C u a r e n t a.

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Para el baile graduación me puse un traje de mi padre y compré un ramillete para ti.

Tú te habías quedado en la casa de tu tía. No querías que te viera.

Luego te fui a buscar a las ocho.

Y vi a un ángel salir de la puerta.

Te pusiste un vestido blanco.

Te quedaba tan bello... Bueno, siempre lucías bellísima.

Unas sandalias sin tacón. Y un poco maquillaje en los ojos junto con algo de brillo labial.

En tu cabello suelto había una corona de tulipanes anaranjados. Perfectos.

Tu sonrisa no podía ser más brillante.

Al llegar a la escuela. Todos te miraron.

Especialmente chicos.

Los quería golpear a todos.

Luego de un rato de estar sentados hablando con mis amigos bailamos. Bailamos cómo locos.

Reímos. Nos embriagamos un poco con el ponche y seguíamos riendo.

Te saqué a bailar cuando pasaron Eternal Flame.

"Nuestra canción." dije y sonreírste.

Al balancearnos, tus ojos se llenaron de lágrimas.

Bailamos abrazados. Muy juntos.

Todo no podía marchar mejor. El momento no podía ser más perfecto.

"Nunca me dejes, Effy." Susurré.

Y me miraste sin expresión alguna.

Te temblaba el labio inferior.

Cuando me ibas a responder, gemiste de sorpresa.

La chica que te había llamado gorda, te había echado ponche encima.

Imbécil.

"Ups. Lo siento." rió y se fue.

Tu trataste de aguantarte las lágrimas.

Pero fueron incontenibles.

Effy, no tienes idea lo mucho que me duele verte llorar.

Corona de flores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora