Cuando se despertó, se sintió verdaderamente sorprendido de seguir vivo, al principio, pensó que había anochecido, pero después alzo la cabeza y cuando la piel con que se cubría se le deslizo de la cabeza, percibió la luz del día. No sabía exactamente qué hora era, sin embargo el cielo estaba cubierto de nubes.
Con miedo, espero a que el dolor de la pierna penetrara en su conciencia, pero no lo sintió. Estaba mareado por el brandy que había consumido, pero consiguió incorporarse. Le costó un gran esfuerzo apartarse las pieles de la pierna. Por un horrible momento, pensó que quizá no sintiera dolor porque, después de todo, Sasuke había tenido que amputársela.
Sin embargo, tenía la pierna intacta, envuelta en vendas blancas de algodón. No tenía manchas de sangre. Naruto se sintió mucho mejor.
El esfuerzo de sentarse, no obstante, lo había dejado exhausto, y cayó de nuevo entre las pieles, abrigándose con ellas hasta la barbilla. Tenía la piel caliente y seca, pero aun estaba helado. Tenía fiebre. Quizá debiera tomar otra aspirina, pero ¿Dónde estaban? Sasuke lo sabría. Él...
¿Dónde estaba Sasuke?
Su letargo se desvaneció, y volvió a sentarse de nuevo. Frenéticamente, pasó la mirada por todo el claro. No había ni rastro de él. Se había ido, y se había llevado su rifle. El otro permanecía a su lado, a su alcance. El fuego aún tenía brasas encendidas e irradiaba calor.
Pero su protector lo había abandonado.
Intentando controlar la histeria, se dijo que estaba llegando a conclusiones precipitadas. Él no haría algo así, no, a menos que fuera un canalla. Sasuke Uchiha era duro, cínico, pero no carecía de sentimientos. Si así fuera, lo habría abandonado el día anterior.
Entonces, ¿dónde estaba?
Quizá solo hubiese permanecido con él lo suficiente para proporcionarle las condiciones necesarias para que sobreviviera, y se hubiera marchado para intentar salvarse a sí mismo. Era el que más condiciones tenia para conseguirlo, después de todo.
Bien, pues él moriría. Si no moría de fiebre, moriría de sed, o de frío. No tenia comida ni refugio.
¡No estaba dispuesto a rendirse!
De repente, se sintió furioso con él por haberse marchado y haberle dejado ahí. Le demostraría que Naruto Uzumaki no era un inútil ni un cobarde.
Lo primero que debía encontrar era comida y agua. Seguramente, más allá de los arboles que lo rodeaban al árbol habría animales y algún manantial. Para encontrarlo tenía que ponerse de pie. Le parecía una hazaña imposible, pero apretó los dientes para conseguirlo.
Estirándose todo lo que pudo, tomo uno de los troncos del fuego y lo atrajo hacia sí. Se apoyo en él y se alzó sobre una rodilla, manteniendo la pierna herida estirada ante él. Después se detuvo a recuperar el aliento, que formaba nubes de vapor ante su cara.
Repetidamente, intentó ponerse en pie sin conseguirlo. Estaba muy débil y se sentía mareado. Maldito Uchiha Sasuke.
Hizo un esfuerzo final y apoyó todo el peso en la pierna izquierda; entonces, consiguió ponerse de pie, pero todo comenzó a dar vueltas a su alrededor. Cerró los ojos para mantener el equilibrio, y cuando pudo abrir los ojos, emitió un grito de asombro. Sasuke estaba del otro lado del claro.
-¿Qué demonios estás haciendo?-le gritó.
Dejo todo lo que llevaba en manos, incluyendo el rifle, y corrió hacia él. Lo tomo en brazos y, rápidamente, volvió a tenderlo en la camilla y lo tapó con las pieles.
