4.

33 3 0
                                    

Dios, no se lo puede creer. La ha visto, sí, estaba en la entrada con sus compañeros de siempre. Y al pasar a su lado ella le ha sonreído. Y él le ha respondido con otra sonrisa. Pero eso no es lo que le emociona, sino el hecho de que no ha sentido nada. Nada. Ni un cosquilleo, ni nervios, ni emoción, ni dolor. Por fin la ha olvidado. Sí, al final va a tener razón y este va a ser un buen año.
Mira a su alrededor. Le ha tocado una clase numerosa, aunque sabe de sobra que el curso que viene más de un 50% de esas personas que ahora están en ciencias se cambiarán a letras, harán un módulo o simplemente lo dejarán. Los cuatro han escogido un buen sitio. Al final del todo por parejas. Marcos y Julián en la última fila y él y Diego delante de ellos. Todos parecen emocionados por el hecho de que sea el primer día. De momento su tutora les ha permitido sentarse por libre, pero les ha advertido de que quizás algún profesor los cambie de sitio. Y ellos deberán atenerse a ese cambio. Vaya mierda. Sólo esperan que si lo cambian no lo pongan con nadie demasiado estúpido o que le caiga mal.
Diego está a su lado analizando a todas las chicas de la clase, pero Hugo ya ha observado que no le quita la vista de encima a la compañera de Virginia, Marina.
-Me sé de uno que se ha quedado embobado con Marina...
-¿Con quién?- pregunta su amigo haciéndose el loco.
No puede evitar reírse.
-Vamos tío, desde el momento en el que la profesora dijo su nombre no le has quitado la vista de encima. ¿O miras a Virginia?
Cuando dice eso las dos miran hacia atrás un instante y vuelven a girarse para hablar entre ellas.
-No, esa también está bien, pero creo que está interesada en Marcos. ¿No ves que no deja de mirar para él?
Aunque ha admitido que está interesado por Marina, no puede evitar pensar en lo de Marcos. ¿A Virgi le gusta Marcos? ¿En serio? A ver, no la conoce de nada, tan sólo han intercambiado un par de palabras el año pasado y un par de bromas que le ha hecho al empezar las clases, pero él creía que ella se sonrojaba y miraba hacia atrás por él, no por Marcos.
-¿Crees que le gusta?- le pregunta a Diego.
-No creo, pienso que se llevan bien entre ellos, porque Marcos también le ha sonreído y vacilado un par de veces y ya sabes lo cruel que es él con las más empollonas, así que me sorprende que no la ignore.
-¿Y no te parece extraño que se lleven tan bien?
-Iban juntos el año pasado, a lo mejor es verdad lo de que el roce hace el cariño.
Huga mira a su amigo unos instantes.
-¿Habrán tenido algo?
Diego lo mira y de echa a reír.
-¿Qué es que te gusta a ti la chiquilla? No creo que tuvieran nada, pero parece simpática y no me extrañaría que Marcos se hiciera amigo de ella. Además, la chavala no está nada mal. No creo que Marcos tenga problema con que la conquistes, pero si te quedas más tranquilo pídele permiso-dice sin parar de reír.
Hugo está a punto de replicar pero en ese momento Julián les toca por detrás informándoles de que él y Marcos se van a ir a última hora. En seguida los otros dos se unen al plan.
En cuanto toca el timbre que indica el último descanso, los cuatro cogen sus cosas. Antes de salir, Marcos despeina a Virgi en señal de despedida. Hugo choca contra ella a propósito.
-Mira por dónde vas estúpido.
Hugo la mira y no puede evitar reírse.
-Tranquila Ponte- ese es el apellido de la muchacha.
-Cállate Pérez- le replica ella dándose la vuelta.
-Me sé de una que tiene la regla...- susurra intentando que la chica le oiga.
Virgi lo mira y después de darle un golpe en el pecho, le dice:
-No es la regla, sólo el hecho de que no entiendo por qué te ha dado por molestarme. No te preocupes, que no te voy a quitar a Marcos, sólo es un buen amigo. Ahora vete y declarale tu amor.
Él se acerca a ella.
-¿Insinúas que soy maricón?
Ella le reta con la mirada.
-Es lo que me das a entender.
Hugo se acerca más a ella hasta acabar susurrándole en el oído.
-Estoy dispuesto a enseñarte que eso no es así cuando quieras.
Ella se pone roja como un tomate y tras apartarlo de un empujón, responde:
-No, gracias.
Él se ríe y sale de la clase para reuinirse con sus amigos.
Van a dar una vuelta. Hablan un poco de todo, hasta que Diego hace un comentario.
-Oye Marcos, ¿tuviste algo con Virgi?
El chico lo mira extrañado.
-No, nos llevamos bien, pero no paso nada. ¿Por?
Diego mira a Hugo y le dice mientras le golpea el pecho con el codo.
-Ya sabes tío, vía libre.
Hugo le asesta un golpe y ambos se ponen a pelear de mentira.
-Quieto un momento. ¿Quieres con Virgi?- Marcos se echa a reír- Lo siento tío, pero no podrías con ella. Tiene un carácter... Especial. Al principio, parece una tia borde y empollona, pero cuando la conoces... Es increíble y exasperante. Es bastante cabezona y tú también, así que sería algo destructivo.
Hugo mira a su amigo.
-Oye, que a mi no me gusta. Eso lo ha dicho el imbécil este.
-Ya, ya...- ríen sus otros tres amigos.
-No, lo siento, no podría aguantarla, es demasiado... No sé como decirlo.
-Eso dices ahora, espera a hablar un poco más con ella- le dice Marcos dándole un golpe en la espalda.
Por suerte para Hugo, cambian de tema. Y no lo sacan más en toda la hora. Pero cuando montan en el coche para irse a casa, es él el que se preocupa al darse cuenta de que aunque no han hablado de ella, no se ha quitado de la cabeza su forma de sonrojarse cuando le susurró al oído antes de salir de clase.

Tú me enseñaste a volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora