Leo chico y Sagitario chica
- ¡no mames Leo* me voy a morir! – gritaba Sagitario mientras Leo* intentaba prender el automóvil
- ¡cálmate mujer me pones nervioso! – dijo Leo* mientras encendía el automóvil. Sagitario respiraba rápidamente tratando de aliviar un poco el dolor
- ¡se va a salir el puto bebé! – dijo Sagitario apretando el brazo de Leo*
- ¡ay no mames! – presionó el pedal fuertemente y se encaminó hacia el hospital
- ¡tampoco nos vayas a matar león asesino! – la arquera respiraba y el León procuraba no desmayarse.
Al llegar al hospital, ingresaron a la futura madre a la sala de partos y le entregaron al futuro padre el traje para que pudiese ver el nacimiento de su bebé.
El padre entró a la sala, por fortuna el bebé no había nacido aún. Leo* se hizo al lado de Sagitario, la cual pujaba para poder dar a luz a su ansiado bebé.
- Tranquila nena, todo va a estar bien – dijo Leo* tratando de calmar a Sagitario o más bien a él.
- ¡no me digas que debo hacer! – dijo Sagitario y Leo* la miró confundido.
- Que mujer – susurró el león. Cuando finalmente, Sagitario pujó por última vez y se escuchó el llanto de un bebé...
- ¡es una acuario! – dijo el médico, ambos se miraron y sonrieron.
- Gracias preciosa, muchas gracias – Sagitario sonrió
- ¿por dar a luz a tu bebé o por follar? – ambos sonrieron y se dieron un tierno beso.
Tres años después
Sagitario estaba poniéndose su vestido de novia. Leo* no le había propuesto matrimonio antes por el embarazo, ya que ella quería un vestido "normal", pero cambió de idea al enterarse unos ocho meses atrás de que estaba nuevamente embarazada.
- ¿Cómo me veo Acua?- le preguntó a su hija pequeña de tres años
- Como una princesa mami – dijo la chiquita con una sonrisa y su vestido turquesa
- Entonces también tu hermanito se va a ver bien – dijo Sagitario poniéndose de perfil para ver a su protuberante barriga
- ¡si! – dijo Acuario mientras tocaba la barriga de su hermano. – tenemos una mami linda – Sagitario sonrió y le dio un suave beso en la coronilla a su pequeña princesita.
- Estamos listos – dijo Escorpio* Sagitario asintió
- ¿has visto a Capricornio? – el Escorpión* se tensó y negó -¿no vino contigo?
- Ya no somos nada – dijo secamente – apúrate – finalizó.
- ¿El tío Escorpio* tiene el corazón roto? – Sagitario asintió y le dio una sonrisa a su hija
- ¿vamos?
- Si – respondió la pequeña Acuariana mientras agarraba la mano de su madre.
Todo transcurría con normalidad, hasta que a mitad de la ceremonia.
- Dios – murmuró Sagitario. Leo* logró escucharla y se acercó a su futura esposa
- ¿te sientes mal? – Sagitario negó
- Y-ya es hora – dijo con dificultad la arquera
- ¡padre apúrese que está a punto de dar a luz! – gritó Leo* que a pesar de que ya había pasado por esto antes, seguía poniéndose nervioso. El padre leyó lo más rápido posible, hasta que llegó a la parte de los votos
- ¡los diremos en la casa o en la cama como prefiera! – el padre continuo
- Puede besar a la novia – Leo* besó a Sagitario y salieron corriendo de la iglesia hacia el hospital.