CAPITULO 15

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Alfa Miguel

Me recosté en mi silla, entrelazando mis dedos en un gesto de reflexión. "Calista, entiendo que quieras proteger a tu hija, pero no puedo dejar que te la lleves así como así. Jazmín es una miembro valiosa de nuestra manada y no podemos permitir que se vaya sin más".

Calista se inclinó hacia adelante, su mirada intensa y decidida. "No es solo por Jazmín, Miguel. Es por el bien de todos. La magia que corre por sus venas es demasiado poderosa para que la maneje sola. Si no aprende a controlarla, podría ser peligrosa para sí misma y para los demás".

Me fruncí el ceño, considerando las palabras de Calista. "Y tú crees que puedes enseñarle a controlar esa magia?"

Calista asintió. "Sí, lo creo. He pasado años estudiando magia y sé cómo ayudarla a dominarla. Pero necesito que me la entregues, Miguel. Por favor".

Mientras tanto, Jazmín seguía ajena a la conversación que estaba teniendo lugar en mi despacho. Me preguntaba qué haría cuando descubriera que su madre biológica había venido a buscarla.
Asentí, comprendiendo la gravedad de la situación. "Entiendo, Calista. La familia de vampiros más poderosa de tu raza es una amenaza seria. Y si Sergio está involucrado, eso complica aún más las cosas".

Calista asintió, su expresión seria. "Sí, Miguel. La familia Valois no se detendrá ante nada para lograr sus objetivos. Y si Jazmín no aprende a controlar su poder, será una pieza clave en sus planes. Su lado lobo y su lado de bruja la hacen única, y ellos querrán aprovecharse de eso".

Me levanté de mi silla, caminando hacia la ventana. "No podemos permitir que eso suceda. Jazmín es una de nosotros, y la protegeremos a toda costa".

Calista se levantó también, su mirada fija en la mía. "Por eso necesito que me la entregues, Miguel. Solo yo puedo enseñarle a controlar su poder y prepararla para lo que se avecina. La oscuridad que se acerca es grande, y solo Jazmín  es la clave para detenerla".

Me di la vuelta, mirando a Calista. "Está bien. Te la entregaré, pero debes prometerme que la protegerás y la prepararás para lo que viene".

Calista asintió, su expresión determinada. "Lo prometo, Miguel. Haré todo lo que esté en mi poder para proteger a Jazmín y prepararla para su destino".
Asentí, confirmando el plan. "Entonces, está decidido. En una semana, regresarás por Jazmín y empezarás su entrenamiento. Prepararla bien, Calista. La oscuridad que se avecina no se detendrá ante nada".

Calista asintió, su mirada firme. "Lo haré, Miguel. No te preocupes. Jazmín estará lista para enfrentar lo que venga".

Me extendió la mano y se la estreché, sellando el acuerdo. "Buena suerte, Calista. Y ten cuidado. La familia Valois no es un enemigo a tomar a la ligera".

Calista sonrió, una sonrisa débil pero determinada. "No lo haré, Miguel. Y gracias. Jazmín estará en buenas manos".

Con eso, Calista se dio la vuelta y salió de mi despacho, dejándome con mis pensamientos. Me preguntaba qué le deparaba el futuro a Jazmín, y si estaría lista para enfrentar lo que se avecinaba. Solo el tiempo lo diría.

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