Sasuke calculó que no habían recorrido mas de dos kilómetros cuando Kabuto comenzó a hablar. Sasuke habría hecho todo el camino sin decir una palabra, pero quizá el mantener una conversación hiciera que el tiempo pasara mas rápidamente y le ayudara a quitarse a Naruto de a cabeza.
-¿Cómo es que no tienen hijos?-le pregunto el peligris.
Todos los instintos de Sasuke se pusieron en alerta. Desde que había oído el grito de Naruto y lo había encontrado frente a los dos hombres, había sospechado de ellos. Hasta que no hubiera entregado sano y salvo a Naruto, a las autoridades, no iba a concederles el beneficio de la duda.
Si demostraban que eran decentes, entonces se habrían ganado su gratitud eterna. Hasta aquel momento...
-¿Eh?-insistió Kabuto-¿Cómo es que...?
-Ya le he oído-dijo Sasuke-. Naruto tiene una profesión. Los dos estamos ocupados. Dentro de poco pensaremos en tener hijos.
Tuvo la esperanza de haber puesto punto final a aquel tema con la explicación, pero no fue así.
-Si yo hubiera estado casado con él, durante cinco años, tendríamos cinco hijos-fanfarroneó Kabuto.
-Pero no lo está.
-Quizá no lo esté haciendo bien.
-¿El que?
Kabuto lo miro con malicia por encima del hombro.
-Ya sabe, lo que hay que hacer para tener hijos. Si fuera mi esposo...
-Pero no lo es-dijo Sasuke.
-Pero lo será.
Y con eso, Kabuto, sonriendo como un loco, se dio la vuelta y apunto a Sasuke el pecho con su rifle.
Durante toda la mañana, Sasuke había estado esperando un ataque semejante. Elevó el rifle un segundo después de Kabuto, pero el peligris disparó primero.
-¿Qué ha sido eso?-pregunto Naruto con un sobresalto, y se dio cuenta de que se había quedado medio dormido en la silla.
Orochimaru continuaba sentado a la mesa.
-¿Umm? -
-Me ha parecido oir algo.
-Yo no he oído nada.
-Podria jurar que...
-Los troncos de la chimenea se han movido, eso es todo.
-Oh-dijo el rubio, molesto por no poder controlar el nerviosismo-. Debo de haberme dormido. ¿Cuándo hace que se fueron?
-No mucho.
El pelilargo se levanto y se acercó a la chimenea para echar mas troncos al fuego.
El calor acaricio la piel de Naruto, y los ojos se le cerraron de nuevo. Por muy triste y sucia que fuera la cabaña, al menos le proporcionaba un techo y protección del frio. Sentía gratitud por ello. Después de pasar dias...
Abrió los ojos de golpe al sentir la mano de Orochimaru. Estaba arrodillado junto a él y le había agarrado la pantorrilla.
-Pensé que querrías poner la pierna en alto-dijo el pelinegro.
Su voz era suave como la de un santo, pero lo estaba mirando con ojos de demonio. El ojiazul sintió terror pero el sentido común le advirtió que no lo demostrara.
-No, gracias-respondio con un hilito de voz-. De hecho, creo que voy a caminar un poco para hacer ejercicio.
Naruto alargo la mano para alcanzar las muletas, pero el mayor las alcanzo antes.
-Deja que te ayude.
Antes de que pudiera protestar, él agarro al rubio por el brazo y lo levanto de aquella silla. Eso tomo por sorpresa a Naruto y el impulso hizo que chocara con fuerza contra el cuerpo de Orochimaru.
Naruto retrocedió al instante, pero se dio cuenta de que no podía ir lejos, porque él le había puesto la mano en la espalda y lo estaba atrayendo hacia si.
-¡No!
-Solo estoy tratando de ayudarte.
-Entonces, suélteme, señor Orochimaru, por favor. Yo puedo arreglármelas.
-No sin ayuda. Yo tomare el lugar de tu esposo. Me dijo que te cuidara ¿no?-dijo y le pasó la mano por la cadera.
Naruto se quedo helado de horror.
-No me toque así-le espetó e intento alejarse de él, forcejeando. Sin embargo, las manos de aquel hombre estaban por todas partes-. Quíteme las manos de encima.
-¿Qué le pasa a mis manos?-pregunto con maldad-. ¿No están lo suficientemente limpias para tu gusto?
-¡Suelteme!-esta vez fue mas una orden que un simple gemidito-¡Sasuke vendrá y no estará muy contento!-exclamo, mientras forcejeaba un poco mas fieramente.
-Sasuke no hara nada-dijo el morocho con una sonrisa siniestra-. Y de ahora en adelante te tocare siempre que quiera.
Entonces tiró del rubio hacia él. En aquella ocasión no había duda de cual era su intención. Naruto reunió todas sus fuerzas para apartarse de él, pero no lo consiguió. Tuvo que apoyarse en la pierna herida, y sintió una descarga de dolor en toda la pierna.
Entonces gritó.
-Adelante, grita. No me importa-dijo él.
En aquel momento, oyeron pasos fuera de la cabaña.
-¿Kabuto? Entra.
La puerta se abrió y la figura de un hombre a contra luz, se dibujo bajo el umbral.
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