Cap. 4: ¿Traicionada?

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  Al entrar en la casa de mi "jefe", supongo que eso era, me lo encontré a el y a todos mis compañeros sentados, pero en cuanto me vieron entrar, rápidamente me abrazaron y felicitaron por mi trabajo.

 -Felicitaciones Madie, definitivamente eres una de ellos ahora. -Dijo Damien Becher refiriéndose a mis compañeros.

-Gracias, creo...Oye Becher. -Llamé su atención justo cuando el estaba volteando para irse. -Puedes responderme una pregunta?

-Seguro, que sucede?

-Luego de matar a Connor, decidí sentarme un rato a pensar, pero no fue mucho tiempo ya que de pronto, escuché patrullas acercándose...

-Te dije que nunca tardes en...-Decía Damien hasta que yo lo interrumpiera. -Lo se, no debo tardar en abandonar el lugar, pero me parece algo raro que las patrullas hayan llegado tan rápido sin que nadie les avisara lo que había sucedido. -Le dije.

-Tal vez alguien te vio y las llamó.

-No,no. Claro que no me vieron...Y por supuesto que alguien les avisó. -Dije teniendo una idea de lo que realmente había sucedido. -Y ese alguien fuiste tu! Como pudiste?! Me pudieron haber atrapado y encerrado en prisión por asesinato!

-Por que crees que lo hice, Madison?! -Me contestó Becher quien parecía sorprendido y enojado por lo que yo había descubierto.

-No lo se, tu dímelo...

-Pensé que eras mas inteligente...Lo hice para ponerte a prueba, tenía que comprobar que tan rápido podías escapar. -Dijo mas calmado y mirándome a los ojos.

-Y ¿que hubiera pasado si no hubiera corrido tan rápido?, ¿que hubiera  pasado si me atrapaban?

  El señor Becher tenía una buena razón, en parte estaba de acuerdo con que me probara, pero pudo haber salido todo mal para mi.

-Si te hubieran atrapado hubieras mentido como te enseñé y te hubieran dejado libre...Todo lo que te enseñé te servirá, ya lo verás Madison Willson.

No supe que decir, este hombre tenía todo calculado, era aterrador pero me hizo sentir mas segura.

-Ahora entiendes, ¿verdad?

-Si...-Le contesté a mi jefe y me dirigí a la cocina, tanta acción me había producido mucha hambre. Al entrar en la gran cocina, muy hermosa por cierto, vi a uno de mis compañeros, Dylan, un muy guapo chico de 21 años con unos hermosos ojos azules y cabello castaño. Se podría decir que me gusta, pero en realidad, hay tantos chicos que me parecen igual de lindos que él, lo que significa que no, no me gusta Dylan.

-Hola, felicidades, pasaste la prueba. -Me dijo mirándome con sus hermosos ojos.

No pude hablar, nunca en mi año aquí me había pasado algo como esto. Mierda, tal vez si me empezaba a gustar un poco.

-No vas a decir nada -Continuó. -¿No me vas a contar como te sientes ahora?

-Bueno...Sé que debería sentirme mal por lo que hice, pero en realidad...se siente bien, y...No sé por qué. -Le dije algo molesta conmigo misma.

-Oye - Dijo acercándose. -Esta muy bien que te sientas bien, acabas de matar a un criminal, quien tal vez en este momento estaría matando a alguien inocente. 

-Lo se, pero, no crees que al ser mi primera vez debería sentirme mal? Porque creo que es como debería sentirme ahora mismo.

-No, no para nada. Yo me sentía exactamente igual que tu cuando comencé...Me sentía bien pero creía que debía estar mal, pero luego Becher me dijo algo como lo que yo te dije. -Sonrió al confesar que su frase no era suya. -Y me calmó porque supe que él tenía razón. -Continuó.

Dylan y yo nos quedamos mirándonos a los ojos y luego me abrazó. Se sintió bien pero no fue algo increíble, lo que me comprobó que no siento nada por Dylan Thomson. 

Me preparé un sándwich y dejé a Dylan en la cocina, que al parecer estaba preparando una torta.

 En la sala estaban la mayoría de los chicos y chicas, algunos jugando video juegos, otros mirando T.V y otros que solo conversaban.  Tomé asiento en el sofá y me sumé al grupo que estaba mirando televisión. Sin contar que tengo que matar criminales, esto está bastante bueno, me llevo bien con todos y todas. Y me gustan los entrenamientos de pelea, sobre todo cuando le gano a los que parecen los mas fuertes.

The Best LiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora