14.

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Louis se quedó estático, no sabía cómo actuar ante aquella petición. Harry se veía demasiado seguro de querer aquello, y el ojiazul se moría de deseo por hacerlo suyo, pero tampoco quería lastimarlo como la última vez.

-Yo no quiero lastimarte, Harry... la última vez fui muy idiota y...

El rizado unió sus labios apresuradamente, haciéndolo callar.

-Cállate, por favor, sólo... hazlo.

Louis asintió levemente, mirándolo a los ojos. No sabía cómo comenzar, se sentía como un estúpido adolescente de quince años a punto de follar por primera vez. Era incontable la cantidad de veces que Louis se había acostado con hombres, y alguna que otra mujer para probar también... pero esta vez era diferente, esta vez se sentía torpe, como si se le hubiese olvidado cómo actuar en esas situaciones. Es que Harry Styles lo hacía perder todos los sentidos.

Entonces, lo besó algo torpe, colocando sus manos sobre las caderas del más alto. A medida que sus lenguas comenzaban a entrelazarse los nervios disminuyeron un poco y se sentía algo más relajado. Harry envolvió sus brazos alrededor del cuello del más bajo, mientras éste ahora se encargaba de colar sus manos por debajo de la camiseta de Harry, sintiendo su piel tibia y suave bajo su tacto, proporcionándole suaves caricias por toda su espina dorsal, lo que hizo gemir al rizado.

Louis se sintió satisfecho ante aquella respuesta, y entonces dio algunos pasos hacia atrás, cuando sus piernas chocaron con el viejo sofá, se dejó caer en éste, quedando sentado y tirando de Harry hacia él, quien de inmediato se sentó a horcajadas suyas con sus piernas alrededor de su cintura.  Al sentarse, Harry pudo sentir la dureza en la erección de Louis sobre su trasero, e inconscientemente comenzó a moverse. Louis soltó un gruñido y le mordió el labio.

-Si sigues así no llegaremos muy lejos—susurró al oído del muchacho.

Harry soltó una risita y disminuyó sus movimientos algo avergonzado. El más bajo comenzó a sentirse en su terreno, mucho más relajado y dispuesto a tomar el mando de la situación, como lo hacía siempre; entonces en un rápido movimiento dejó a Harry recostado sobre el sofá y quedó encima de él. El rizado lo miró con sus orbes llenos de deseo, su rostro serio y sus labios entre abiertos, a la espera de cuál sería su próximo movimiento, entonces Louis soltó una pequeña sonrisa y Harry mordió sus labio inferior ansioso. Louis lo besó desesperadamente y Harry dirigió sus manos hacia el trasero de éste, apretándolo levemente y obligándolo a pegar sus caderas, haciéndolo sentir su erección que también comenzaba a ponerse bastante dura.

-Joder, no me cansaría nunca de besar tus labios—confesó Louis, con algo de dificultad para hablar debido a su respiración agitada.

-A mi no me molestaría para nada que quisieras besarlos por siempre—respondió Harry, con su voz más ronca de lo usual.

El ojiazul atacó directo al cuello del muchacho, mordisqueándole y besándolo a su antojo, al mismo tiempo que comenzaba a quitarle la remera. Harry elevó sus brazos para ayudarlo, y la prenda terminó en cualquier parte del suelo. Louis se tomó un instante para apreciar el torso desnudo del rizado, cada uno de sus tatuajes, sus apenas visibles abdominales y algunos lunares.

-Eres tan perfecto—susurró, y pudo ver como sus mejillas se sonrojaban—. No tienes que avergonzarte—agregó.

-Creo que tú eres perfecto.

-Eso ya lo sé—bromeó y comenzó a dirigir sus besos desde el cuello hasta el abdomen de Harry, quien arqueó su espalda ante aquel contacto. Tomó el borde de la remera de Louis con sus manos algo temblorosas.

Secuestrador - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora