Capítulo 4 (Maratón 4/?)

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Estaba sentada mirándome al espejo, podía ver a Hallie ya maquillada por sobre mi hombro, ella estaba usando una bata celeste idéntica a la que yo estaba usando en este momento. Su cabello negro caía en ondas gráciles por su espalda y en este preciso instante está buscando su tijera.

Me había obligado a darme un baño y a lavar mi enmarañado cabello, debido a que no lo había cepillado en un tiempo Hallie se vio en la obligación de cortar ciertos nudos que se habían formado y es por eso que está buscando su tijera.

-¡Las encontré! – Se acercó a mí y agarró delicadamente mi cabello, el cual ya casi llegaba a la cintura – Lo siento, pero me será imposible mantener mucho el largo.

Me sonrió con compasión por el espejo y empezó a cortarlo. Mechones y mechones caían al suelo y no pude evitar pensar en la muerte y en como aquellos que alguna vez habían sido parte de una cabellera viva, ahora no eran más que desechos. Ojalá fuera así de fácil acabar con una vida, la verdad es que por más que intento terminar con la mía no logro conseguirlo.

El sonido de la tijera comienza a ser cada vez más lejano a medida que me sumerjo en los recuerdos…

“Estaba sosteniendo la hoja con mucha fuerza, tanto que mis dedos sangraban. Vi caer la lluvia roja en el agua caliente que llenaba la tina y vi como se disolvía. Me sumergí en la tina y mi vestido inmediatamente se pegó a mi piel, un súbito escalofrío me recorrió de los pies a la cabeza y rápidamente, antes de que pudiera arrepentirme, atravesé la hoja afilada de forma vertical en mi muñeca. El dolor llegó de forma repentina y metí mi brazo bajo el agua para calmar mi dolor, vi la sangre esparcirse lentamente pero no fui capaz de cortar el otro brazo y me quedé acurrucada llorando y pensando en qué diría mi mamá si me viera así. No fui capaz de seguir con eso al pensar en la cara decepcionada de mi madre, así que agarré una toalla, quité el tapón, curé mi muñeca y salí del baño”

Mi recuerdo fue interrumpido por Hallie hablándome.
-¡Listo!, espero que te guste, lo hice lo mejor que pude.

Contemplé mi reflejó y me sentí extraña, me veía diferente, Hallie había cortado mi cabello hasta mis omóplatos y lo había dejado en capas, la más corto encuadrando mi cara. Me veía incluso más rellena, más normal, más viva. 

No me gustó.

Mi apariencia anterior gal menos concordaba con cómo me estaba sintiendo, pero ahora me veía como cualquier otra persona, como si no estuviera sufriendo, ni luchando. Hallie me sonreía por el espejo y no pude evitar devolverle una sonrisa, no quería herirla, así que no comenté nada, pero tampoco le permití maquillarme. Solo la dejé prestarme alguna ropa y nada más, el corte de pelo era suficiente para sentirme ahogada y no quería tener un ataque de pánico con ella presente. 

Tan solo quería ir a esa fiesta, sentarme en la oscuridad y que Hallie se divirtiera. Quería estar en mi casa, en mi pieza, con mi madre mirándome, quería estar en paz: realmente eso es lo único que quiero.

Finalmente estuvimos listas para partir, el sol ya se había ocultado y corría una helada brisa que parecía meterse por debajo de tu piel. Hallie había llamado a un taxi y estábamos esperándolo en la puerta de su casa, yo me senté en el umbral con la falda cayendo por mis costados ([x]) y ella se apoyó en la puerta. Estaba usando leggins estampados y una blusa larga la cual estaba cubierta por un chaleco gigante ([x]), pensé que estaría más nerviosa por esta fiesta, pero a lo largo de la semana se había ido tranquilizando y ahora solo parecía querer que yo me divirtiera.

