☹ Doce ☹

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Estaba acostado en mi cama, con la almohada sobre mi cara, intentando cerrar los ojos por un poco más de tiempo, pero al no ver resultados, me quejé y levanté.

Hice toda mi rutina: cambiarme, escuchar algo de música mientras tanto y quejarme del color oscuro que había debajo de mis ojos.

Pero viendo el lado bueno, dormía mejor que cuando apenas había entrado, y es que aparte del insomnio, no me era muy fácil dormir en un lugar que no fuera mi habitación, por eso había sido un poco complicado el acostumbrarme a la cama de la clínica. Tomé el pequeño bote de antidepresivos que se encontraba en la esquina de mi escritorio y saqué una pastilla, la tomé con un poco de agua, me puse los audífonos y salí de mi habitación. Extrañamente me sentía con más energía que otros días.

Vi que no había nadie a los alrededores, tal vez ya estaban en sus respectivas terapias.

El horario había cambiado, ahora nos tocaba terapia grupal los lunes y viernes a las 4:30 p.m. y la terapia individual dependía de la persona, a mi me tocaba los miércoles a las 5:30 p.m. Además de eso habían metido algunas actividades, que no eran obligatorias, pero ahí estaban por si te aburrías o necesitabas distraerte. Había deportes y cuestiones más artísticas. Como yo era un total fracaso haciendo cualquier mínimo esfuerzo físico, había ido a alguna que otra actividad de dibujo junto a Hannah.

Bajé las escaleras moviendo mi cabeza al ritmo de la música, no me importaba si alguien se me quedaba viendo raro, ya era costumbre. Fui directamente al patio, a una zona que Hannah había descubierto y dicho que era "nuestra", aunque uno de los conserjes nos dijo que no teníamos permiso para estar ahí poco nos importaba, aparte de que David nos dijo que si no hacíamos algún daño a lo que había alrededor (que eran árboles y algunas plantas) podíamos estar ahí. Yo sabía que ese viejo nos amaba.

- Hola -me senté en un pequeño espacio y saludé a Hannah, Sam y Ryan.

Ellos me devolvieron el saludo y poco a poco me fui acoplando a la plática. Hannah estaba bastante entusiasmada porque iba a ver a su hermano pequeño (del cuál no teníamos idea que existía hasta ese momento), Sam y Ryan estaban más cariñosos de lo normal. Oh, creo que se me había olvidado contar eso, Ryan y Sam estaban saliendo desde hace un tiempo, y con "hace un tiempo" me refiero a dos semanas. Y bueno, yo no tenía algo interesante de qué hablar.

- ¿Creen que Hayley regrese pronto? -preguntó Hannah saliendo un poco de tema.

- Tal vez -Sam entrecerró los ojos.

- Supongo, de todos modos lleva algunas semanas fuera -asentimos a el comentario de Ryan.

- David no ha dicho nada, así que no lo sé -me encogí de hombros.

- Espero que esté bien -Hannah suspiró- ¿Qué harán la próxima semana? Ya saben, tenemos autorización de ir con nuestras familias.

- Iré con mi padre a unas pequeñas vacaciones -dijo Sam con una pequeña sonrisa.

- Bueno, no le había dado mucha importancia, pero lo más probable es que vaya a ver a un amigo -Ryan tenía una sonrisa, de esas que saca cada 3467923 años.

- Realmente no lo recordaba -dije avergonzado- Así que lo más probable es que me quede en casa toda la semana.

- Eres tan deprimente -miré mal a Ryan.

Y así pasó la tarde. Hice un mal comentario acerca de Ryan y casi me mata (pero claro, él sí puede hacer malas bromas), hicimos algunos retos cuando nos aburrimos, seguimos hablando por algunas horas, y cuando nos sentimos hambrientos fuimos a el comedor. Cabe aclarar que Sam, aunque no en grandes cantidades, ya comía frente a nosotros, y eso me alegraba enormemente.

DepressionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora