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Mira hacia el exterior pensativo. Sus dos amigos van a su lado hablando de fútbol. Pero a él no le apetece. Odia tener que volver a clase. La volverá a ver. Sí, ella va un curso por delante, pero antes o después se cruzarán. Y no está seguro de lo que pasará. Se ha auto convencido a sí mismo de que ya no la quiere, de que la ha olvidado. Pero no está seguro. Y no quiere volver a sufrir por ella. No merece la pena, se dice a si mismo. Pero su estúpido corazón no piensa lo mismo. Se acelera cada vez más. Dios, lo peor es que los idiotas de sus amigos se van a dar cuenta de lo que le pasa y sabe que se reirán de él de por vida. ¿Cómo es que él lo está pasando mal por una chica? No lo entiende. Aunque sabe que ahora no se siente mal por seguir queriéndola, sino porque no sabe si eso es cierto o no. Y le aterra tener que verla para confirmarlo.
Ya basta Hugo, se acabó, céntrate.-piensa para sí.
Mira a Marcos y a Julián. Y decide intervenir en la conversación.
-...y espero que por lo menos este año nos toque juntos a los cuatro, ahora que Diego ha repetido...-dice Marcos.
-Sí, todos hemos escogido un cuarto de ciencias, por lo tanto tenemos que coincidir. ¿Tú qué crees Hugo?- le pregunta Julián.
Él sonríe y mira hacia afuera, justo cuando ve a una pareja parada en el borde de la calle.
-Yo creo que sí, además tengo la corazonada de que será un buen año.
Mientras dice esto su mirada se cruza con la de la chica de la calle. Sabe quién es. El año pasado tenían una clase en común, aunque nunca hablaron. Recuerda que era de las más empollonas y estaba siempre con sus amigas y su amigo maricón, que es el que está con ella. Era una chica simple. Iba con Marcos.
-Oye tío, ¿esa no iba a tu clase el curso pasado?- le dice a Marcos.
Marcos mira hacia atrás.
-Ah, sí. Es Virginia. Seguramente también coincidamos con ella, pues iba a escoger ciencias también. Es una buena chavala.
Bajan del autobús y allí les espera su amigo Diego.
Le dan la mano mientras se insultan amistosamente y ponen rumbo a la puerta del instituto. Justo antes de entrar, Hugo coge todo el aire posible antes de volverlo a soltar suavemente.

¿Qué os parece Hugo? Seguramente narren un capitulo cada uno, porque así podréis saber los puntos de vista de ambos. Votar y comentar. Gracias por leer

Tú me enseñaste a volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora