Louis consiguió su primer amigo y se sintió bien al respecto. Fue lindo. Jamás se había sentido sin ganas de golpear en el rostro a una persona por tan extensa cantidad de tiempo. Él se llamaba Steve, tiene un suéter lila pálido, y es bastante agradable.
Además, es la única persona que no sale corriendo la primera vez que Louis habla, así que está a gusto.
Ellos comieron pancakes en la cafetería y rieron porque había unas chicas tontas que se creían el centro del universo sentadas cerca hablando fuerte sobre cosas sin sentido. Pero, por la mente de Louis, Harry no había pasado en todo ese día, o incluso, desde hace unos cuantos cuando conoció a Steve. Estaba tan a gusto con estas nuevas sensaciones, descubriendo nuevas cosas que para él eran imposibles, que olvido por completo que tenía un novio. — ¡Hay que salir juntos, Louis! Encontré una tienda que vende cosas muy bonitas cerca de aquí.
—Yo-uh. —omitió cualquier palabra pero bajó la mirada avergonzado porque él no era de salir mucho, le disgustaba solo pensarlo, entonces pensó que si se lo decía el chico se alejaría de él, no querría ser su amigo más. Estuvo a punto de decírselo porque odiaba mentir u ocultar cosas, pero Steve le interrumpió.
— ¿No te gusta salir? —adivinó, a raíz de sus expresiones.
—No, no mucho.
—No lo entiendo, pero si el otro día te vi cerca del centro con este chico rizado de gran sonrisa.
Algo hizo click en Louis después de eso.
Vio a todas direcciones, y fue entonces, en uno de los largos pasillos sacando cosas de su casillero, que vio a Harry quien bufaba por lo bajo, golpeando levemente el metal antes de darse la media vuelta haciendo que sus miradas chocaran unos momentos. Se sintió culpable. Pero, ¿Qué más daba? Solo habían sido unos cuantos días, ¿Por qué iba a extrañarlo si tenía miles de amigos más interesantes que él? Se enojó para sus adentros y pensó que era tonto.
—Looo-hue. —le llamó así varias veces pasando las manos por su cara hasta que él tuvo que ver al pelinegro de enfrente, tenía una sonrisa en los labios. —¿Entonces no? ¡Podrías venir a mi casa! Mamá hace unos pasteles muy ricos, si quieres, le pido uno especial para ti. Puede ser rosa o algo así, ¿Cuál es tu color favorito?
—Celeste.
— ¿Celeste como el color de bebés?
Miró hacia otra dirección. —Los bebés son feos. Es mejor; celeste de Louis.
—Ow.
Sus mejillas se tornaron algo rosa por esa expresión, pero no dijo nada más. Luego, al terminar la clase, Steve tomo su mano y fue jodidamente extraño para él. No se sintió romántico, no se sintió absolutamente como algo alrededor de esa palabra, sabía que para Steve tampoco significaba eso, hacía tanto frío que la calidez de la mano de aquel chico fue entregada hacia la suya, estaba cómodo.
Comodo antes de que Harry llegara echando humos.
