Tuya [N.H.]

2. Reencuentro

La adrenalina paseando por todo mi cuerpo mientras camino hacia donde espera mamá, cerca de la puerta de abordaje, es inmensa. Jamie tensa los labios y calla. Mantiene el ceño fruncido hasta que llegamos con mamá.

—¿Ya está? —pregunta. Luego mira hacia el mocoso. —¿Qué pasó? —dice. Lo miro también con curiosidad. Está enfadado al parecer.

—Chloe besó al tonto ese —abro los ojos ante su insulto y me río. Mamá alza las cejas. Parece que Jamie era un niño celoso.

—¿Te besó? —pregunta. La alegría cruzando sus ojos. Hago un mohín.

—No exactamente —digo con cuidado. Frunce el ceño.

—Bueno, Jamie, ¿qué hay con eso? Ese chico quiere mucho a Clo —dice. Me sonrojo de inmediato ante sus palabras.

—Pero es mi hermana, no quiero que la bese —Jamie hace puchero. Mamá me mira mal.

—Oye, no importa quien me bese, no puedo dejar de ser tu hermana —digo seriamente. Me mira curioso.

—Bebé, cuando las personas se quieren suelen besarse —dice mamá mientras le acaricia la mejilla. Él parece comprender más o menos, pero aún no se ve feliz.

—Mira —llamo, cuando me mira deposito un beso en su mejilla, luego lo veo hacer una mueca de asco y pasarse la mano por la zona.

—Ewww —alarga—. Tienes su baba, no me beses —lloriquea. Me río ruidosamente. Estoy a punto de replicar cuando la voz de los altavoces se alza.

"Pasajeros del vuelo número 3094 a Londres, Inglaterra, favor de abordar" y repite. Suspiro y miro hacia la entrada, luego a mamá.

—Adiós, pequeña, cuídate mucho ¿sí? —dice mamá. Me envuelve con sus brazos y me deja sentir su amor un minuto. Luego me vuelvo hacia el enano. Me agacho y lo abrazo, él me devuelve el abrazo tiernamente.

No se lo iba a decir, pero lo iba a extrañar.

—No beses chicos en Londres —dice con el ceño fruncido y un dedo en alto a modo de advertencia. Yo niego con la cabeza y me río.

Ya dentro del avión saco mi celular de mi bolso y veo los mensajes de los chicos.

"Dime que te besó" de Karen. Sonrío y tipeo lo mismo que le dije a mamá.

"No exactamente..."

Mike me envió otro mensaje: "Oye, si hipotéticamente hablando, me gustara Karen, ¿cómo podría conquistarla?" Abro los ojos de par en par. Eso no parecía una de sus bromas. Le envío un montón de letras aleatorias y emoticones de fiesta. Él me responde con signos de interrogación, luego tipea: "lo tendré en cuenta(?" Me río. Finalmente abro el chat de Joe, y está en línea, pero no me ha hablado.

Frunzo el ceño.

"Hey" presiono enviar. Pasan un minutos y se desconecta. Luego nos piden apagar los aparatos electrónicos.

Suspiro ante la pantalla oscura de mi celular y me maldigo interiormente.

Tal vez yo no le gustaba en realidad. Diablos. Luego recuerdo la cajita aterciopelada y busco desesperadamente en mi bolso. La encuentro bajo mi libreta. Mi corazón da saltos desesperados y entonces la abro. Dentro hay unos aretes de colgantes. Tienen unas botellitas de dos centímetro cada una. Saco uno y lo miro de cerca.

Dentro de la botellita hay un grano de arroz sumergido en un líquido azul. Tiene escrito mi nombre, sonrío a medias con un vacío incómodo en el estómago. Lo dejo en la cajita y suspiro. Siento mis ojos llenarse lágrimas.