But... Do We Want?

38. Manos a la obra

Holaaaa yo sé que me han extrañado ;) y lo siento:( pero tanaaaan les traje un capítulo ;)

Kendall POV

No sabría explicarles cómo me sentía, estaba furioso por un lado y sentía que me faltaba algo, era obvio que me faltaba, me falta Fer. La necesitaba, es como si me quitaran lo más importante de mi vida.

Conduje a máxima velocidad, esperando llegar rápido a mi destino. Un par de autos me tocaron la bocina por el hecho de que me cruzaba en su camino o por saltarme un par de semáforos en rojo.

Cuando llegue, salude al portero, registre mi visita en el libro y subí por las escaleras ya que el ascensor estaba en el piso trece y necesitaba llegar lo más pronto posible. Llegue al piso agitado, pero aún así guarde mi compostura y toque el timbre, unos tacones resonaron por el lugar, supe de inmediato quien era, era la chica que había arruinado mi relación, era la chica por la que estuve colado dos años, era la chica que me había mentido, era la razón por la que quiero olvidar el pasado.

—Te esperaba llegar más temprano —Dijo sonriendo, llevaba un vestido rojo pegado a su silueta, antes de conocer a Fer esto me hubiera calentado como no tienen idea, pero ahora solo me causaba repulsión. —Pasa, querido —Dijo abriendo más la puerta para que pudiera entrar a su departamento.

Me senté en uno de los sillones, en el mismo sillón en el que me había contado la verdad, en el mismo que me había dicho que nunca estuve a punto de ser padre. Ella se sentó al frente mío, cruzó su pierna encima de la otra, haciendo que se le subiera el vestido y se le pudieran ver sus bragas negras.

—Al grano Lauren, ¿Porqué le dijiste a Fernanda que nunca estuviste embarazada? —Ella me miró sonriente, como si supiera que venía por eso. Es más, ella sabía que yo venía por eso. —¿Querías que ella termine conmigo definitivamente, cierto? Pues felicidades, lo lograste Lauren. —Dije levantándome del sillón y caminando hacia la puerta

—No me eches toda la culpa a mi, querido. Porque ambos sabemos que ella terminó contigo por obra tuya, no por obra mía. Después de todo ella igual se hubiera enterado, yo solo adelante el proceso, deberías agradecérmelo. —Me di la vuelta y ella seguía en la misma posición, solo que esta vez me miraba atenta, como si estuviera analizándome.

—¿Agradecértelo? ¿Me estás jodiendo, cierto? Eso era algo que tú nunca debiste haberle mencionado, eso era problema mío, no tuyo. Si es que en algún momento Fer se enteraba de que nunca tuvimos un hijo juntos, era por mi, porque yo sé lo diría, no tú. —Mi voz sonaba como desesperado, y era exactamente así como me sentía.

Pero más que todo sentía miedo, sentía miedo de que Fer ya no volviera conmigo, que ya no pueda tomar su mano mientras caminábamos, de besar su mejilla cuando se enojaba, de sentir su aroma cada vez que la abrazaba, de ver su cabello despeinado cada vez que despertaba, de sus mejillas rosadas cuando le decía algo coqueto frente a nuestros amigos. De no estar con ella.

—¿Enserio se lo dirías tú? Porque a mi parecer nunca se lo ibas a decir —Se levantó del sillón y empezó a caminar hacia mi —Pero te seré sincera —Puso su mano sobre mi hombro y empezó a trazar una linea invisible desde mi hombro hasta la cremallera de mis pantalones. —Se lo dije porque me di cuenta que te quiero solo para mí, llámame egoísta o como quieras, pero dentro de ti sabes que me perteneces. Esa muñequita mimada no sabe todo lo que yo significo para ti, ella no sabe que te mueres por mí —Dijo mientras su labios rozaban los míos. Esto me estaba descolocándolo, pero luego una imagen de una chica con cabello despeinado, una sonrisa natural llena de alegría y sus ojos grises que te podían llevar al mismísimo cielo apareció en mi cabeza.