Todo comenzó cuando tenía 9 años de edad, siempre se le facilitó hablar con las personas y conseguir el agrado de los demás. A diferencia de su mejor amigo, él se caracterizaba por ser bastante hablador y simpático. A pesar de esto, jamás dejó de lado a su amistad más cercana. Siempre estaba al pendiente de ese pequeño con dientes como los de un conejo, pues en ocasiones, los alumnos no perdían la oportunidad de hacerle burla al menor debido a sus incisivos.
Se conocieron en primer grado, cuando tenían tan sólo 6 años de edad. El menor procuraba sentarse en la esquina del salón para pasar desapercibido, pero a pesar de sus intentos, llamó la atención de un pequeño.
— Hola niño. — Incitó a comenzar una plática. El contrario giró su vista al lugar de donde provenía la voz. — Soy Jimin. — Este sonrió de par en par.
Pero el azabache lo ignoró por completo.
— ¡HOLA NIÑO, SOY JIMIN! — Gritó con la mayor fuerza con la que sus pulmones le permitieron.
Por suerte se encontraban en recreo y muy pocos alumnos estaban presentes en el aula, todos en el salón se sobresaltaron al escuchar aquél grito, incluyendo al menor.
— Niño, no grites. — Finalmente contestó.
— No soy niño. Soy Jimin. — Nuevamente le dedicó una sonrisa. — Estamos jugando afuera, ¿no te nos quieres unir?
— No. — Y sin más que agregar, el pequeño siguió su lectura.
— ¿La Bella y la Bestia? ¿No ese libro es para niñas?
Mala elección de palabras. Si el azabache lo ignoró una vez, ahora sería peor. Se sintió indignado de escuchar aquél estereotipo de parte de su compañero. Este se giró en su lugar para darle la espalda y ahora estaba decidido a evitar cualquier contacto con el mayor.
— Hey, ¿te enojaste?
No hubo respuesta.
— Oye niño, era broma. — Se empezaba a arrepentir de haber hecho ese tipo de comentario. — No me ignores.— Jimin quería llorar. Había hecho sentir mal a alguien y ahora perdería la oportunidad de hacer un nuevo amigo.
Intentaba buscar la manera de remediar su acto. Rápidamente encontró una solución.
— Mi parte favorita es cuando se muere Ganzón.— Dijo con toda seguridad.
Al escuchar aquello, el menor no evitó comenzar a carcajearse y soltar una lágrima de la risa. Finalmente volteó a ver al ya nombrado Jimin para dirigirle unas palabras.
— Es Gastón, no Ganzón.— De manera inesperada, sonrió.
— Ah, ya sabía. — El pequeño se coloró hasta las orejas mientras reía nerviosamente.— Perdón por lo de hace un rato Jungkook.
— ¿Cómo sabes mi nombre? — Sonaba confundido.
— Somos compañeros, por el pase de lista.— Respondió de manera obvia.
— No pensé que alguien prestara atención cuando la maestra me nombraba...— Su expresión cambió a una de soledad, frunciendo el entrecejo a su vez.
— Yo lo hago.— Jimin intentó demostrarle confianza con aquella sonrisa que se formaba en la comisura de sus labios.
Jungkook no supo como reaccionar ante las palabras de su compañero. Se sentía algo incómodo pero, por alguna razón, feliz al mismo tiempo.
— ¿Entonces no quieres jugar con nosotros?— Volvió a mencionar su oferta.
— No soy bueno interactuando con los demás, lo siento.— El azabache se encogió de hombros a la vez que bajaba la mirada.
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Strangers. [vkook]
RomanceUna estación de metro, una banca abandonada, el mismo destino, a la misma hora. Un libro títulado "La Bella y La Bestia". Dos personas opuestas en un mismo colegio. Desconocidos que nunca imaginaron que empezarían sus recuerdos y memorias juntos y q...