But... Do We Want?

28. "-No sentí nada por ti"

Kendall POV
Tenía miedo, si, mucho miedo. Y no me vengan diciendo "Los hombres son machos pecho peludos que no lloran y que nunca tienen miedo".

Yo Kendall Black tenía miedo de que Fernanda, mi hermosa novia, me terminara. Aunque recientemente me había dicho que me quería, sabía que algo raro le estaba pasando. ¿Cómo? ... Ella es la hermosa chica que se ríe por cualquier bobada, en cambio hoy día, desde que fui a su casa a verla he notado que está muy distanciada. No es la misma de siempre y eso era lo que me temía.

—Buenas noches amor —La tome por la cintura haciendo que me mirara.

—Llámame cuando llegues a tu casa ¿Si? —Dijo dándome un pequeño beso en la comisura de mis labios

—Llámame cuando entres a tu casa

—Estoy exactamente a diez pasos de mi casa —Dijo riendo

—Aún así algo te puede pasar algo

—Estás muy cursi el día de hoy ¿No?

No, cursi no. Solo quería demostrarle lo mucho que la quería.

Oh, bien. Si estoy cursi.

—Te quiero nena. Y no solamente desnuda. Te quiero de todas las formas posibles

—No sé si mal-pensar eso o no —Dice sonriendo

—Arruinaste mi momento de cursilería —Dije dándole un beso en la mejilla

—Te quiero Kendall.

Solo eso necesitaba escuchar eso para acercarme aún más a ella y besarla hasta que se nos rompan los labios. Podría morir por quedar sin respiración durante los besos pero aun así me gustaría seguir besándola.

Fernanda sonrió en medio del beso lo que hizo que mi lengua chocará con sus dientes.

Me aleje y solté una estruendosa risa.

—Llámame ¿Si? —Dije dándole pequeños besos alrededor de su cara

—Tu eres el que me tiene que llamar —Puso sus ojos en blanco

—Vale, pero dame un beso

—¿Te vas a morir? —Dijo abriendo sus hermosos ojos grises

¿Me voy a morir?

—No, ¿Porqué?

—Estás demasiado cursi

—Siempre soy cursi contigo, solo que tú arruinas mis momentos románticos –Ella sonrió y acercó sus labios para unirlos con los míos.

—Tengo que entrar Kendall —Dijo entre medio de besos

—Anda entonces —Le sonreí

—No puedo, no me sueltas —Rió

¡Joder! ¡Amaba su risa!

—Bien nena, me llamas para contarme como te fue en la cena ¿Si? —Ella asintió y le di un último beso

Era increíble ver como nuestros labios encajaban a la perfección.

Solté la pequeña cintura de mi novia y la vi llegar hasta la puerta de su casa, ella se dio media vuelta y me lanzó un beso. Abrió la puerta de su casa y desapareció de mi vista.

Subí a mi moto y me alejé de la casa de Fer. Llegue hasta la casa de mis padres y me baje de la moto para poder entrar.

—Hijo, que bueno que llegas —Dijo mi madre abrazándome —¿Cenaste?

Negué con la cabeza y le di un beso en la mejilla a mi madre.