Capítulo 5

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Continuaron caminando por el bosque hasta que el sol comenzó a esconderse por el horizonte, indicando la finalización del día. La idea había sido llegar al siguiente pueblo, pero al no haberlo conseguido decidieron detenerse por la noche. Killian fue a buscar leña y algo para comer, mientras Emma se quedo descansado contra un árbol mientras le cuidaba sus pertenencias.

Sin poder contener la intriga, Emma se puso a revisar lo que Killian llevaba guardado en su morral. Killian llevaba unas monedas de oro, una brújula, un diario con sus escritos, varias plumas, y una camisa extra. Se puso a intentar leer su diario, lo cual resultaba difícil por la poca luz que había, cuando escuchó un ruido que la hizo paralizarse. Guardó el diario nuevamente en el morral, y se puso a prestar atención. Había algo o alguien cerca de ella, probablemente observándola, y eso la ponía nerviosa.

- ¿Quién anda ahí? – Preguntó con firmeza al escuchar sonidos de pasos. - ¿Killian? Si eres tú, no es gracioso que hagas esto. – Dijo intentando no sentir miedo.

De repente, la criatura que había estado haciendo ruido apareció y se dirigió a ella. Emma sonrió aliviada al ver que era un unicornio blanco. Fue a su encuentro y lo acarició suavemente. Una vez que entraron en confianza, el unicornio se tumbó en la hierba para que ella pueda subirse a el y cabalgarlo. Considerando eso una señal, Emma se subió al unicornio y dejo que la lleve a donde deseará.

Killian juntó leña y consiguió un conejo para la cena. Volvió a donde la había dejado a Emma, pero ella ya no estaba ahí. Ver que ella se había ido, lo hizo sentir traicionado. Pero por otro lado la entendía, las personas no solían tener confianza en los piratas. Pero ella no era exactamente una persona, era una estrella. ¿Por qué se había ido cuando la idea era ayudarse mutuamente? Agarró su morral, que ella había dejado abandonado, y se dejo caer contra un árbol. Tenía que pensar que iba a hacer con todo eso.

Emma siguió cabalgando el unicornio por medio del bosque. No sabía si había sido correcto dejar a Killian, pero ella tenía que cuidarse. No sabía si podía confiar en él, no sabía si él iba a cumplir su promesa de dejarla ir una vez que compruebe ante los ojos de Milah que era una estrella. Emma sabía que las estrellas corrían peligro cuando caían a la tierra, ya que muchos darían cualquier cosa por robar el poder que ellas tenían. Killian era un pirata, y Milah era una mujer dispuesta a casarse con Rumpelstiltskin lo cual significaba que no podía ser totalmente buena. ¿Por qué razón Milah había pedido una estrella a Killian? ¿Para qué quería usarla?

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Killian estaba en el cielo. Estaba rodeado de luces brillantes, cada luz brillaba más que la otra. Era un espectáculo increíble de ver. Después de un instante de observarlas, comprendió que estaba rodeado de estrellas.

- Killian debes despertar. – Dijo la Estrella María Segunda.

- Emma está en peligro y necesita tu ayuda. – Dijo la Estrella Campanilla.

- Ninguna estrella está a salvo en la tierra, la última que estuvo allí fue capturada por brujas, las cuales la engañaron y comieron su corazón. – Relató la Estrella Cruz del Sur.

- Esas mismas brujas quieren a Emma, y su corazón es incluso más valioso porque no solo es una estrella sino que es el producto del verdadero amor. – Explicó la Estrella Azul.

- ¡Protégela! ¡Sálvala! – Pidieron las estrellas.

Sus pedidos se hacían cada vez más fuertes y potentes, haciendo que la cabeza de Killian doliera y diera vueltas sin parar. Las voces lo aturdían, y tuvo que taparse los oídos y cerrar los ojos por un momento para poder calmarse.

Second Star To the RightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora