Capítulo 9

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Killian se despertó con Emma en sus brazos. La miró por un largo instante, y sonrió. Ella tenía hundida su cabeza en el pecho de él, usándolo como almohada. Sintió su respiración y los latidos de su corazón, y eso le dio paz. Él realmente había intentado no enamorarse de ella, pero lo había hecho. Ella era la mujer más maravillosa que había conocido, y lo mejor de todo era que lo entendía mejor que nadie gracias a que lo había estado acompañando todos esos años. Lo habría hecho desde la distancia, pero lo había hecho. Y en ese momento se dio cuenta que ella tenía razón, el verdadero amor sacaba lo mejor de uno. Eso era lo que ella y amor hacía, lo hacía ser mejor persona. Killian se levantó de la cama, asegurándose de que Emma no se despertará. Se cambió y se fue al pueblo en busca de un desayuno.

Emma se despertó y se sintió confundida al ver que Killian no estaba con ella. Buscó por toda la habitación, pero no había rastros de él. Ninguna de sus cosas estaban. Lo que había pasado la noche anterior empezó a pesar en ella. Quizás él se había arrepentido de lo que había pasado. Quizás había decidido dejarla e ir por Milah. Lo mejor iba a ser no llenarse de pensamientos negativos, y buscarlo para aclarar la situación. Sintiéndose desilusionada y dolida, salió de la habitación y fue a la recepción de la posada.

- ¿Haz visto a mi amigo? – Preguntó Emma a la mujer que atendía la posada.

- Se fue bien temprano, parecía llevar prisa. – Respondió Granny's.

- ¿Sabes a dónde se fue? ¿Sabes si dejó dicho algo? – Cuestionó Emma preocupada.

- No, no dijo nada. – Contestó Granny's. – Lo único que hizo fue dejar pagada la habitación. – Informó.

Eso era todo. Killian se había ido, la había dejado porque se había arrepentido de lo que había pasado. Él amaba a Milah. Emma se sintió tonta por haberse ilusionado, por haber creído por un momento que él correspondía sus sentimientos. Su corazón se rompió en mil pedazos y no tenía idea de como iba a hacer para repararlo. Había sido tonto pensar que iba a poder volver a pertenecer al mundo humano, que iba a poder encontrar al verdadero amor. Le quedaba poco tiempo, pero tenía que intentar usarlo bien. Quería por lo menos recuperar el Reino del "Bosque Encantado" para poder dejar a las personas libres, antes de volver al cielo a ser una Estrella. Pensando en Killian, se dio cuenta que él probablemente iba a volver por ella cuando Milah le pidiera su prueba de amor, y como no quería volver a verlo se encargó de dejarle un mechón de su cabello en la habitación esperando que eso fuera prueba suficiente. Dejó la habitación y empezó a recorrer el Pueblo de "Mistheaven" en busca de algo que pueda ayudarla a encontrar el camino al "Bosque Encantado".

- ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? – Cuestionó un hombre de cabello castaño y ojos color avellana.

- Si, estoy bien. – Respondió ella cautelosamente. – Es solo que me he perdido. ¿Podrías indicarme el camino al "Bosque Encantado"? – Pidió amablemente.

- Claro, de hecho yo estoy yendo hacía allí, así que podemos ir juntos. – Asistió el misterioso hombre. – Soy Neal. – Se presentó.

- Soy Emma. – Se presentó ella.

- Un gusto conocerte Emma. – Dijo él con una sonrisa.

Emma aceptó la ayuda del desconocido y comenzó a seguirlo camino al "Bosque Encantado". Según él estaban cerca, ya que "Mistheaven" era un pueblo vecino al "Bosque Encantado". Estaban conversando animadamente, cuando de repente Emma se empezó a sentir mareada, sus fuerzas se agotaron, y de un momento a otro perdió el conocimiento.

Una vez que Emma perdió el conocimiento, Neal invocó a su padre quien apareció en una nube de humo verde. Rumpelstiltskin le agradeció por haber atrapado a Emma, y desapareció con ella en una nueva nube de humo verde. Rumpelstiltskin entregó a Emma a las brujas como había prometido. Neal aliviado de haberse sacado esa tarea de encima, fue en búsqueda de Milah.

Second Star To the RightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora