Capítulo 8.

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El despertador sonó pasadas las 8 de la mañana. Abrió los ojos y se encontró en su habitación.

Se sentó de golpe en la cama, ¿cómo había llegado hasta ahí? No podía recordarlo. Lo último que recordaba era que llovía y luego se ¿"desmayó"?. Y ahora estaba en su habitación.

Se levantó pero notó algo extraño en ella. El color. "¿desde cuando mi cuarto es tan colorido?" pensó mientras se dirigía al baño. Se agachó a lavar su cara y al voltear al espejo se vió.

Tenía un corte diferente y se veía más cuidado que antes. No le quiso prestar mucha atención a eso. Se dirigió a su closet y al abrir se llevó una gran sorpresa.

Su ropa de colores brillantes que lo desconcertaron. Amarillo, azul, verde, gris, naranja hasta rosa. Instintivamente escogió algo y se dispuso a entrar a la ducha.

El agua caía y su cuerpo se relajó visiblemente. No recordaba nada de la noche anterior, sólo que había salido corriendo a la lluvia y el frío ¿acaso estaría loco? Se vistió dentro del baño y entonces escuchó un ruido en su habitación.

Salió y se llevó una gran sorpresa.

Sentada en su cama había una mujer. A sus ojos una hermosa mujer. Era occidental y se veía joven, tenía el cabello castaño, un cuerpo perfecto que parecía ser obra del mismo Dios y preciosos ojos de un color increíble que se veían tan calculadores, seguido de sus finos rasgos. Podía ser la mujer perfecta. Tenía puesto un vestido negro tan ceñido a su cuerpo que resaltaba todas sus curvas, con unos plataformas rojos y las uñas pintadas de ese mismo color. Rojo sangre.

Ella al verle le sonrió y él sólo pudo gritar.

-¡¿quién eres?!

-Vaya, hasta que te dignas a salir de ahí, estoy esperandote desde hace rato. Que malos modales tienes.

-T..tú...¿cómo hablas coreano a la perfección?-él estaba sorprendido.

-Chico, yo sé de todo.

-Pe..pero ¿quién diablos eres?

Ella soltó una risotada y lo miro seriamente, entonces se levantó y comenzó a caminar lentamente de un lado a otro.

-¿Quién soy? Buena pregunta, puedo ser tu mejor amiga, o tu peor pesadilla, puedo ser la mujer de tus sueños o sólo un dolor de muelas. Algunos me odian, otros me han llegado a amar. La gente me conoce por muchos nombres pero no eres digno de pronunciar ninguno de ellos. Así que para ti...mmm...-ella pensó- me llamo Ádara.

-¿Ádara?-reaccionó- ¡¿pero quién te ha dejado entrar a mi cuarto?! asih, de seguro fue N.

-Nadie sabe que estoy aquí TaekWoon.

-¿e...entonces?, ¡¿acaso eres ese tipo de fan loca?!

-Ya, deja de hablar ¿si?. Tu voz suena muy molesta- ella frotó sus sienes.

-¡Entonces contesta!, no entiendo nada ¿qué haces aquí? ¡¿eh?!

-Vine a ayudarte, eso pediste y aquí estoy yo-sonrió ampliamente.

-¿Ayuda? ¿para qué pediría ayuda yo a alguien como tú?

-Porque alguien como yo puede tener todas las respuestas a tus preguntas-contestó secamente.

¿Respuestas a sus preguntas? ¿qué preguntas?. Cuando iba a contestarle algo fue a su mente como un relámpago:

"¡¿Qué es lo que siento?! ¡Ni siquiera yo lo sé!, ¡por favor alguien! ¡ayudenme a entenderlo! ¡¿Qué de malo pasa conmigo?!"

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