La Historia de Nova Terra Capítulo I: Kasai

Regreso a la vida

Desperté en cama, podía escuchar a varias personas conversando un poco distantes, aparte de un pitido que cualquiera reconocería donde fuera «Pit~Pit~Pit». No podía ser posible, estaba incluso conectado a algunas máquinas. Me encontraba en el hospital del pueblo.

Me levanté y me examiné frente al espejo:
Estaba completo en lo que me parecía. Ambos brazos estaban bendados, y mi vientre estaba intacto al igual que mi cuello. Todo estaba bien, a excepción de algo: tenía una cicatriz perpendicular que pasaba justo por en cima de mi ojo derecho, justo por la mitad. Debió de ser cuando la bestia se lanzó para atacarme.

Pude escuchar voces que venían del exterior de la habitación:

-... Disculpe, hacemos lo mejor que podemos pero aún no podemos encontrar qué es lo que tiene. Es muy poca información la que tenemos sobre la cosa que lo atacó; sus heridas no sanaron a la velocidad que deberían, a demas de que hay una toxina de origen desconocido presente en su cuerpo la cual se esparce por sus venas rápidamente.

-¡¿Qué?! ¡¿Lleva más de dos meses en coma y no han logrado descubrir nada más que su estado?! ¡¿Envenenado?! ¡Es mi hijo el que está ahí dentro!

-Señor, tranquilícese. Hemos logrado erradicar el veneno de manera temporal.

-¿Cómo lo consiguieron? ¿Qué le hicieron?

-Logramos erradicar la toxina mediante una de las escamas del pecho de un dragón, lo más cerca posible de la chispa que produce el fuego del reptil.

-¿Por qué una escama?

Escuché como caminaban por fuera de la habitación.

-Hace muchos siglos se hablaba de bestias escupe fuego que recorrían los cielos. Los dragones especificamente tienen esa característica única de poseer un aliento de fuego poderoso, que calienta las escamas de su pecho y dandoles un brillo particular.

-Eso no responde mi pregunta doctor.

-Una escama del pecho de un dragón es lo suficientemente caliente como para evaporar y eliminar cualquier veneno, por la cual hemos logrado erradicar de manera temporal el veneno haciendo un implante de la escama en el corazón del joven hasta que encontremos una cura.

-¡¿Qué?! ¡Eso evaporaría su sangre!

-Así es.

-¿Entonces por qué demonios tiene una escama de dragón la cual podría matarlo?

-No va a hacerlo. Le hicimos la transfusión de sangre del mismo dragón que encontramos cerca. Esto regulará la temperatura corporal dandole la capacidad para soportar la temperatura del implante.

-¿Pero si en algún momento su corazón no logra tolerarlo? ¿Qué es lo que le pasará?

-No estamos completamente seguros de que eso sea suficiente para aguantar su temperatura, en dado caso de que no sea posible el que su corazón logre soportarlo entonces tendremos que hacer un transplante completo del corazón.

-¿Acaso es eso posible?

-A lo largo de los últimos siglos hemos logrado evolucionar bastante en muchos de los campos señor y hemos descubierto que la sangre de un dragón se adapta y mejora en el cuerpo constantemente, independientemente de que hablemos de un dragón o no.

-Discúlpeme doctor, no sé mucho de medicina, pero ¿si se adapta no se supone que debe de perder sus características principales para adaptarse al nuevo flujo y fluido sanguineo pensando que no se tratara de un dragón?

-No, en base de las fortalezas de ambos tipos de sangre, se adapta rescatando las características benéficas de ambos tipos de fluido, entonces no hay de qué preocuparse en que la sangre pueda causarle algún daño

-No me siento realmente seguro con ésto doctor... ¿No será posible hacerle un análisis?

-Le hemos hecho estudios lo más constantemente posible señor, el último realizado fue hace unos dias entonces ya han de estar listos los resultados. Podemos hacerle entrega de ellos ahora.

 -Claro, pero quisiera pasar a verlo primero.

Se silenció el pasillo mientras dos segundos después mi padre entraba por la puerta. Era un hombre alto y fuerte, con cabello negro y ojos oscuros, además de poseer una barba y bigote poblados con una voz gruesa y una nariz no tan pronunciada como la mía. Casi no existía parecido entre él y yo.

Al entrar se llevó una expresión de sorpresa al rostro al verme sentado en la cama, como si no me hubiera pasado nada. Corrió hacia mí y me abrazó fuertemente:

-¡Al fin has despertado! Pensé que tardarías mucho más en hacerlo.

-Gracias a Dios que fue ahora y no después.

Unos segundos después nos separamos y con un semblante un poco más serio le pregunté:

-Papá... ¿Qué fue esa discusión con el doctor? ¿Qué es lo que me sucede?

La expresión de mi padre cambió en un instante.  Balbuceó un poco y por fin me respondió:

-Supongo que ya escuchaste cuánto tiempo estuviste inconciente ¿no es así?

Afirmé con la cabeza.

-Dos meses...

Se guardó el silencio por unos momentos hasta que volví a preguntar

-Papá... ¿Qué me hizo esa cosa...?

Se silenció por otros momentos y por fin me contestó

-Como ya sabes, hace dos meses fueron atacados Lyana y tú por una bestia extraña, una bestia nunca vista la cual se oculta entre una niebla particular, una bestia que según la descripción de Lyana: de color negro, garras y cola color plata, seis alas, y ojos color rojo. Te inyectó con su cola un veneno en tu vientre, y casi te destrozó por completo los brazos. Gracias al cielo que no fue suficiente para matarte desangrándote, pero a pesar de todo te dejó en estado de coma.
Lyana corrió a verte, y esa cosa la atacó, dice que no sabe exactamente qué pasó cuando fue atacada, pero sólo logró desgarrarla un poco antes de que auyentara la bestia.
Con heridas menores, Lyana fue a advertir sobre esta bestia y a  buscar ayuda al pueblo.
Poco tiempo después regresó para llevarte lo más pronto posible al hospital, donde te atendieron urgentemente.

-Escuché que dijeron algo sobre una escama. De un dragón que se encontraba cerca del lugar donde me atacó ésta bestia... ¿Cómo era el dragón?

Mi padre se silenció por un momento

-Un dragón escarlata y negro.

Me paralicé al escuchar esa simple descripción. Sólo hubo un dragón lo suficientemente cerca para atenderme.

-Zerus.