Cuatro.

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—¡¿Seré qué?!.— Levanté la voz mientras que tenía los ojos abiertos como platos, el profesor se acomodó en su silla para que después tomará algunos trabajos los cuales guardo en su portafolio, me miró.

—Será la tutora del señor Doblas.— Su voz era tranquila pero, yo no quería ser tutora de aquel idiota, negué con la cabeza haciendo que el profesor entrelazará sus manos las cuales las puso en el escritorio.— Mire, el señor Doblas no es el mejor alumno que tenga pero, me he sorprendido al ver sus ejercicios de matemáticas: Él jamás había hecho un gran trabajo, conociéndolo solamente tuve la opción de preguntarle y bueno, me dijo que usted lo ayudó. O dígame ¿es mentira?.

—No, no lo es. Y-yo si lo ayude.— Murmuré haciendo que el profesor asintiera lentamente, se levantó y tomó su portafolio donde me hizo una seña para seguirlo. Estamos caminando por el pasillo hasta que llamó a Rubén, por suerte y a la vez mala, él estaba haciendo una de sus cosas rebeldes: Se acercó rápido al profesor el cual solo acomodo sus lentes.

—La señorita (T/N) de ahora en adelante, será su tutora.— Rubén me miró y después al profesor, frunció el ceño y abrió la boca.— Le guste o no. Sus notas podrían mejorar gracias a ella.

El profesor se fue dejándonos casi solos, nos miramos y gruñí. Ni siquiera tuve otras opciones, tuve que decir solamente "sí" ¡yo no quería!.

—Ugh.— Rubén me miró de arriba hacia abajo, me cruce de brazos y arquee una ceja. Abrió su mochila y me dio una libreta, la abrí: Química, bufé y le hice una seña, caminamos hasta el comedor donde nos sentamos en una de las mesitas, Rubén se sentó a mi lado.

Empecé a explicarle cosas haciendo que sus ojos brillaran, le di su libreta para que hiciera algunas cosas mientras que yo veía mi celular. Unas chicas pasaron por al lado de la mesa donde sentí sus miradas, logré escuchar su conversación a murmullos.

—¿Cómo es que esa tipa está sentada con el chico rebelde?.— Habló una de ellas, cerré los ojos mientras tomaba aire.

—De seguro ella es igual.— Rieron y bufé, abrí los ojos y las mire: Las asesinaba con la mirada haciendo que una de ellas mirara a los lados algo nerviosa, rodé los ojos y mi atención se puso el Rubén el cual me estaba mirando, me sonroje.

—¿Has acabado?.— Murmuré y asintió, mire su libreta y sonreí. Acerqué mi mano a su cabello pero la aleje, suspiré aunque aquel chico rebelde tomo mi muñeca llevándola a su cabello. Revolví su melena café.

Posiblemente podríamos llevarnos bien, claro, si es que él cambia su actitud de chico malo. Seguimos haciendo ejercicios de diferentes materias hasta que ambos tuvimos que volver a clases, estaba enfrente de la puerta del salón donde me giré a ver a Rubén el cual sonrió.

—Nos vemos, niña.— Golpeó mi cabeza y lo mire mal, cuando Rubén se fue entre al salón y las clases empezaron. Estas se hicieron rápidas, solo era última hora. Al sonar la campana, tome mis cosas y salí directo a la puerta principal, al estar fuera los amigos de Rubén me miraban mal hasta que se acercaron: Uno de ellos estaba enfrente de mi, otro atrás y dos más a los lados. Los mire algo confundida hasta que me empujaron entre sí, un chico de playera roja me tumbó al suelo donde todos rieron.

Empezaron a lanzarme cosas, cubrí mi cabeza y rostro con mis brazos. Cuando dejaron de aventarme lo que sea, creí que se habían cansado pero siguieron, ahora con patadas, me queje mientras seguía cubriéndome. Trataba de levantarme pero era inútil, los golpes empezaban a doler más y más, algunas lágrimas empezaron a salir de mis ojos donde solo cerré fuerte estos, deseaba que esto pasara rápido.

—¡Alto! ¿Qué creen que están haciendo, idiotas?.— Aquella voz se oía molesta además de que la persona les estaba gritando. Respire lentamente para que después quitara mis brazos de mi cara, mire a Rubén el cual tenía el ceño fruncido.— ¿Me pueden decir por qué hicieron eso? ¡Contesten!

Bullying. | completada. - Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora