14.

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-Vengo ahora-les dice a sus amigos al salir al recreo.
Marcos y Diego lo miran interrogantes. Pero él no les va a dar explicaciones. No ahora. Acaba de ver a Javier salir. Va a hablar con él. Y le va a explicar un par de cosas. Una cosa es que él y Virgi hayan quedado en nada. Eso no tiene nada de extraño. Pero ese chaval la va a dejar en paz. Ya le explicó que estaba medio medio con alguien, y aunque sea mentira, cuando te dicen algo así tienes un respeto por ese alguien, aunque no le conozcas. Además, es un egocéntrico. Y no pega con Virginia. Ella es demasiado buena para él.
"Y para ti también"
-Javier campeón , ven aquí un momento.
El aludido se da la vuelta y al verlo sonríe.
-¿Qué pasa Hugo?
-Tengo que aclarar un par de cosas contigo.
La seriedad de Hugo asustan un poco al muchacho. ¿O lo finge aparentar?
-Es por Virginia.
-Lo suponía. ¿Ya ha dejado al idiota ese? Si es que al final pasa como con todas, en cuanto les dices un par de cosas bonitas, se les cae la baba. Bueno y lo que no es la baba...-dice estallando en carcajadas.
Hugo nota como le hierve la sangre y lo único que se le ocurre hacer es soltarle un puñetazo en la cara a ese gilipollas.
-¿Pero qué haces subnormal?- dice Javier agarrándose la mandíbula para arrearle él un puñetazo a Hugo, aunque no apunta bien y solo le roza.
-La próxima vez que vuelvas a tratar a Virginia de cualquiera te arranco los dientes uno a uno. ¿¡Me has entendido!?-grita dándole un empujón que lo deja en el suelo.
-¿Ahora eres su chulo?-le dice desde ahí abajo.
Las aletas de la nariz de Hugo se inflan y cuando está a punto de soltarle otro puñetazo y un par de patadas, una mano lo sujeta.
-Vámonos Hugo, no merece la pena-le dice Julián.
No sabe de dónde ha aparecido, pero lo agradece, porque a él no le va a hacer nada y podrá pararlo.
-¿Has oído lo que ha dicho?
- pero así te meterás en un lío. Déjalo y vete a explicárselo a Virgi para que sepa cómo es y así te relajas. En serio tío.
Hugo se zafa de su agarre y va a buscar a la chica por la que por primera vez ha pegado a alguien.

Sentada en el respaldo de uno de los bancos, Virginia lo mira boquiabierta. Está preciosa, con esa cara se susto y algunos de los mechones de su coleta sueltos.
Ahora se enfadará y me chillará que no necesita guardaespaldas y que no tengo que ir pegando a la gente sin ton ni son.
Pero ella no hace eso, sino que se levanta de un salto y lo empuja para que se siente él en un banco. Y ella se sienta sobre sus piernas, lo que provoca una oleada de calor por todo el cuerpo del chico. Hugo no puede evitar mirar sus preciosos ojos, pero ella está demasiado ocupada examinando su mandíbula.
-¿Te duele?- le pregunta preocupada mientras lo examina.
Hugo no puede evitar reírse.
-¿En serio? Me esperaba otra reacción de ti, como que me chillaras por ir pegándole a la gente, no que te preocuparas por si me duele.
Virgi esboza una sonrisa.
-No me parece la mejor manera, pero ese tío es un pelma y además lo has hecho para defenderme. Aunque la próxima vez en lugar de pegarla, fúmate un cigarrio.
-Odio el tabaco.
Ella lo mira asombrada, aunque lo trata de ocultar. Es lógico, todos sus amigos fuman bastante y a él lo relacionan con ello. Poca gente sabe de su asco hacia la nicotina.
-Cada día me sorprendes más Pérez-le dice ella analizándolo con la mirada, aunque él se da cuenta de que sus ojos se dirigen constantemente a sus labios, lo que le provoca una sonrisa.
Las piernas de ella rodean la cadera de él. Las manos de Hugo están posadas en las caderas de Virginia y una de las de ella está en su cuello, mientras que la otra sigue cerca de su mandíbula. Cualquiera que los viera desde fuera pensaría que son una pareja normal. Esto pasa por la cabeza de Hugo. Pero se da cuenta de que realmente no le importa lo que pensarían los demás. ¿Pero y a ella? Ya se lo dijo Marcos, sería algo destructivo. Y no quiere que eso extraño que tiene con ella se pierda. Cuando está a punto de separarse ocurre algo que no se esperaba. Los labios de Virginia impactan con los de él. ¡Ella le está besando! Él la estrecha más contra sí y le corresponde el beso. Su lengua pide paso por la boca de ella y cuando lo hace, Virgi suelta un leve gemido, lo que provoca el aumento de la temperatura corporal del muchacho. Las manos de la chica viajan por su pelo, despeinándolo, pero le da igual. La sensación es maravillosa. Entonces, se separan por falta de oxígeno.
-Menos mal que mis besos dejaban que desear...-susurra Hugo en el oído de ella haciendo que se estremezca.
Ella abre los ojos de golpe y el rubor se apodera de sus mejillas. A Hugo le encanta su timidez.
-Perdón, no sé que me ha pasado... Yo...-pero Hugo la calla volviendo a besarla.
-Es una forma de agradecerme el hecho de haberte defendido-dice contra su boca.
Ella se ríe en la de él y le corresponde al beso, pero se separa al cabo de unos instantes.
-Vámonos, anda, que van a empezar las clases.
Hugo hace un puchero, quiere quedarse un rato más, ahora que están bien, antes de que a alguno de los dos se le cruce un cable y vuelvan a querer ignorarse. Pero ella permanece inflexible y tras un par de besos más, Hugo se deja arrastrar por ella hasta el instituto con un sentimiento de felicidad extrema por dentro.
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Tú me enseñaste a volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora