¡Habitación de Dylan!

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Después de un masaje en mis piernas de la caminata de ayer, decidí preparar el desayuno de mi hermano y el mio. Bajé y, me encontré a mi abuela con Carmen charlando. Las dos me miraron.

- Perdón, no había escuchado que teníamos visita en casa. - dije subiendo las escaleras.

- Miriam, no seas tonta, no me molesta. - dijo Carmen sonriéndome.

- De todas maneras, buscaré un pantalón que ponerme. - dije subiendo las escaleras. Cuando llegué a mi cuarto, abrí el cajón y busqué un pantalón. No encontraba ninguno y, ya era casi la hora de que Marcos se levantara.

Cuando ya encontré uno y me dirigí hacia mi puerta, encontré a mi hermano, con dos bandejas en las manos y una rosa en la boca. Me hizo muchísima gracia verlo así, era tan mono.

Cogí la bandeja que me correspondía y nos sentamos en mi cama. Después intenté quitarle la rosa con las manos para que no se pinchara más.

- La próxima vez que quiera ser romántico, me pegas una ostia. - dijo lamiéndose los labios.

- Pero si no fueras así, yo no te querría comí te quiero ahora. - dije dándole un beso en la mejilla y extendiéndole un pañuelo para que se quitara la sangre.

- A ti también te quiero yo, coño. - dijo tirandome un beso.

- Anda, desayunemos que hoy hay que limpiar. - dije metiendome la tostadas en la boca.

- Adiós a mi momento de paz y tranquilidad. - dijo riéndose.

Nos terminamos pronto el desayuno y, tal y como nos pusimos a limpiar, alguien llamó a la puerta. Cuando fui a abrir, mi abuela se me adelantó y se luso en medio. La deje hablar con quien fuese que este en el otro lado y me subí a la planta de arriba a seguir limpiando con mi hermano.

Cuando terminamos de limpiar, nos metimos en su cuarto y empezamos a jugar a un juego de la play (FiFa)

Marcos me había enseñado s jugar más o menos y la verdad, es que ya casi me estaba cogiendo el truquillo.

Marcos y yo nos pasamos tiempo allí, tirados en su cama, uno encima de el otro, jugando uno contra otro.

Después de haber quedado empate, me levanté de su cama y me fui a poner la radio. Esta semana tocaba musicas antiguas y la verdad es que, yo lo agradecía.

Me hacia recordar los momentos mas felices de mi vida, con mi madre y con mis tíos y amigos.

Los dos nos pusimos encima de el colchón y nos pusimos a bailar. Hacia mucho tiempo que no hacia esto con nadie. Los dos nos divertíamos tanto que se nos fue la hora hora escuchando musica y no nos dimos cuenta de que, era la hora de comer.

Bajamos y había preparado mi abuela, hamburguesa con ensalada. Mi abuela nos dejo una nota diciendo que se iba a una tienda del centro a buscar lana.

Comimos los dos juntos y decidimos ver una película, mientras comíamos. Marcos buscó alguna que nos pudiera gustar s los dos y, que no fuese de miedo.

Decidimos ver, una película que me compró mi tío hace tiempo y todavía, no la había visto. La película se llama Tiburón 3D LA PRESA. La verdad, no es una cosa de el otro mundo, esta chula.

Mientras la veíamos, nos íbamos comiendo la hamburguesas. Las hamburguesas estaban tela de buenas. Mi abuela siempre había sido muy buena en la cocina.

Yo un día le dije que si quería que la apuntara a máster chef, pero no quería. ¡Que cabezota!

Cuando terminamos, Marcos me dijo que hoy había quedado con esta gente pero, por la manera en la que me había mirado, significaba <<Tarde de chicos>> y yo, como buena hermana que soy, lo respeto. Besé su mejilla y lo vi salir por la puerta, con la gorra de Monsters que le regalé. Los dos coincidíamos en algunas cosas y, la obsesión por las gorras era una de ellas.

¿POR QUÉ EL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora