Prólogo.

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Primer día de clases en la escuela nueva, tomaste tu mochila para guardar tus libros mientras que te decías a ti misma que todo saldría bien, sólo debías relajarte. Te sujetaste el pelo en una coleta alta, miraste tu ropa y sonreíste, estabas lista.

Al llegar solamente entraste a la gran Universidad, caminaste con la cabeza en alto pero al notar las malas miradas de todos, decidiste agachar esta. ¿Sentías miedo, timidez o inseguridad? Solamente deseabas llegar a tu casillero para ocultar tu cara dentro de este, caminabas a paso acelerado hasta que sentiste como chocabas con alguien más haciendo que perdieras el equilibrio, caíste hacia atrás donde, por suerte, tu mochila amortiguó la caída. Levantaste la mirada para que pudieras ver a un chico parado enfrente de ti con una mirada de asombro total, te extendió su mano la cual tomaste para que después el chico te jalara para levantarte.

¿Has hecho un nuevo amigo, eh? Otro chico que venía caminando con mala gana empujó al que estaba enfrente de ti haciendo que vieras con temor al mal humorado.

—No estorbes, niña.— Te empujó a un lado para que él pasara, arqueaste una ceja y bufaste.

Posiblemente ese sea el típico chico malo de la Universidad, él que humilla y les hace bullying a los demás. Sujetaste mejor tu mochila y gruñiste, ese tipo de chicos te daban coraje, miraste al primer chico que llegó y le diste una sonrisa amable.

—Soy (T/N) ¿cuál es tu nombre?.— Le extendiste tu mano haciendo que él sólo sonriera algo tierno, era más alto que tú: Ojos cafés, pelo algo corto, delgado y algo guapo.

—Samuel.— Te estrechó la mano y después de mirarse un poco, solamente suspiraste.— Nunca había escuchado tu nombre ¿eres nueva?

—Sí, lo soy.— Pasaste tu mano por tu brazo algo tímida, Samuel solamente te miró con ternura y pasó su brazo por tu cuello haciendo que te juntaras a él.

—Muy bien, te enseñaré todo este lugar.— Guiñó un ojo y asentiste, caminaron mientras se conocían más y apenas llevaban unos minutos juntos cuando por fin podías notar que Samuel era un chico que atraía a cualquier chica que estuviera enfrente de él porque, en realidad, Samuel no es feo y de eso podías estar segura.

—¿Por qué ese chico iba tan de mal humor?.— Lo miraste un poco y Samuel bufó como si la pregunta le incomodara o le enojara.

—Él es chico que le hace bullying a algunas personas de aquí, algunas veces tiene a un chico y al otro día ya tiene a otra víctima.— Soltó un largo suspiro mientras que pasaron por algunas aulas, hiciste una mueca hasta que Samuel se detuvo, te miró.— Ten cuidado con él, tengo que ir a clases. Nos vemos al rato.

Asentiste y Samuel empezó a caminar con seguridad hacia su aula, miraste el horario y caminaste buscando el salón en el cual sería la clase de matemáticas, los pasillos estaban casi vacíos aunque habían unos que otros alumnos afuera. Pasaste por el frente de unos chicos los cuales te miraron, pasaste de ellos y seguiste con lo tuyo, una mano se estampó contra los casilleros haciendo que te detuvieras, alzaste un poco la mirada y enfrente de ti estaba aquel chico el cual le hacía bullying a todos, pasaste saliva.

—Oh...Hola.— Susurraste haciendo que una sonrisa se dibujara en el rostro del chico, acomodó su pelo café mientras te seguía mirando.— ¿Cuál es tu nombre?

—Soy Rubén, ahora: Dame el dinero de tu almuerzo.— Su sonrisa se expandió más para que después extendiera su mano, frunciste el ceño. ¿Serás su próxima víctima?

Bullying. | completada. - Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora