Capitulo 8

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"Esto tenía que ser una maldita broma del destino. Es increíble que después de tantos años, pretendan regresar a mi vida así como si nada. Fijé mi vista en Adilene con las interrogantes en los ojos de ambas: ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Qué futuro nos espera? En eso, ella se levantó del sillón y le pregunté con voz alarmada: -¿Qué pasa, Adilene, qué tienes?-

-No quiero volver a estar sola, por favor, no me dejes...- No terminó la frase y se puso a llorar. Yo no quería llorar, pero tampoco me gusta verla así. -Te prometo que no te voy a dejar nunca, no te podría dejar porque eres mi hermana-. Nos fuimos a la sala y nos quedamos ahí esperando a que Norma llegara. Pero nunca llegó. Traté de comunicarme con ella, pero no contestaba mis llamadas, mensajes ni correos. Así que decidimos irnos a dormir, ya que mañana nos esperaba una jornada larga de trabajo.

A la mañana siguiente, tuve que irme temprano al trabajo, ya que hoy es el aniversario de la cafetería y organizamos un evento de primera. Por lo cual, llegaría tarde a casa. Llegué temprano para abrir e iniciar con los preparativos de la gran gala de esta noche, ya que hoy vendrá el dueño. ¡Por fin conoceré a mi jefe! Todo transcurrió bien: las decoraciones ya estaban en su lugar, las mesas, luces, música, bebidas, la comida y el ambiente. Yo, claro, ya me había arreglado con un vestido sencillo pero bonito. Los invitados empezaron a llegar y mi trabajo de esta noche es guiar a cada invitado a su mesa. Todo marchaba bien hasta que alguien se aclaró la garganta.

- Hola, buenas noches, ¿me podría ayudar a encontrar mi mesa, por favor?- Sin mirar quién era, le contesté: -Claro, en un momento lo atiendo-. -Gracias, hermosa-. Uff, debo parecer un tomate. No le tomé importancia, qué más da, no lo conozco. Así que le dije con una sonrisa en los labios: -Bien, ahora dime tu nombre y enseguida te llevo hacia tu mesa-. -Mi nombre es lo de menos. Solo vine a decirte que tengas mucho cuidado con Sergio, es peligroso. No dejes que su amabilidad e insignificantes detalles te deslumbren. No te dejes engañar por su galantería. Detrás de esa cara se esconde un ser obscuro, tenebroso. Hazme caso y, si eres inteligente, te alejarás de él-. Cuando quise contestarle, alguien me llamó pidiendo ayuda y ya no supe adónde fue.

La noche transcurrió tranquila, en paz, los invitados se fueron felices, los de limpieza se encargaron de limpiar el desastre. En fin, yo, claro, ya voy rumbo a mi casa, muerta de cansancio. Al llegar, me encuentro a Adilene sentada en el sofá con una nota en la mano".

"-Hola, ¿cómo te fue?"

- "Bien, supongo. ¿Qué traes en la mano?"

- "Una nota que nos dejó Norma. No la quise leer hasta que llegaras, para leerla las dos".

- "Bien, hay que leerla".

Cuando abrimos la nota, encontramos una fotografía de nosotras tres en la playa y abajo de esta decía "LAS QUIERO". La nota decía:

"Chicas, lamento dejarlas así. Mi padre me encontró y me pidió que le diera una oportunidad, que ya había cambiado, que ya no tomaba una sola gota de alcohol. Vino a buscarme y decirme que mamá me quiere de regreso en casa. Les soy sincera, yo también la extraño mucho. Así que me voy con mi padre. Espero que me puedan perdonar algún día. Sé que me entienden porque las tres tenemos la misma historia con nuestras familias. En mi caso, les voy a dar una oportunidad a mis padres y a ver qué pasa. No se preocupen, les llamaré en cuanto llegue a mi casa y las iré a visitar de vez en cuando, o más bien, cuando pueda. Esta no es una despedida para siempre, solo es un hasta luego. No olviden que las quiero, chicas. Ustedes son como mis hermanas que nunca tuve. Gracias por esos días felices que me ayudaron a salir adelante. No olviden que si necesitan algo, pueden llamarme a cualquier hora. Yo estaré para ustedes a cualquier hora y día. Adiós, chicas. Cuídense y no dejen de llamarme.

P.D.: No vayan a hacer una fiesta sin mí. LAS QUIERO MUCHO".

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