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Elsa se mordió por quinta vez su labio inferior debido al nerviosismo que tenía.
Los cinco minutos habían pasado por lo que decidió comenzar a caminar por el pasillo, las clases no le interesaban ahora. Sólo lo que su Guardian tenía preparado, si es que no es que se muestra.

Suspiró y una mano tomó la suya para meterla rápidamente dentro del oscuro armario, ¿Qué era eso?

— ¡¿Quién me secuestra?! —Intentó voltear, el armario del conserje era muy estrecho y ambos cuerpos estaban demasiado juntos

— Si me esperaste... —Murmuró ayudandola a voltear haciendo que su espalda chocara con el estante

Elsa lo vió, se notaba más alto que ella y lo único que supo de él era el color azul de sus ojos. Un bello e hipnotizante azul a opinión suya. Pero fué lo único que vió, el cuarto era tan oscuro que no la dejaba ver. Tragó nerviosa, esos ojos la ponían así.

— ¿Tú eres... mi Guardian? —Preguntó

El peliblanco se animó a tomarle la mano con delicadeza luego de un suspiro, y contestó:

— Sí, —Pequeña pausa— mi hermosa Snowflake

Lo abrazó casi de inmediato y lo comprobó. El mismo aroma que su amado peluche tenía, el chico al que abrazaba por el cuello lo tenía: él era su Guardian

— ¿Dónde está el interruptor? —Susurró ocultando su rostro en el cuello de joven

Este sonrió abrazandola más aún por la cintura. Al fin podía hacerlo, al fin hablaba con ella

— Lo intenté. Aquí no hay

— Entonces salgamos —Y antes de que salieran, él la detuvo quedandose en el mismo lugar de antes. Frunció el ceño— ¿Qué pasa?

— Digamos que aquí me siento más seguro —Seguía murmurando, ahora acariciandole con amor la suave mejilla de Elsa

Ella se acunó en su mano, dejandose llevar por las inocentes caricias.
Y poco a poco el peliblanco decidió acercarse hasta que sus respiraciones se mezclaran.
Se miraron a los ojos, él como si le estuviera pidiendo permiso, ella asintió levemente

— Bésame —Le susurró

Jack obedeció. Y juntó sus labios con los de la platinada en un lento y dulce beso. Fué entonces donde la chica descubrió que se había enamorado, que por primera vez quería tener una relación seria que durara; se había enamorado de un jugador ánonimo, de su chico Guardian. Del chico de las dulces cartas de amor.

Cuando se separaron, ambos murmuraron con una sonrisa un:

— Te amo

Y otro beso.
Al separarse, Elsa al abrir los ojos se dió cuenta que estaba sola y que la puerta del armario estaba un tanto abierta. Salió casi corriendo; sin embargo, el pasillo estaba vacío.

Sin quitar su sonrisa se llevó los dedos a sus labios.

— ¿Quién eres? —Susurró






Hello, Snowflake ||Jelsa||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora