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'Hola, Snowflake

Te ví en detención, estabas que te caías del sueño. Me hubiese gustado poder ir a hacerte compañía, pero ya vez...

Te preguntarás el qué hacía yo ahí, ¿Cierto? Simplemente el maestro de matemáticas me mandó a mi y a mi mejor amigo sólo por llegar tarde, ¡Tan sólo estaba en el baño y el viejo no entendió!

Pero bueno..., ¿Estás aburrida? Porque yo sí y los pelotudos que tengo a mi lado no ayudan en mucho. ¡Hey!, ¿Qué piensas hacer en la tarde? Yo tengo que ir por mi hermanita, le prometí un día para ambos...
¿Recuerdas cuando te conté que si sabía lo que era perder a un familiar? Pues sí, cuando tenía diez años y mi hermana era una recién nacida, mis padres murieron siendo asesinados una noche en que los intentaron asaltar..., no sabes cuanto los extraño, pero es mejor sonreírle a la vida, porque sé que ellos no me quieren ver triste.

No le cuentes a nadie esto, eres la única que sabe sobre esto. Ya vez porque te digo que no estes triste ni nada de eso; todo estará bien, pequeña

Te cuidaré, nunca lo dudes, Snowflake

The Guardian

Pd: Es mejor que ocultes tu rostro cuando duermas en el colegio, la baba te corre la mejilla jaja

Aún así te ves tierna'

El peliblanco dobló la carta y, secretamente se la entregó al chico gótico que estaba delante suyo. Este lo vió con su tipico ojo tapado por el pelo y una mirada escalofriante, pero confusa

— Pásalo hasta que le llegue a la platinada que duerme y no le digas que yo lo entregué. Por si escribe y quiere mandarme una nota, no la recibas —Susurró, sin que los tres chicos del equipo se diera cuenta ya que la mayoría se habían quedado dormidos

El pelinegro asintió y se lo entregó a la pelirroja de al frente, y asi siguieron hasta que un hippie despertó a la chica con una fina línea de baba por su mejilla

— Alguien te manda esto, hermana —Su tono relajado y mal olor hizo que ella frunciera el ceño levemente

— Vale... —Bostezó al mismo tiempo que empezó a leer la nota.

Se sonrojó de la pena al leer lo último y se limpió la mejilla como pudo. Volteó encontrandose con que el muchacho sin neuronas estaba haciendo meditacion

'Por dios, que chico tan... raro...' Pensó ocultando la mueca

— Oye, ¿Será que le puedes pasar una carta mía? — Preguntó sacando una carta de su mochila

El Hippie negó solamente haciendola bufar, volvió a voltear abrazando a su mochila observando ambas cartas en manos con un puchero que formó

— ¿Y ahora cómo sabré de tí? — Susurró

Hello, Snowflake ||Jelsa||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora