Capítulo 4.

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N sé talló los ojos con sus manos y fue directo a la cocina, le tocaba hacer el desayuno a los chicos antes de continuar en el estudio pero al entrar se llevó una sorpresa.

-Leo, ¿qué haces?-le preguntó.

-sólo hago algo para ustedes hyung, no te preocupes- esbozó una sonrisa.

HakYeon se sorprendió, Leo nunca sonreía fuera de cámaras, ¿qué le estaría pasando?. TaekWoon hizo que se sentara y después aparecieron los demás miembros a ocupar su lugar.

-¿no harías el desayuno?-cuestionó WonSik.

-Ya, tengo hambreee-HongBin se frotó el estomago.

-Leo está en la cocina.

-Buenos días chicos-el alto apareció dejando el desayuno sobre la mesa.

-Hyung ¿no le tocaba a N?-preguntó Hyuk.

-Si, pero quise hacer algo bueno por él hoy ya que ha estado al mando de nosotros mucho tiempo-Leo volvió a sonreír.

-Leo, acabas de sonreír.-dijo N.

-¿Lo hice? No lo noté, coman bien-le paso la mano a Hyuk por el cabello.

Nadie dijo nada, se limitaron a sonreír y comer lo que TaekWoon había preparado. Al terminar salieron rumbo a la Jellyfish, ya en la camioneta Ken se sentó junto a Leo mientras él iba con sus auriculares viendo por la ventana.

-Hyung-dijo Ken suavemente y al ver que su compañero no le hacia caso se atrevió a tocar su brazo.

Leo volteo a verlo con desprecio y se quito el auricular de mala gana.

-¿Qué quieres?-le preguntó secamente.

-Gracias-contestó el bajo sonriendo.

-Nada de gracias, prometiste que no me molestarías más.

Al bajo se le borró la sonrisa de golpe, ¿por qué había hecho esa estúpida promesa si lo que más quería era estar con él?. Vió a Leo sumirse de nuevo en su mundo, ignorandolo por completo.

El resto del día Leo estuvo portandose gentil con los demás pero a Ken lo hizo a un lado, ya en el descanso TaekWoon fue a por comida con el manager mientras los chicos se quedaron en el estudio.

-Oigan ¿qué le ocurre a Leo hyung?-inquirió HongBin

-Tienes razón, ha estado muy "dulce" y atento desde la mañana-le secundó Ravi.

-No lo sé y es mejor no preguntar, quizá estropeamos su buen humor.

Luego de que el líder dijera eso decidieron zanjar el tema, era verdad, no querían que Leo se volviera a enojar y volviera a tratarlos mal, pero de que era raro su comportamiento, era muy raro. Al rato regresó con comida y continuaron con sus respectivas actividades.

Al regresar a casa todos estaban tan cansados que ninguno quiso cenar y se fueron directamente a sus camas. Leo se dió una ducha, se puso ropa cómoda y se recostó. Al instante se quedó dormido.

Eran las 2:30 a.m. cuando Ken entró al cuarto de Leo, ni siquiera supo que era Leo, lo único que pensaba era que estaba realmente asustado. Ver películas de terror en la noche hasta la madrugada era malo, le quedó bien clara la lección. De todos ellos únicamente N y Leo tenían camas grandes, los demás tenían camas para una sola persona, lo raro era que Leo sólo ocupaba la orilla del lado derecho, así que Ken se arrastró sobre la cama sin tocarlo para que no fuese a despertarse. Entonces cerró los ojos y cayó en brazos del rey del sueño.

Leo se levantó cuando sintió una respiración demasiado cerca de su nuca, le dió un poco de miedo porque jamás se había imaginado quien estaba a su lado. Se giró lentamente y le vió el rostro. Lee Jae Hwan, el insoportable, enano y narizón de Ken.
Por un momento quiso gritarle que se largara pero pensó que despertaría a los demás, así que salió sin moverse bruscamente, se paró en la puerta de su habitación y miró el frágil cuerpo de su compañero de grupo. Dormido Ken se giró y Leo pudo ver su cara. De pronto su corazón comenzó a latir con fuerza, lo observo detenidamente; Ken era realmente guapo desde su vista, se veía tan delicado, sus rasgos cuando dormía eran tan finitos, Leo se mordió el labio inconscientemente y sintió un calor extenderse bajo su piel.

