El Backstage -Yo soy tu match

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En el área de descanso del backstage, la iluminación era tenue y apenas llegaban sonidos lejanos del set principal. Los tres se sentaron en unos silloncitos de terciopelo bordeaux, frente a una mesita de café. Estaban algo confundidos por el efecto de la entrevista con Sonia.

Un asistente de producción se acercó y dijo:

—¿Qué quieren beber? Ya comienza el rodaje del detrás de las cámaras.

—Cerveza muy fría —dijo Jethro sin vacilar.

—¿Cerveza para todos? —preguntó el asistente.

—Sí, suena bien —respondió Maureen, mirando a Meteora de reojo.

Meteora aceptó también, aunque dudando un poco. Maureen no pudo evitar hacerle una pregunta en cuanto la vio tomar un sorbo muy largo.

—¿Acaso no amamantas? —inquirió.

Meteora sonrió, buscando en su bolso pañalero una mamadera con leche de fórmula.

—No, no amamanto. Fue una decisión que tomé desde el principio —explicó—. Pero gracias por la preocupación.

—Bueno, entonces toma con precaución —le advirtió Maureen, con una sonrisa.

Los tres quedaron en silencio por un momento, cada uno perdido en sus pensamientos. Bebían sorbos largos, mirándose de vez en cuando sin saber bien qué decir, hasta que Jethro rompió la tensión.

—Pensé que te habías ido a Paraguay con tu ex marido, Mortimer —dijo Jethro, apuntando a Maureen, quien lo miró, frunciendo el ceño.

—¡Claro que no! Mortimer me maltrataba psicológicamente —respondió Maureen con frialdad—. Nunca podría volver con él, aunque... bueno, admito que he tropezado varias veces con la misma piedra.

—¿Y tú, Jethro? —Maureen levantó una ceja, aprovechando el momento para lanzarle un comentario mordaz—. Tú sí que has tropezado con la misma piedra, ¿no?

Jethro tragó un sorbo de cerveza y la miró visiblemente incómodo.

—Pero, Maureen, ¿qué pasa que arremetes contra mí, eh?

—La última vez que te vi, estabas en una discoteca... besándote con una chica —murmuró Maureen con cara de rabia.

—Eso fue hace mucho tiempo—el hombre respondió, mirando al suelo—. Desde ese momento no te volví a ver. Antes todo era diferente... pero me engañaste.

—Sos un hijo de puta, no podés ser tan boludo. Siempre me tirás la pelota a mí —le gritó Maureen totalmente descolocada.

—Perdón, es que me tiras el pasado por la cabeza, pero quiero empezar de cero ahora —dijo Jethro.

Meteora se río con ganas viéndolos pelear.
Maureen suspiró, mordiéndose el labio inferior y dijo:

—Me disculpo por esta acción, Jethro, creo que tú has sido mi mejor pareja.

El pelilargo se ruborizó y desvió la mirada, tomando un largo sorbo de su cerveza para disimular. Danubio, al ver la escena, soltó una risa nerviosa y miró al pequeño Ángel, quien dormía plácidamente en su cochecito.

A la Cama Con Sonia     (𝙽𝚘𝚟𝚎𝚕𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚜𝚑)Onde histórias criam vida. Descubra agora