El Diario De Emma

¿Cómo no me dí cuenta antes?

¿Cómo no me di cuenta de que Hailey sentía cosas por mi desde hacía dos años ya? 

Y sobre todo;  ¿Cómo no me dí cuenta antes de quién era Emma?

Es razonable la segunda pregunta, ya que la vi un par de veces y ahora estamos a unos meses de que empiecen las clases, quizá ahí pueda hablar con ellas.

"Daphne la seductora con sus labios rojos y ojos azules.. Cada chica que la ve cae a sus pies." ¿Suena bien ese título no? ¡Ay!, debo dejar de pensar idioteces y reírme durante dos minutos seguidos con cada palabra estúpida que digo. Quizás, soy un poco inmadura, quizás...

Ahora mismo me encuentro sentada en el balcón de mi casa tirando papeles a la gente que pasa caminando por la vereda, se podría decir que a veces soy un poco infantil, sobre todo cuando intento quitar mi aburrimiento y distraerme. 

Arrojo un papel a un señor que justo cruza por la vereda y acierto justo en su cabeza calva.

-¡¿Quién lanzó eso?! -dice el hombre gritando mientras se detiene mirando para arriba. 

Yo me acuesto en el suelo del balcón para que no me vea, al fin y al cabo sirve de escondite.

-¡¿Quién lanzó eso?! -digo en tono burlón e imitando su voz masculina.  

-¡Esas cosas no se hacen, maleducada! -exclama el hombre. 

Me empiezo a reír y me asomo por el piso del balcón, le lanzo otro papel mientras que largo unas carcajadas. El papel también acierta en el blanco; su calva cabeza al desnudo.

-¡Le diré a tus padres!

-Pues, no sabes ni quienes son. Aparte ellos no están aquí. -le respondí en un tono alto.

-Me quedaré aquí a esperar a que vengan entonces. -dijo él, muy seriamente y decidido.

-Vivo sola..

...

Durante unos minutos se queda en silencio sin saber que responder, hasta que por fin se decide hablar.

-Ya vamos a tener tiempo de arreglar asuntos, cuando sepa quiénes son tus padres ya verás. -respondió enfurecido.

Fruncí el ceño.

-Suerte en tratar de saber quienes son. Nunca lo sabrás. -le contesté riéndome. 

De pronto veo que una mujer se acerca a la puerta de mi casa y saca unas llaves de su bolso y las pone en la cerradura. Era mi madre que había venido de trabajar.

"Estoy frita." pensé.

-Señora, una pregunta; ¿Usted es la madre de la chica que está en el balcón? -le dice el hombre a mi madre.

Para mi suerte ella venía con unos auriculares puestos y estaba con su celular en la mano haciendo quien sabe qué, por lo tanto no lo oyó y entró a la casa y cerró la puerta.

-¿Ignorado? -le pregunto yo con un gesto de satisfacción en la cara.

El hombre me miró con un toque de furia en su rostro, se dio media vuelta y siguió su camino.