Tocó su pecho y era como si hubiera corrido un maratón, así que salió apresuradamente y se recostó en el sofá ¿qué le pasaría a Jae Hwan que fue a meterse en su cama si nunca lo había hecho? ¿y por qué se sentía de aquella manera?. No quiso pensar mas y se puso a dormir...Ya luego hablaría con Ken, él le daría explicaciones...Luego.
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-Leo-ssi, despierta-N lo movió ligeramente.

Leo se levantó con un terrible dolor en el cuello, estaba realmente molesto, por culpa de Ken tenía malestares físicos pero se limitó a sonreír a N.

-¿acaso eres sonámbulo?

-Lo siento hyung, anoche vine a ver TV y creo que me quedé dormido aquí-mintió.

-Bueno, ve a ducharte mientras preparo el desayuno.

Leo le tomó la palabra y fue a su habitación, al entrar Ken seguía ahí, se veía cómodamente dormido que al otro se le encogió el corazón un segundo, acto seguido recordó el dolor en su cuello y parte de su espalda y la compasión se convirtió en malestar, estaba tan molesto que cogió una almohada y se la arrojó a su compañero en el rostro provocandole un buen susto.

-¿Has dormido bien princesa?-le cuestionó- fuera de mi cuarto.

-Hyung, lo siento, es que yo anoche estaba...

-No me interesa, solo lárgate Ken, no me obligues a sacarte a la fuerza.

El castaño se levantó de prisa y salió practicamente corriendo, si Leo no lo odiaba antes entonces ya lo haría después de que practicamente usurpó su cama. Se dió una ducha rápida, se vistió y salió al comedor con los otros chicos.

-¿No es encantador?

Escuchó a TaekWoon hablar alegremente con los otros, pero no le prestó atención a él al sentarse, Ken solo desayunó en silencio, sabía que sería otro día duro con Leo ignorandole de todas las formas existentes. Fue ahí cuando comenzó a arrepentirse de haber escrito aquella carta y de haberle prometido a Leo que no le molestaría cuando era obvio que el alto se estaba vengando de él, antes de eso cuando Leo le ignoraba, el castaño aún así estaba detrás de él; pero en ese momento con su mayor ignorandole si se atrevía a molestarle estaría rompiendo su promesa y fuera como fuera, en su familia le habían inculcado a jamás romper sus promesas. Por eso se odiaba, por decir estupideces sin pensarlo.

El resto del día Leo evadió a Ken lo más que pudo, y así pasaron los días, siempre le ignoraba, él más bajo ya no volvió a entrar en su habitación y si era posible esquivaba su mirada. Sólo le quedaba esperar, sólo esperar.
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Ya habían terminado de grabar la canción pero empezaron con el baile, ese día llegó exhausto, casi muerto, bailar le cansaba y más si era animosamente, así que en la noche salió a caminar como siempre.
Ya estaba más tranquilo pero le fastidiaba seguir comportandose como alguien tan amigable frente a sus compañeros, quería guardar las distancias con ellos como con Ken pero no podía echarse atrás.

Caminó unas tres calles arriba del piso y oyó un maullido, se quedó quieto un segundo y ya no hubo ruido alguno así que negó con la cabeza pensando que eran imaginaciones suyas, siguió con su camino y volvió a oírlo acto después algo revolvió la basura de un bote, se acerco a paso sigiloso y vió a un pequeño gato. Debía tener pocos meses, de un color negro que a Leo le hipnotizó.
Lo tomó en sus brazos y se hechó a correr ya que comenzaba llover. Entró a su piso y aprovechó que todos veían el televisor para entrar a su pieza, dejó al felino sobre la cama y salió a por un poco de leche.

Lo demás chicos ya se sospechaban, ya que no era la primera vez que Leo llevaba alguna mascota al piso, dos veces habían sido dos cachorros, un conejo, tres gatos y una tortuga, al final los dió en adopción ya que la empresa no lo permitía. Lo vieron entrar en la cocina y salir cuidadosamente.

-Leo hyung, deja de esconderlo, hasta acá escuché su maullido-rió Ravi.

-¿De qué hablas WonSik?

Leo estaba algo nervioso.

-TaekWoon-ie, la siguiente vez que metas algo avisanos, ya te hemos dicho que no nos enojaremos-le comentó HakYeon.

Leo sonrió nerviosamente y se encerró de nuevo en su cuarto. Se le hacía difícil tener pequeños animales ya que luego tenía que darlos en adopción, pero ese gato tenía algo especial, simplemente se negaría a dejarlo ir. Ya lo había decidido...

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