Era el tercer día de trabajo de Harry, y se encontraba bastante entusiasmado. Nada era mejor que trabajar en un antro junto a tu mejor amigo. Niall le había conseguido trabajar en la atención al público en uno de sus tantos locales, luego de que el ojiverde le insistiera demasiado. Harry odiaba estar siendo mantenido por sus padres, ellos le pagaban su carrera y también sus gastos, pero ya no más. Al menos podría pagar sus gastos personales con este empleo.
Los padres de Harry no estaban muy de acuerdo con que trabajara, ya que ambos eran dos de los abogados más importantes de Doncaster y podían darse el lujo de pagar lo que quisieran tanto a ellos como a su hijo, pero tampoco podían prohibírselo a sus 22 años.
La familia de Niall también era bastante adinerada, pero en nada se comparaba con los Styles. Los padres del rubio eran muy liberales y siempre apoyaron a su hijo en todas sus ideas. Así es como su padre lo apoyó en la idea de inaugurar su primer antro. Niall era un amante de las fiestas y ese había sido su sueño desde siempre. Pronto se convirtió en uno de los lugares más populares de aquella ciudad y pudo abrir dos más.
El trabajo a veces se volvía algo estresante ya que concurrían demasiadas personas, y a pesar de ser varios empleados no tenían mucho tiempo de descanso, pero siempre había unos minutos para beber algún trago y divertirse junto a su mejor amigo.
-Su margarita-dijo Harry entregándole el trago a una joven.
-Gracias-respondió guiñando un ojo y dejando un papel sobre la barra. Harry creyó que se lo había olvidado, pero al abrirlo vio un número de teléfono en él. Negó con la cabeza, y lo arrugó entre sus dedos sintiendo un calor en sus mejillas. Era incontable la cantidad de veces que sucedía aquello por noche, pero era muy difícil que se quedará con alguno de esos números... no le parecía nada interesante esa manera de ligar.
Ya casi daban las cinco y la gente comenzaba a marcharse. Le preguntó a sus compañeros dónde se encontraba Niall pero ninguno sabía.
A los pocos minutos el lugar ya estaba vacío, Niall seguía sin aparecer y sus compañeros debían marcharse.
Harry acomodó algunas cosas del lugar y caminó por el centro de la pista principal buscando a su amigo.
-¡Harry!-escuchó detrás de él.
Su cabello rubio se encontraba completamente despeinado y entre sus brazos estaba una muchacha de cabello castaño riendo sin motivos.
-¿Dónde mierda estabas?
-Oye... ¿crees que puedas quedarte a cerrar? Debo irme...
Harry sonrió divertido. Ya estaba acostumbrado a aquella escena. Niall aprovechaba al máximo su trabajo y de vez en cuando se llevaba una muchacha a su casa, cuando eso sucedía Harry tenía que quedarse a cerrar y organizar el dinero.
-Está bien, vete.
-Gracias, ¡adiós!
-¡Usa condón!-gritó mientras el rubio se alejaba y escuchó una carcajada de su parte.
Se dirigió hasta la caja a contar y organizar el dinero mientras el muchacho de limpieza terminaba con los baños.
-Señor Styles... he terminado, me voy.
-Ya te he dicho que me llames Harry, Bob-le respondió en un tono amable.
-Lo siento, Harry.
-Está bien. Ve con cuidado, hasta mañana.
-Nos vemos mañana.
Sólo quedaba el domingo y luego debería volver a la rutina. Ir a estudiar esa estúpida carrera para complacer a sus padres. Jamás se sintió atraído por la psicología, pero su padre se volvía realmente molesto e insistente y terminaba logrando que Harry hiciera la mayoría de las cosas que él quisiera. Sólo lo hacía para complacer a su padre, como casi todo lo que hacía.
Separó los billetes en diferentes fajos, escribió en un papel la cantidad que había y los guardó en una bolsa debajo de la barra, para que Niall lo retirara al día siguiente.
Tomó su abrigo, y las llaves del lugar. El sol comenzaba a asomarse y ya casi era de día. A veces cuando su padre no debía trabajar al día siguiente podía llevarse el auto de él, pero esta vez debería volverse en transporte público. Comenzó a caminar hacia una de las esquinas a la espera de que algún taxi pasara o quizás un Bus. Pasaron varios minutos y no había señales de nada, así que se sentó al borde de la acera, tomó algunas hojas de árboles que se encontraban en el suelo y comenzó a romperlas. Un auto se acercó a toda velocidad al lugar, Harry no se asustó ya que era algo bastante normal. Pensó que seguramente serían adolescentes ebrios que recién salían de alguna fiesta. El auto frenó frente a él y no hubo tiempo de pensar que sucedía. Dos hombres con sus caras completamente cubiertas bajaron y lo tomaron de los hombros, Harry forcejeó y soltó unos gritos, pero rápidamente abrieron la puerta trasera del auto y lo tiraron dentro, uno de ellos se quedó junto a él, atándole las manos y cubriendo sus ojos.
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Secuestrador - Larry Stylinson
Fanfiction...-Harry, honestamente no deseo para nada que vuelvas a ver a tu familia, ni que te vayas de aquí. Quisiera tenerte para mí siempre...