9. Día 1 / La bañera.

830 102 31
                                    

Mangel

Me las arreglo para sostener el cuerpo de Ruben antes de que toque el suelo. Lo llevo inconsciente hasta el coche, es muy liviano y  casi no pesa nada, así que no me resulta ningún problema. Incluso ahora se ve como un ángel mientras esta desplomado en el asiento, con el cabello castaño enmarcando su carita dulce.

Mientras conduzco la corta distancia hasta la casa, sigo mirando a Ruben, él parece estar bien. Esta respirando normalmente así que creo que solo necesita dormir. Pero no estoy dispuesto a dejar que se ahogue con su propio vomito, lo voy a cuidar.



Al entrar en la casa, me dirijo directamente a la habitación y coloco a Ruben en la cama. Él despierta momentáneamente y murmura dormido, pero no vuelve a vomitar.

Le quito los zapatos junto con sus calcetines. Me doy cuenta que están un poco manchados de su abundante vomito, al igual que sus pantalones, no lo puedo dejar con ellos, están asquerosos.

"Tengo que decir que no es como yo quería desnudarte de nuevo" murmuro con ironía. Al desabrochar el botón y bajar la cremallera de sus pantalones, los deslizo hacia abajo por sus caderas, y luego tiro de ellos fuera por la parte inferior de sus piernas.

No puedo hacer nada por mí mismo, es un festín para mis ojos. Sus hermosas piernas largas y delgadas, me quedo embobado. Siento como mi erección despierta, es tan hermoso, quiero tocarlo, quiero besarle todo el cuerpo, quiero hacerlo mio de nuevo.

Lo pongo de lado, por si empieza a vomitar. Su hermoso trasero queda ante mí, y eso me da la estocada final, estoy perdido.

Mis ojos pasan lentamente por toda su figura, pero no lo toco, no sin su permiso. Respiro con dificultad y empiezo a imaginarme su cuerpo desnudo, en mis brazos, tocando cada parte.

Tapó su cuerpo con el edredón y me dirijo hasta el baño, estoy tan excitado que tengo que calmarme de alguna manera.



La bañera es blanca, profunda y ovalada, la lleno de agua, me quito la ropa y me meto en ella, sin pensarlo. Esta bañera es igual a la de la antigua casa de Ruben. Sin querer viene a mi mente el recuerdo de la noche de sexo en el agua que tuvimos hace años, y me dejo llevar, recordando cada hermoso y excitante detalle.



Él esta a lado de la puerta de baño, solo con mi camisa sobre su cuerpo, sus ojos están muy abiertos y jadeando por la excitación. Me acerco lentamente y le ofrezco mi mano, para ayudarlo a entrar en el agua.

Mírame - le digo desde afuera de la tina.

Él me observa con atención, sin decir nada, noto como su cuerpo tiembla al sentir mi mirada sobre él.

- Eres perfecto Ruben, el chico más hermoso que he visto.

Me acerco, agarro mi camiseta y se la quito suavemente por arriba de su cabeza. Esta completamente desnudo ante mis ojos. Ruben baja la mirada, el color en su mejillas delata su nerviosismo.

Tomo su barbilla y le levanto la cabeza para que me mire de nuevo.

- Oye no tienes porque avergonzarte, te puedo asegurar que es un placer poder contemplarte.

- Vale - dice bajito y se sienta en el agua caliente de la bañera.

Yo no tardo mucho en acompañarlo, dejo mi ropa en el suelo y entro a la bañera con él.

El agua sube de nivel cuando me siento detrás de Ruben, tiro de su espalda para que se recargue a mi pecho, coloco mis piernas arriba de las suyas, estoy pegado a él. Puedo sentir sus nalgas en mi miembro.

RECUERDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora