Desde ya lamentó los errores. Escribí desde el celular y es un poco complicado. Gracias por leer ❤️💗.
Harry vio a Louis llegar como si se tratara de un pequeño cachorro arrepentido. Él estaba acostado cuando un herido par de ojos azules atravesó la puerta de su cuarto, fue probablemente una experiencia tan abrumadora que espera no tener que vivir nunca más.
En su estómago había una presión fuerte que no se detuvo aún intentando sanar muchas de las heridas de su novio. Sabía que era ira, él tenía un problema demasiado grande con ella. Jamás se enojaría con Louis, lo sabe, pero perdía la paciencia cuando algo que amaba salía lastimado.
La presión de los labios de Harry fueron a la frente de Louis, quien, cerró los ojos al contacto. —¿Quieres ducharte, amor?
Preguntó, con una suavidad cautivante. Mientras que el más pequeño asintió llevándose algunas toallas y un poco de ropa de Harry, todo el tiempo, con aquella triste expresión en el rostro.
Sólo fueron unos quince o dieciséis minutos antes que de que Harry volviera a verlo salir del baño. Se veía adorable con las prendas varias tallas más grande. Se besaron después de eso, para después, dejar que Louis se sentara en su regazo afirmando de su cuello, hundiendo su pequeña nariz en el. —¿Vas a contarme quien fue la persona que te hizo esto?
Negó. —Primero dime que vas a hacerle sí es que te lo digo.
—Partiré su cara hasta que cada parte de ella quede completamente irreconocible. —se despegó unos momentos para mira al oji-verde con algo de frustración. —Sabes que haría cualquier cosa que me pidas, pero no me mires así. Nadie te toca, nunca, nadie puede lastimarte. No a ti. Y quien lo haga se lleva la peor parte. Estoy ardiendo por dentro pensando en mil maneras de destrozar al culpable, pero no quiero mostrarme enojado contigo. No me gusta que me veas de esa forma.
La mano de Louis pasó por su cara dejando unas pequeñas caricias, para presionar sus labios contra los de él por una pequeña fracción de tiempo. —No quiero hacerte daño, bebé.—mencionó, su voz soñando más aguda de lo normal.
—Tú no lo harías. ¿De que estas hablando?
Fueron unos largos minutos de silencio, Louis viendo directamente hacia Harry con los ojos algo aguados. Soltó un suspiro duradero y entonces dijo; —fue Bill.
Probablemente mil cosas pasaron por la cabeza de él. Muchas. Sabía que Louis se refería a su mejor amigo, sabía que lo hacía porque aquellas palabras se escuchaban amargas y tristes.
Pero no hizo nada más que pasar su mano cuidadosamente hacia la parte en la que la de Louis estaba, tomándola entre la suya, con el ceño fruncido. —¿Desde cuándo?
—él sólo lo hizo esta vez, nada así había ocurrido ant-
—Louis.
Aquello fue una pequeña advertencia y el ojo-azul tuvo que rascarse la nuca con preocupación. —Él me dio tres palizas antes que esa. Me dijo un par de cosas algunas veces, nada importante.
—¿Qué tipo de cosas?
Apoyó su cabeza en el hombro de Harry. No se sentía bien recordándolo. —Cosas como que no era suficiente para ti. O que estaba gordo. Solía decir que soy una pequeña bola de grasa detestable. "Tocarte le causa asco" Lo repetía mucho.
Gruñó, probablemente más fuerte de lo que quiso y aparto sus manos de cualquiera que hubiese sido su anterior paradero para depositarlas en la cintura de Louis. —Todo eso es mierda, ¿Lo sabes, no?
Asintió. —No le creí.
Besó su cuello un par de veces y por esa razón, Louis se tensó. —Eres lo más precioso que me ha pasado en la vida, nene.
Aquella última palabra le cohibió enormemente, esperando que él volviera hablar, porque parecía querer hacerlo. —Y sea quien sea, por más amigo mío que parezca, terminara pagando con mi puño en su cara si decide decirte lo contrario, ¿Entendido?
Quiso decir que sí, pero no se sentía con la suficiente fuerza.
