27. Virginia

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-¿Entonces estuviste hablando con él por la noche y no pudiste decirle que hoy has quedado con Pablo para tomar un batido después de que casi os enrollaráis el otro día?

Virgi resopla al otro lado de la líena.

-Pues dicho así suena de culo.

Marina estalla en carcajadas.

-Cariño, no es que suene de culo, es que es una idea pésima. Me acabas de decir que ayer quedasteis en algo así como "novios no novios" y ahora quedas con Pablo, que perdona que te lo diga, pero se ve claramente que quiere rematar la faena del otro día...

Virgi pone los ojos en blanco. Pero aunque le moleste en cierta forma lo que su amiga dice, sabe que tiene razón. Ayer tuvo la oportunidad de decirle a Hugo lo de Pablo y por miedo a no sabe qué, no lo hizo. 

-Marina... es que no quiero cagarla ahora con él.

-Virgi, ¿de verdad piensas que Hugo se va a enfadar contigo porque quedes con él? Al fin y al cabo es tu amigo... Y él no puede alejarte de tus amigos. Y siendo sincera, tampoco creo que ni siquiera lo intente.

Virginia se tumba boca arriba en la cama. Ya está lista. Son las 5 de la tarde y Pablo le envió a la hora de comer un mensaje en el que la citaba a las cinco y media. Lleva todo el día hablando bien con Hugo y está contenta, pero tiene miedo de que las cosas vuelvan a desestabilizarse, porque conoce el carácter de ambos. Le sorprende que todavía no hayan discutido...

-Vale, está bien. Se lo diré ahora antes de salir y ya está.

Marina ríe tras la línea, y tras un "quiero capturas de todo después", cuelga.

Justo en ese momento Virgi ve que tiene un WhatsApp de Hugo.

Hugo:

Te apetece venir a ver una película a mi casa?

Mierda. No hay cosa que le apetezca más que pasar la tarde acurrucada con Hugo en el sofá viendo cualquier cosa y compartiendo besos y risas. Pero ha quedado. Y no va a dejar plantado a Pablo. Al fin y al cabo es su amigo. 

Virgi:

Lo siento. No puedo :( He quedado con Pablo para tomar un batido :( :( :( 

Hugo:

Pablo? El de la fiesta de Halloween?

Virgi:

Sii, ese mismo.

Hugo:

Ah vale, pásalo bien. 

"Mierda, fijo que se ha enfadado".

 Pero ahora no puede hacer nada. Ya lidiará más tarde con él. Además, ella no quiere una persona controladora y celosa en su vida. Le contesta con un par de besitos y corazones. En realidad se siente mal, pero porque le habría encantado estar toda la tarde con él, pero aún así no tiene derecho a enfadarse. 

Diez minutos más tarde de lo acordado llega a la cafetería en la que ha quedado con Pablo. Es un pequeño local situado en la zona del centro de Oviedo. Tiene una acogedora terraza con una especie de sofás, pero considerando que están en noviembre y refresca demasiado, decidieron quedar dentro. Cuándo entra, ve enseguida a su amigo. Pablo está sentado en una de las primeras mesas. Tiene la carta de batidos en la mano. Lleva unos vaqueros y una sudadera gris, su pelo como siempre rapado por los lados y parece concentrado en lo que lee. Virginia, que se ha puesto unas simples mayas y una vieja sudadera, se acerca sonriendo a Pablo. En cuánto él la ve, una sonrisa aflora en sus labios y se levanta para saludarla con dos besos en las mejillas. Le hace un gesto para que se siente en la silla situada enfrente de la de él y cuándo ella toma asiento, él hace lo mismo. 

Tú me enseñaste a volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora