Doce.

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Era fin de semana así que me quede todo el día en mi casa. Mis padres habían salido por cosas de trabajo pero, antes de irse mi madre me había preguntado cosas algo extrañas sobre Rubén.

—Hija, sabes que Rubén y tú son amigos desde pequeños pero...Debo preguntarte algo.— Hizo una pausa y tomó aire, me miró a los ojos.— ¿Son novios? Es decir, si lo son, no hay problema.

—No, no lo somos.— Negué con la cabeza y ella sonrió para después reír algo nerviosa. Se fueron y solamente mire mi celular, tenía mensajes de Rubén ¿por qué no los leí antes?.

—¿Harás algo hoy? Si tienes planes, están cancelados. — Rubén.

—Dile a tu madre que saldrás conmigo ¿bien?.— Rubén.

—Ah, sí. A las 7 te quiero lista.— Rubén.

—Oh, eh...Primero pasare por ti, creo que...Uh, olvida lo anterior ¡jamás paso!.— Rubén.

Reí bajo y me fui a cambiar, decidí en ponerme una falda negra acompañada de una playera de tirantes de color blanco. Decidí ponerme tenis para sentirme cómoda, arregle mi pelo y me puse un poco de rímel para que después decidiera también ponerme labial rojo. Hice poses frente al espejo mientras me miraba, estaba bien, me sentía lista.

Después de varios minutos llamaron a la puerta así que abrí, mire a Rubén el cual traía unos jeans, su camisa negra y sus tenis. Su mirada recorrió mi cuerpo y solo aparte la mirada, tomo mi mano.

—¿Demasiado para ti?.— Apunte mi cara haciendo que una sonrisa tierna se le dibuja a Rubén.— M-mejor me iré a cambiar, m-me quitare e-esto de la cara.

Casi corría hacia mi habitación aunque Rubén me sujetó de la cintura haciendo que estuviéramos juntos. Pasó un poco su mano por mi mejillas mientras él me miraba a los ojos.

—Te vez hermosa.— Murmuró mientras sentía mis mejillas arder, él rió y me hizo salir de mi casa. Cerré con llave todo para que después Rubén y yo empezáramos a caminar, suspiré.— Así que...¿Estás segura de que quieres casarte conmigo?.

—¡¿Huh?!.— Esa pregunta me sorprendió, mordí mi labio mientras recordaba el mensaje que le había mandado.— Bu-bueno, sí. E-es decir, n-no sería tan m-malo.

Reí bajo mientras tomaba su mano, me miró de reojo. Se detuvo e hice lo mismo, me miró atentamente.

—Dame un beso.— Apuntó su mejilla y lo mire confundida, arquee una ceja.— Anda, quiero tener tu labial en mi mejilla.

Rió y suspiré, me acerqué a él donde apoye mis manos en sus hombros para darle un beso en la mejilla aunque Rubén giró su cabeza haciendo que besara sus labios, me separe de él mientras lo miraba.

—¿Tengo tu labial?.— Preguntó cómo un niño pequeño donde mire sus labios, moví mi mano en forma de decir "un poco". Rubén suspiro y apuntó sus labios.— Bésame otra vez.

Le hice caso para que después me volviera a separar, sus labios estaban un poco rojos. Sonrío y puso sus dedos en sus labios, los miro para después mirarme, soltó una risita.

—¿Para qué querías eso?.— Me cruce de brazos haciendo que aquel chico se sonrojara un poco, él de la nada abrió sus brazos así que me acerqué a abrazarlo, pase mis brazos por su cuello donde sentí como hundía su cara en mi cuello.— ¿Rubén?.

—Me dirás cursi y gay pero...Valdrá la pena.— Hizo una pausa y sus brazos apretaron mi cintura, espere a que dijera algo más. Soltó un suspiro.— Desde que te empecé a molestar, sentía cosas extrañas: Era como si se me revolviera el estómago, yo...Creí que era alguna enfermedad pero, supe que eso pasaba solo cuando estaba cerca de ti.

—...— Sonreí un poco haciendo que Rubén soltara otro suspiro, él siguió con su cara hundida en mi cuello. Volvió a hablar.

—¿Sabes por qué quise que me besaras?.— Preguntó en susurro y negué con la cabeza, rió.— Porque siempre había querido besarte. (T/N), con todo lo que dije, solo te pido que no te burles de mí ¿bien?.

Él alejo su cara donde lo mire, arqueo una ceja y una sonrisa se dibujó en mi rostro. A decir verdad, nadie me había dicho tales cosas, no es que no haya tenido novios pero, ninguno de ellos se había demostrado así.

(...)

Volvimos a mi casa donde aún mis padres no volvían, mi estómago gruñó dándome la señal de que debía comer. Camine a la cocina donde saque algunas cosas para cocinar, Rubén negó y miro a los lados. Tomo un delantal de color rojo que es de mi madre y se lo puso algo mal, se hizo su gorra hacia atrás aunque, él no traía gorra cuando llegó pero Rubén compro una en una tienda. Se puso enfrente de la mesa y me miró.

—¿Vas a cocinar?.— Asintió y arquee una ceja, me cruce de brazos.— ¿Acaso has cocinado antes?.

—Eh...— Miro a otro lado mientras movía sus dedos sobre la mesa.— Podría decirse que sí. No soy el mejor cocinero pero, haré el intento.

 No soy el mejor cocinero pero, haré el intento

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—¿Qué sabes cocinar?.— Me puse a su lado mientras le sonreía, se quedó pensando un momento y me miró.

—Agua y cereal.— Guiñó un ojo y negué con la cabeza, Rubén miró al rededor y tomo una caja de cereal, busco en el refrigerador leche y al tenerla solo sacó dos platos. Los sirvió y me miró.— Aquí está tu comida de cinco estrellas.

Mire los platos y tome el mío, bese su mejilla para que después camináramos al sillón, comimos mientras veíamos series hasta que apoye mi cabeza en su hombro. Mis ojos empezaron a cerrarse, sentí como me quitaban el plato de mis manos pasa que después besaran mi cabeza, sonreí un poco. Rubén se movió haciendo que mi cabeza se apoyará en sus piernas, escuché como soltaba un suspiro.

—(T/N) ¿ya estás dormida?.— Susurro mientras pasa su mano por mi mejilla, no respondí. Sentí como sus labios se juntaban con los míos hasta que se separó.— Descansa~

Él bostezo hasta que ya no hubo ruido, abrí mis ojos un poco y pude ver a un Rubén con la cabeza apoyada en su mano. Volví a cerrar los ojos hasta que mi cuento se relajó, empecé a quedarme dormida hasta que caí en el sueño profundo.

Bullying. | completada. - Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora