Capítulo 14:

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"Los príncipes y las princesas no solo existen en los cuentos."

- Venga, ya casi está. Solo unos centímetros más.

Con un poco de esfuerzo conseguí mover aquel sobre decorado mueble de su anterior sitio. Tras dos días recuperándonos de las numerosas heridas que teníamos, decidimos buscar alguna rejilla de ventilación o algún hueco por el que pudiéramos escapar. Sin embargo, los muebles se encontraban abarrotados de ropa, complementos y antiguos recuerdos de algún desconocido.

Impresionaba la cantidad de detalles de aquel espacio compartido para tratarse de un zulo que nos mantuviera presos; incluso había varios tipos de caros conjuntos de ropa de diversos diseñadores de todas las épocas. No tenía sentido toda aquella meticulosidad para tratarse de un simple secuestro, con un futuro incierto. Algo no encajaba.

-No hay nada...- suspiré, esto se estaba convirtiendo en una opción más que tachar de la lista.

-Vamos, hay que seguir buscando. Debería haber alguna ventilación ya que esa ventana es falsa.- dijo el chico, con gran ímpetu en sus ojos. - Si no está tras los muebles a ras del suelo, solo nos queda el techo.

- ¿No podría estar tras algún cuadro o espejo? - pregunté.

- No debería. Hay que dejar un espacio entre la rejilla y la superficie para un correcto funcionamiento, además que los tubos situados detrás de las paredes no aguantarían si se dieran entre los tabiques. - dijo impresionándome. Este chico sin nombre para mí aun, era una verdadera caja de misterios.

- ¿Cómo es que sabes tanto de este tema?- exclamé sorprendida provocando una ligera risa por su parte mientras buscaba la manera de llegar al techo.

- Bueno, siempre me ha gustado el diseño y los edificios; además de que estudio la licenciatura de arquitectura en la universidad. - dijo orgulloso y sonriente, contagiándome su sonrisa. - De pequeño solía jugar a hacer edificios y me encantaba hacer castillos de arena en la playa; soñaba con realizar los mayores castillos para que todas las princesas del mundo vivieran allí.

- ¡No me esperaba ese sueño tan "femenino" para un chico tan varonil como tú!- dije divertida mientras alzaba una ceja.

- No es femenino, es caballeroso. -se quejó cruzando sus brazos en un intento de cabreo fallido por una tímida sonrisa. - Ya se... ¡Tú serás la primera princesa de mi gran castillo!- exclamó como un niño pequeño mientras se arrodillaba simulando una pedida de matrimonio. Yo solo podía intentar disimular mi risa por aquella extravagante escena.

- ¡Yo no soy una princesa! ¡Ni siquiera tengo un vestido!- dije siguiéndole el juego.

- ¡No dejaré que mi princesa no tenga el mejor vestido de todo palacio!

Sin parar de reírnos, él buscó hasta encontrar una tela de cortina y rodearme con ella; pareciendo más una manta que un .

Estuvimos durante varias horas en nuestros roles de "príncipe encantador" y "princesa en apuros"; llegando a olvidar por unos instantes nuestra búsqueda de salidas.

Tras colocarlo todo, nos tumbamos en la cama codo con codo; en el silencio de nuestras respiraciones. La tensión de los primeros días había desaparecido casi por completo, sobre todo tras nuestra estrafalaria escena de Disney. A su vez, me había hecho olvidar todo lo sufrido en aquel tiempo de mi largo secuestro por unos instantes; volviéndome a recordar que es la felicidad como algo simple y gratificante.

- Gracias por todo. - dije tras un suspiro.

- ¿Por qué? Todavía no he podido sacarte de esta pesadilla, para que me agradezcas nada.- colocó sus manos tras la cabeza tumbándose más cómodo.

- Pero me has hecho olvidar que mi vida ahora es una pesadilla de la que, por el momento, no podré escapar. Me has ayudado mucho en tan poco tiempo; además de que si no te llego a encontrar, me hubiera vuelto completamente loca.- dije intentando causar un poco de gracia.

- Muy cuerda no estas, "princesa"- dijo riéndose. -Pero no me tienes que dar las gracias; debería ser yo quien te las diera por ayudarme tras caer inconsciente y por estar aquí a pesar de que ni siquiera sabes mi nombre.

- No es un buen escenario para conocernos, pero podría decirse que somos amigos, ¿no, "desconocido"?

- Llevas razón, amiga "desconocida". - Nos sonreímos y pronto se hizo de noche en aquella habitación llena de sueños.

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