Narradora Lilith
Escuché pasos. Pasos que se acercaban. Mierda, era Aden. Joder, joder, joder...
Mi corazón empezó a latir intensamente y los pelos se me pusieron de punta. Notaba como las puntas de mis dedos adquirían un frío polar. Subí la cabeza y me encontré con Aden. Los años no pasaban por él, desde luego.
-Bueno...-empezó Olimpia.-¿no os vais a decir nada?
Abrí la boca para hablar cuando él me interrumpió.
-Yo no tengo nada que decirle.
-A ver, Aden... Que lleváis diez años sin veros.-comentó Olimpia sonriente.
-Por eso mismo. Ya me había olvidado de que tenía una hermana.
-Aden, no tienes que ser así...
-Deja de defenderme. Puedo hacerlo yo sola.-corté a Olimpia.
Ella se retiró y se marchó al baño.
-Aden,-dije captando la atención de mi hermano.-yo...
-¿Me lo explicas? ¿Me explicas que te ha pasado?
-¿Hum?
-Joder Lil.
Aden se acercó a mí y me propinó un manotazo en la cara.
-¿Qué haces?pregunté indignada.
-¿Qué te crees que iba a hacer? ¿Abrazarte? ¿Perdonarte?
-No, pero...
-Lilith, eres imbécil. ¿Qué te crees que hacías cuando te fuiste? Tendrías que haber visto a mamá cuando no te encontró en la cama por la mañana.
-Te he dicho que tenía mis razones. Antes, por teléfono.
-Eres estúpida. ¡Una gilipollas integral! ¿Te crees que yo no me preocupé por ti? Avisé a la policía y te busqué por mil sitios. Me dejaste destrozado. Eres una...
Me acerqué a Aden y le abracé.
-Lo siento.
Me agarró de los brazos violentamente y me sacudió.
-Lilith, despierta. ¿Crees que esa mierda de disculpa sirve?
-No sé.
-¿Cómo que no sabes?
Levantó el brazo con el fin de pegarme otra vez cuando alguien se lo impidió.
-Para. Es suficiente.
Miles.
-¡Te he dicho que no intervinieras!-grité.
-Lilith, no grites...-me reprochó.
-Pero...
-¿Quién eres?-preguntó Aden.
-Miles. Miles Kidman. Detective.
-¿Y qué pinta el Sherlock Holmes este aquí?
Miré a Miles nerviosa.
-Él... Él es mi... Mi pareja...
Miles abrió los ojos y contuvo el aire hinchando sus mofletes. Giró el cuello deprisa y me miró.
-S-sí. Miles es mi pareja.
Agarré el brazo de Miles y lo acerqué a mí.
Miré a Miles. Estaba sonrojado. Su cara lo decía todo. ¿Pero y esa expresión?
Miré el brazo de Miles. Estaba en mi pecho. Entre mis dos melones.
Ahora entendía su reacción.
Acerqué más el brazo a mi pecho para que se motivara a fingir.
-¿Enserio?-preguntó Aden.
-S-sí...-dijimos al unísono.
-Entonces no os importará contarnos vuestra historia de amor, ¿no? Has venido para eso, ¿me equivoco?
Qué equivocado estás, Aden.
Aunque realmente no sé para que había venido.
Nos sentamos en el sofá. Aden se sentó en el de enfrente, con Olimpia que venía del baño.
-Oli, ven. Van a contarnos su historia.
-¡¡Yaaay!!-exclamó ella mientras se sentaba aprisa al lado de Aden.
-Bueno... Empieza Lil, que se sabe mejor la historia.-comentó Miles.
Le miré indignada.
'Ha sido tu idea'-le leí los labios.
-Bien... Pues... Esto... Nos conocimos hace... ¿Tres años?
Miles asintió.
-En... En una cafetería... Esto... Entonces Miles se sentó en mi mesa... Y... Esta parte se la sabe mejor él.
Miles me miró cabreado.
'Te odio'.-le leí de nuevo los labios.
-Eh... Pues Lilith estaba sola cual marginada y fui a hacerle compañía.
Estaba leyendo un libro que,por casualidad, yo ya me había leído. Estuve frikeando con ella un rato y decidimos darnos los números.
-Luego Miles intentó meterme mano.
-¿Qué?
-No hagas como que no te acuerdas.
-Es que no me acuerdo.
-El caso es que nos liamos al siguiente día.
-Y el otro día le pedí matrimonio.
Miré a Miles.
¿Qué estaba diciendo?
-Ella me conquistó desde el primer día. Tan guapa y tan lista, con un escote para morirse... Em... Y me enamoré.Miles y yo nos miramos. Nuestras caras estaban muy cerca. Podía oler su aliento y escuchar sus respiraciones.
-¡Qué bonito!-exclamó Olimpia.
-Horrible. No tienes dos dedos de frente. Entonces, ¿has venido después de tantos años a decirme esto? ¿Con qué propósito?
-Aden, creo que no me estás entendiendo. Sólo quería aclarar las cosas contigo. Bueno, con lo nuestro, ya sabes.
-¿Qué quieres que diga yo?
-Aden... No me jodas. Lo sabes perfectamente. No sigo enamorada de ti.
-¿Enamorada?-preguntó Olimpia.
-Mi hermana estaba enamorada de mí.
-¿Es eso verdad?
-Sí, lo es.-dijo Aden.-Normal que fueses rechazada por todos. Eres una zorra. ¿Dejabas tirados a tus novios también?
-Demasiado.-susurró Miles, que se levantó y abofeteó a Aden.
-Miles, déjalo...-comenté cabizbaja.
-Si ella se fue, probablemente sería por ti, gilipollas.-comentó Miles con ira mientras agarraba a Aden de su jersey.
-¿Y a mí que más me da, lumbreras? Ella ya no es nada para mí. Ni siquiera mi hermana pequeña.
Levanté la cabeza y le miré.
-Aden, yo...
-¿Ahora te haces la inocente?
-Aden...
Respiré hondo.
-¡QUE TE FOLLEN, CABRÓN!-grité.
Agarré el bolso y me largué del lugar.
-¡Oye, Lilith!-gritó Miles persiguiéndome.
Lo sabía.
Sabía que no iba a poder ajustar cuentas con mi hermano.
Maldita sea.
Maldito sea.
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Memorias de una asesina
Chick-LitUna ex sádica, un policía corrupto y diez víctimas 'inocentes'.