El Capitán Brennan Jones, era un recolector de rayos. Su barco, que en vez de navegar por mar lo hacia en el cielo, recolectaba los rayos de las tormentas para ser vendidos en los mercados y que puedan ser usados como energía. Ese día estaba en su habitual tarea, vendiendo rayos a uno de sus mejores clientes.
- ¿Cuánto por los rayos? – Preguntó Jefferson.
- 200 galeones. – Respondió Brennan.
- ¿Tanto por unos simples rayos? – Cuestionó Jefferson sorprendido. – Ni que hicieran mucho allí en el aire. – Comentó tratándolos de vagos.
- Si no los quieres, nos lo llevaremos a nuestro próximo cliente. – Dijo Brennan pacientemente.
- Te daré 150. – Intentó negociar Jefferson.
- 200. – Dijo Brennan sin dar el brazo a torcer.
- 160. – Volvió a intentar Jefferson.
- 200. – Dijo Brennan con seriedad.
- 180. – Continuó intentando Jefferson arrebatar el precio.
- 200. – Dijo Brennan.
- ¿Acaso sabes negociar falso pirata? – Preguntó Jefferson. – Se supone que ambos debemos mover el precio. – Le recordó. – ¿Qué tal 195? – Intentó nuevamente.
- 195 aceptado. – Respondió Brennan haciendo señas a uno de sus hombres para que le entregue el cofre que contenía los rayos. – Serían 200 con los impuestos. – Comentó triunfante.
- ¿Haz oído hablar sobre la estrella que calló a la tierra? – Preguntó Jefferson luego de firmar su boleta.
- No, no he oído nada sobre una estrella. – Contestó Brennan con sinceridad.
- Ya me puedo imaginar el desastre que sería si fuera verdad, estos reinos están llenos de peligro como para una estrella. – Comentó Jefferson.
- Tenes razón. – Asistió Brennan. – Pero yo por las dudas, no estaría dando rumores sobre algo que no sabes si es cierto. – Advirtió.
Durante el resto del día, Brennan no se pudo quitar de su cabeza la noticia sobre la estrella. Si ese rumor era cierto, Jefferson tenía razón, la estrella estaba en grandes peligros en esos reinos donde había brujas, y donde reinaba Rumpelstiltskin. Él había cometido muchos errores en su pasado, como abandonar a sus hijos. Pero había aprendido de ellos. Él ahora era una buena persona y ayudaba a los demás en todo lo que podía. Por eso decidió ir en búsqueda de las Hadas Mágicas, Flora Fauna y Primavera. Si había alguien que podía ayudar y/o proteger a la estrella caída, Brennan estaba seguro que iban a ser las Hadas.
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Emma observó como varios hombres de la tripulación practicaban pelear con espadas, peleando entre ellos. Lo observó maravillada. Era algo increíble de ver por lo bien que lo hacían. Parecía un increíble espectáculo. Mientras los observaba intentó recordar las pocas lecciones que había llegado a tener con sus padres al respecto. Había sido tan chica cuando los perdió, que casi ni había tenido oportunidad de aprender. Pero lo que si recordaba, era lo bien que sus padres lo hacían. Ella los había visto practicar muchísimas veces y siempre se había sentido atraída ante eso. Creyendo que debería haber heredado algunas de sus habilidades, decidió que lo mejor era ponerlas a prueba.
- ¿Puedo practicar yo también? – Preguntó Emma acercándose a Robin y Will.
- Claro. – Asistió Robin amablemente entregándole una espada.
- ¿Sabes como sostenerla y como usarla? – Preguntó Will, con cierta curiosidad pero también con cierto tono burlón sin creer que una mujer pueda hacerlo.
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Second Star To the Right
FanfictionEmma es una Estrella que cae a la tierra al desear ser una humana, pero para poder quedarse en la Tierra debe conocer a su amor verdadero. Killian es un pirata en busca de una Estrella caída, para probar su amor a Milah. ¿Qué pasará cuando sus cam...