una tonalidad rosada.

Y ahí estaba Taehyung, sonriendo como idiota porque finalmente había llamado la atención del menor. Tenía una cara de ilusión pues solo esperaba que salieran unas cuantas palabras de este, no importaba cuales fueran, si le decía que se fuera o lo mandaba al demonio, solo quería escuchar su voz.

Jungkook tomó una bocana de aire, se quedó observando un momento los ojos del mayor, sentía que se podría perder en esa mirada que estaba estancada en él. Finalmente pudo articular unas sencillas y cortas palabras, pero que cambiarían todo desde ese momento.

- Soy Jungkook, Jeon Jungkook. - Contestó.



┅ ♡ ┅

Este capítulo solo fue para introducir su primer encuentro.

Gracias por leerme.









Strangers. [vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora