34. Todo se derrumba

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Fer POV

Destrozada, rota, sin corazón, destruida. La lista es larga, así me siento. Como es posible que te puedan dañar tanto el corazón, como es posible que una persona pueda tener el poder de controlar tus estados de ánimo. ¿Cómo? A pesar de que ya haya pasado una semana, el dolor no se va.

He ido todos los días al instituto, pero Kendall no asiste. Es como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Y llámenme masoquista, pero prefiero verlo de lejos aunque me haya destrozado, a no verlo. Mis amigos han estado siendo un pilar fundamental en mi vida, y que decir de mis padres, ellos han estado cada segundo del día cuando siento que no vale la pena seguir.

En mi embarazo... Bueno, los típicos vómitos y ganas de dormir todo el día. Me desmayé antes de ayer, yo digo que es algo normal ya que no he estado comiendo bien, no me dan ganas de comer, pero según mis padres algo no está bien ahí. Este viernes iré al medico a ver cómo está el bebé. Me gustaría ir con Kendall, que el sepa todo lo que está pasando pero él no quiere que sea así. ¿Es que acaso no le había dicho a Rochi que se arrepentía? Veo que no es cierto, si se arrepintiera tanto como decía, él estaría aquí, dándome la mano mientras entro de nuevo al instituto, o llevándome en su moto, para no ir en mi auto. Pero no, él no está aquí. Y no lo estará, su orgullo después de todo siempre gana la pelea.

Acababa de llegar a las puertas del instituto, me encontré con la gran sonrisa plasmada en el rostro de Lauren, la ignore y seguí caminando, pero ella rápidamente corrió y me tomó del brazo.

—Veo que gané —Dijo sonriendo.

Pásenme un bate, yo la mato.

—Al parecer no te quería tanto como decía ¿Cierto? El solo quería un hijo conmigo ¿Te digo porque? —Yo solo la mire y voltee los ojos — por que a mí me amó, lo que pasó contigo solo fue una simple calentura, encontró caliente estar con la hermana de su mejor amigo, después de todo a los hombres les gusta lo prohibido ¿No? Tú solo fuiste un par de piernas abiertas, el solo buscaba sexo contigo. Y veo que le diste lo que querías, porque al segundo que lo consiguió te dejo. El no te quiere, entiéndelo, él me quiere a mí. Y siempre me va a querer, eso métetelo bien en tu cabeza de niñata. —La empujo pero ella me vuelve a agarrar del brazo —Ahora dime algo, ¿Los rumores son ciertos?

—¿De qué hablas? —Pregunte soltándome de su brazo

—De que él se fue porque se enteró de tu embarazo —Mi cara se transformó radicalmente, solo quería romperle la puta cara. Quizás Kendall me contagió su agresividad. —Al parecer si, princesita.

—Basta, yo ya no estoy con el. El está libre, ¿Porque no corres hacia él y le das el polvo que tanto quieres? —Digo ya cansada y harta de todo esto.

—Creo que gane ¿Cierto? A ver... ¿Cuánto tiempo le das en que el venga hacia mi? ¿Uno o dos días? ¿Te cuento algo que te romperá aún más de lo que ya estás? —Niego con la cabeza dispuesto a irme —Yo. Nunca. Estuve. Embarazada. —Dice y ríe como una desquiciada

¿Qué?
Ella nunca estuvo embarazada y le había dejado un trauma de por vida a Kendall. Hija de la fruta.

—¿Co-Como? —Le pregunto

—Se llama fingir, princesita, quizás debas intentarlo un día de estos, te explicaré todo esto si quieres. Te espero fuera de clases en la cafetería de la esquina. No faltes, princesita que tengo muchas cosas que contarte.

«La detesto»

Camine rápidamente hacia mi sala de clases y me fijé en el puesto donde Kendall se situaba siempre, como todos los días de esta semana el asiento estaba vacío. Mi celular vibro en el bolsillo de mi pantalón. Lo saque del bolsillo y mire la pantalla. Era un mensaje, pero no cualquier mensaje, era un mensaje de él, de Kendall.

But... Do We Want?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora