CAPÍTULO 13

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Rosa me dejó después de comprobar que me comiera todo lo que me preparó, indicando que era una orden del Alfa. Se abrió la puerta, entrando un Miguel muy cansado y con muchas horas sin dormir en el rostro. Alzó la mirada y sonrió aliviado de verme bien.

- ¡Jazz! Que bueno que ya estás bien. Es un alivio verte despertar.

Mientras decía eso, me abrazó y pude notar un delicioso olor, pero no supe identificarlo. Le dije en un susurro:

- Tranquilo, estoy bien, más que bien ahora. Me noto diferente. Mmmm... No sé cómo explicarlo.

- Tranquila, es normal. Pero tengo algo que preguntarte.

- Adelante, lo que sea.

- ¿Sabes algo sobre tu familia?

- Mis padres me adoptaron cuando yo tenía 6 meses de nacida. Así que prácticamente antes de eso, no sé. No entiendo por qué me dieron en adopción.

Seguía hablando en un susurro y voz quebrada. Miguel suspiró y me dijo:

- No te preocupes, investigaremos y así sabremos si perteneciste a alguna manada, ya que has sobrevivido a la marca de un Alfa a su Luna.

Pasaron un par de horas y estoy muy aburrida. Decidí levantarme y dar un pequeño paseo por la manada y saber de mi amiga Adylene. Pero antes decidí darme una ducha, ya que al pasar unos días inconsciente me siento muy mal.

Después, Rosa entró con una charola de comida. Olía tan delicioso que se me hacía agua la boca.

- Luna, desde hoy su dieta va a cambiar. Ya que ahora es una de nosotros, debe consumir más proteínas. Y también, a partir de mañana, empezará su entrenamiento.

- Mmm... ¿Qué entrenamiento?

- Son varias facetas, Luna. La primera es controlar los cambios. Le enseñarán a convertirse en lobo y luego cambiar a su estado natural. Luego sigue el de rendimiento y, por último, el de pelea.

Hizo una pequeña pausa para ver si le entendí y continuó:

- El Alfa quiere estar seguro de que usted, Luna, se pueda defender en caso de que los desterrados nos ataquen.

Eso me dejó mucho en que pensar .

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