-No crees que sea una broma ¿cierto? – Me preguntó con preocupación en su voz.
-No lo creo – le respondí – Ese chico parecía estar interesado en ti.
Ella me miró y dijo:
-Realmente no quiere ir ¿verdad? – Ella se sentó a mi lado y juntó sus manos con las mías – Aun podemos quedarnos aquí ¿Lo sabes cierto?

Yo la miré y consideré la opción de irme a casa, pero luego pensé: Si voy a morir y a dejarla, al menos tengo que hacer las cosas bien.

-Sí quiero ir – forcé una sonrisa – Pasaremos un buen momento y si es mentira – La cara de Hallie se tensó un poco – Iremos a su casa ¿Sabes dónde viven no? – Ella asintió – Bien si es mentira, iremos a su casa y les tiraremos huevos - Hallie río y me abrazo con fuerza, sé que le estaba dando la falsa imagen de que estaba recuperándome, pero necesitaba que ella fuera a esta fiesta.

Durante todo el trayecto en taxi Hallie se dedicó a decirme quien era quien, me dijo que no podía llegar y no recordarlos, debido a que ya los había conocido. Yo tan solo asentí y memoricé sus nombres, Niall era con quien yo había chocado, Harry quien nos invito a la fiesta y Zayn el chico que siempre parecía molesto.

La fiesta era en un sector acomodado de la ciudad, en una de esas casas enormes de ricos, no sé quien vivía allí, pero cuando llegamos la fiesta parecía en pleno apogeo, le pagamos al taxista y nos acercamos a la casa. Tocar el timbre era ridículo ya que con el volumen de la música nunca escucharían, así que Hallie intentó abrir la puerta y para su sorpresa estaba abierta, nos introdujimos y quedé sorprendida ante la cantidad de gente que había en el salón. Muchos cuerpos apretujados bailando al son de la música, parecían estar perdidos en su propio mundo, ni siquiera un alma notó nuestra entrada.

Hallie tomó mi mano y me arrastró entre la gente, no supe a dónde íbamos pero lo más lógico era que ella estuviera buscando a quien nos invitó, o sea, a Harry. Llegamos a una zona donde la cantidad de personas disminuía considerablemente, era una cocina grandiosa: con muchos artefactos y muchísimo espacio. Con una punzada de dolor recordé lo mucho que a mi mamá le gustaba cocinar y en cómo ella habría amado tener una cocina como esa.

Una voz a nuestras espaldas me sacó de mi ensimismamiento, Hallie se volteó rápidamente y saludo al chico rubio, Niall.

-Espero que esté bien que hayamos venido – le dijo Hallie sonriendo de forma tímida – Harry dijo…
-¡Sí, está bien! – gritó Niall tratando de hacerse oír por sobre la música - ¡Estaba buscando algo de comer! – Agarró dos sándwiches de una bandeja - ¡Vengan, las llevaré a donde están los chicos! – dijo él sonriendo.
Hallie me miró, sonrió y tomó mi mano, pero yo negué con mi cabeza.

-¡Ve tú! Prefiero quedarme aquí – señalé a la multitud y agregué – Hay mucha gente allí afuera – Hallie asintió con preocupación y me dijo: 
-Volveré enseguida.

Desde el accidente evitaba estar con muchas personas, no solo porque no sabía que decir, sino también porque me recordaban a la multitud que rodeaba el auto y los brazos que me sujetaron e impidieron que sacara a mamá. Me estremecí con el recuerdo, aun podía oler el humo y ese olor a gasolina y a quemado.

Busqué un vaso para tomar agua, pero mi mirada se fijó en una botella con un líquido color marrón. Estiré mi brazo, la agarré y la abrí: el olor era muy fuerte. Nunca había sido buena para beber, pero aun así tomé un largo sorbo. El alcohol quemó mientras bajaba por mi garganta y me hizo sentir cálida, tomé otro sorbo y una idea comenzó a formarse en mi cabeza. 

Me levanté del taburete y caminé a la puerta de la cocina, me enfrenté a los muchos cuerpos sudorosos y me sumergí entre ellos, llevando conmigo una botella de olvido instantáneo.

Through The Dark {Zayn Malik}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora