A Naruto comenzó a darle vueltas la cabeza y tuvo nauseas. Pensó que iba a desmayarse.
-Tranquilo, tranquilo-le dijo Sasuke. Lo tomo por los hombros y lo obligo a tumbarse de nuevo-. ¿No te acuerdas de cuando te hiciste esa herida? – le preguntó. Él hizo un gesto negativo con la cabeza, y entonces el susurró:
-Debió de suceder cuando el avión cayó, no había sentido ningún dolor.-
-Estabas en estado de shock. ¿Cómo te sientes ahora?-
Fue en aquel momento cuando Naruto fue consciente del dolor.
-No está muy mal-respondió. Y, al darse cuenta de que él lo estaba observando atentamente para saber si decía la verdad, insistió: -De verdad, no me siento mal. Pero he sangrado mucho, ¿no?-
-Sí- dijo él. Y, con una expresión grave, comenzó a rebuscar en el maletín de primeros auxilios.
-Tengo que limpiarte la sangre para ver dónde está la herida.-
Sasuke abrió la mochila que el rubio llevaba y saco una camiseta de suave algodón para limpiar la sangre de la pierna. Naruto sintió la presión de sus manos, y casi nada más aparte de eso, mientras observaba el cielo a través de las ramas de los árboles.
Quizá se hubiera apresurado al dar las gracias a Dios por estar vivo. Cabía la posibilidad de que se desangrara allí mismo sin que Sasuke pudiese evitarlo. De hecho, posiblemente se alegrara de librarse de él.
Una suave imprecación lo sacó de su macabro ensimismamiento. Naruto alzó la cabeza y se miró la pierna herida. A lo largo de toda la espinilla corría un profundo corte, desde la rodilla hasta por encima del borde del calcetín.
Vio carne, musculo, sangre. Era repugnante, y no pudo evitar gemir.
-Túmbate, demonios.-
Débilmente, Naruto obedeció.
-¿Cómo ha podido pasarme eso sin que yo lo notara?-
-Probablemente, se abrió como la piel de un tomate a causa del impacto.-
-¿Puedes hacer algo?-
-Limpiar la herida con agua oxigenada.-
-¿Me va a doler?-
-Probablemente.-
Sin prestar atención a la mirada llena de miedo de Naruto, él comenzó a limpiar el corte con ligeros golpecitos, valiéndose de un trozo de camiseta de algodón y del peróxido. Naruto se mordió el labio inferior para no gritar, pero tenía el rostro contorsionado de angustia.