Secuestrador - Larry Stylinson

2.

-¡Suéltenme! ¡Ayuda!—gritó.

-Nadie puede verte ni oírte, cierra la maldita boca—dijo el hombre de voz muy aguda junto a él.

-Está algo rebelde eh—comentó el que al parecer manejaba.

-Esto es una confusión.

-Aquí no hay ninguna confusión, risitos—habló nuevamente quien lo había atado.

-No soy a quien buscan, yo soy Harry Styles...

-Harry Styles, es exactamente a quien buscamos. Cierra la puta boca si no quieres que te vuele la cabeza ahora mismo—sintió la punta de un arma sobre su sien y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

El hombre que manejaba comenzó a hablar por teléfono diciendo que ya lo tenían, Harry escuchaba todo con atención totalmente confundido. ¿Por qué lo querrían a él? Jamás se había metido en ningún problema ni andaba en negocios turbios... no encontraba una explicación. ¿Para qué lo querían? ¿A dónde lo llevaban? ¿Qué harían con él? Jamás había sentido tanto miedo en su vida. Decidió quedarse en silencio y obedecer todas las órdenes porque no sabía frente a quien se encontraba y qué eran capaces de hacer.

Luego de un viaje bastante largo el auto frenó y unas manos tiraron de su cabello y lo bajaron, haciéndolo caminar.

-¿Te quedarás o te irás?—dijo el hombre de voz aguda.

-Debo irme a resolver otras cosas. ¿Tú te encargarás de él?—preguntó el otro muchacho, con voz bastante masculina.

-Sí, este trabajo es mío.

Ingresaron a un lugar. Harry seguía escuchando detenidamente cada pequeña conversación entre esos muchachos, intentando entender aunque sea algo de lo que sucedía. El hombre de voz aguda se despidió de su compañero. Ahora estaban ellos dos solos.

-¿Qué sucede?—preguntó el rizado en voz tranquila, con temor.

-Estás siendo secuestrado, ¿qué no es obvio?—preguntó con cierto humor.

-Quiero saber cuál es el motivo. Yo no he hecho nada.

-Ven—volvió a cogerlo del cabello y lo llevó hacia otro lugar, donde lo sentó en una silla y amarró sus manos al respaldo de ésta—. Lo siento, tienes un cabello demasiado largo se me hace más fácil tomarte de ahí.

-¿Qué demonios sucede?

-Hacia mi te diriges calmado si no quieres que te parta la cara. Primero que nada, es obvio que tú no has hecho nada... no necesito conocerte, sólo con mirarte me doy cuenta que hasta acabas de sentirte culpable por decir  la palabra <demonios>. Estás aquí por tu padre.

-¿Qué pasó con mi padre?

-Ese bastardo debe mucho dinero. Parece que le gusta aspirar pero no le gusta pagar.

-¿Qué estás diciendo?

-¿Acaso no sabes que tu padre es un drogón?

Harry negó con la cabeza. No podía creer lo que estaba escuchando, jamás pudo haber imaginado eso de su padre.

-Puedo darles el dinero, no necesitan hacer esto. Yo no tengo nada que ver.

-No quiero tu puto dinero. Richard ha perdido la paciencia y no le gusta que le mientan... esto no se trata de ti, se trata de Des, tu padre, y las pagará.

-¿Van a matarme?

-Quizás sí.... Quizás no. me gusta mantener el misterio.

El maldito tono divertido que usaba todo el tiempo aquel muchacho, y la manera en que hablaba como si fuera superior estaba acabando con la paciencia de Harry. No había nada de gracioso en la situación.

-¿Y ahora qué?—preguntó el rizado.

-Ahora nada, te quedarás aquí solo. No quiero saber que intentas hacer un solo movimiento porque te las verás conmigo, y enserio, créeme que no querrás eso—amenazó, mientras le colocaba una mordaza, y luego de eso sintió un portazo. Se había ido.