Capitulo 8

3.8K 273 18
                                    

Te quedaste en la salida a esperar al dúo, viéndolos a los minutos después.

-¡Ahh! ¡___! –Trotando se acerca Hinata que lo sigue Kageyama con su tan típica expresión.

-No nos ayudaste a ordenar –El azabache mira en tu dirección mientras empiezas a caminar a un lado de Hinata.

-Yo acepte sus propuestas, ustedes asumen las consecuencias –Le respondes al más alto con desgano y luego bostezas. Este solo dirige la mirada hacia al lado bruscamente.

Tuviste una buena y agradable charla con el anaranjado. Hablaron de las cosas que les gustaban, además de que tenían muchas cosas en común.

-¡También me gustan mucho los bollos de carne! –Saltando de la sorpresa.

-Hablando de bollos de carne –Mientras se te cae la baba un poco, apuntando a una pequeña tienda. Se miraron entre si y empezaron a correr hasta la tienda, seguidos por Kageyama con pasos lentos, pero se notaba que igual tenía hambre.

-¡Tres bollos de carne por favor! –Le dice al vendedor, Hinata con brillos en los ojos. Tú solo esperas con impaciencia mientras el chico de ojos azules te observa de arriba abajo. "Parece un perro impaciente por su comida" soltando una pequeña carcajada que te llamó la atención.

-¿Eh? –Sorprendida por la reacción sorpresiva de este que miraba hacia un lado con la mano cubriéndole la boca.

-¡Aquí están! –Dice el anaranjado pasándote un bollo de carne con una sonrisa brillante. Le agradeces y comienzas a comer muy feliz.

Retomaron el paso en la posición anterior y seguiste tu agradable conversación con Hinata hasta que llegaron al punto en el que tenía que separarse.

-¡Nos vemos mañana! –Dice el alegre el peli naranja alzando la mano en signo de despedida. Le devolviste el saludo al igual que Kageyama.

El resto del camino fue muy silencioso hasta que divisaron las casas.

-Iré cuando termine de bañarme –Dice el azabache sin mirarte.

-Por mí no hay problema, debes traer los apuntes de inglés y matemáticas –También sin quitar tu vista del camino.

Cada uno entro a sus respectivas casas. Cuando colocaste la llave en la puerta sentiste unos pasos dentro. "No ahora por favor" repetías como el meme que habías visto en Facebook. Abriste la puerta encontrándote con tu madre sonriente y mirándote.

-¡Oh hija cuanto tiempo! –Decía en un tono sarcástico sabiendo que viven en la misma casa.

-Ah si lo que tú digas –Sacándote los zapatos, soltando un suspiro muy pesado preparándote mentalmente y repasando lo que le ibas a decir a tu madre- Madre, va a venir un compañe... -Siendo interrumpido por las burlas de tu madre.

-¡Ohh! ¡Me sorprende que ya hayas hecho amigos, el año pasado no tenías amigos, ¿cierto? Eras muy antipática –Decía mientras hacía sus raros gestos con las manos como niña de jardín infantil. Así era tu madre, todavía pegada a su infancia, inmadura, que no se puede tomar nada enserio.

-¡Madre! –Alzaste la voz para que dejará de chillar- ¡Va a venir a estudiar porque es muy idiota! –Te aturdiste un poco al decir esto último. "No, no, no, no, ¡¿qué mierda dije?!" te mordiste el labio desviaste la mirada y te encaminaste a tu habitación sin prestarle atención a lo que digiera. Cuando cerraste la puerta, entre que maldecías y quejabas, pensabas "Perfecto, el único día en el que realmente quería que me dejaran en paz tenía que estar aquí" "Espero que no le diga más estupideces que lo que normalmente dice". Te dispusiste en ir al baño lo más silenciosa posible para que no te escuchará dándote una ducha corta para volver a tu cuarto, pero no, a tú madre siempre le daban ciertos ataques de limpieza y tomaba justo la ropa que querías usar, dejándote con la que no utilizabas comúnmente, como ese pijama de pandas que, aunque te parecía tierno, no lo utilizabas mucho. Te auto-obligaste a colocártelo mientras arreglabas y veías la mejor forma de hacer entender la materia al azabache.

Entonces el momento decisivo llegó, escuchaste la puerta momentos después de asegurar todo. "Que no diga nada. Que por favor una vez en su vida actué como una persona adulta" refiriéndote a tu madre. Saliste de tu habitación mirando alrededor viendo que tu madre se dirigía hasta la puerta para abrirla, también te acercaste, aunque sabías que sería una mala idea.

-Oh, tú eres el amigo de mi hija, bienvenido –Decía tu madre mirando de reojo a Kageyama. "Hasta ahora vamos bien" pensaste alzando la mano neutral para saludar a este.

-Buenas noches señora –Respondió el pelinegro inclinándose levemente frente a tu madre.

-¿Van a estudiar?, que gusto que mi hija sea más amable de lo que pensaba –Mientras se sujetaba las mejillas como una estudiante avergonzaba mientras sonreía. "Y aquí empezamos de nuevo con sus indirectas. ¡Estoy aquí! ¡Oh Dios!"- ¿Y piensas ser su novio? ¿No? –"No... no... ¡Noooo!" piensas mientras diriges tu mirada furtiva hacia tu madre. Esas cosas ya no te afectaban, ni siquiera te sobresaltabas o te ponías histeria. Para después literalmente tirarla más hacia un lado y colocarte en el campo de visión del azabache.

-¡K-Kageyama! Que gusto que llegarás –Dices mientras tratas de sonreír, pero lo único que logras es una sonrisa tosca y sin ninguna intención ser realmente una sonrisa de bienvenida- Vamos a estudiar de inmediato, que el tiempo es oro –Arrastrándolo hasta tu cuarto- Madre si lo deseas puedes llevarnos algo de comer –Antes de cerrar la puerta tan fuerte, sin importar que estuviera Kageyama, con todas tus fuerzas de lo cabreada que estabas.

-E-Eh –Balbuceando te apunta un Kageyama muy aturdido. "No tus balbuceos de nuevo" pensaste por un momento llevando una mano a tu cabeza- ¿Estas bien? –Finalmente le salen las palabras.

-¿Bien? –En un tono sarcástico- ¿Bien? ¿Enserio? ¿Qué no viste eso? –Levantando los abrazos con desesperación por hacer entender la situación.

-Es tu madre ¿no? Las madres hacen eso –Levantando los hombros un poco incrédulo. Dándose cuenta, recién, que estaba en tu habitación, comenzando a darle pequeños recorridos a lo demás.

La habitación era de color celeste claro, constaba de una librería bastante alta de ocho repisas, una mueble que servía como mesa de noche pero que tenía cajones y es bastante grande, un closet que estaba cerrado y un escritorio que con una repisa con muchos cuadernos, una pequeña lámpara y portalápiz al cual no le cabían más lápices, aparte de la cama, claro. En la librería tenías bastantes libros de distintos géneros, muchos mangas también de diferentes géneros y muchas, pero muchas revistas de voleibol que encontrabas en los pequeños almacenes. Estás últimas llamaron la atención del azabache que lo hicieron acercarse instintivamente.

-¡Woo! ¡Genial! Este número no lo tengo –Apunto de tomar una de ellas hasta que de un salto le toma la mano con el ceño fruncido y una sonrisa macabra por la idea que se te había ocurrido en ese momento, él solo te miro con una ceja arriba.

-Vaya vaya, ¿Las quieres leer? ¿Eh? –Dándole un pequeño recorrido a su rostro que formaba una mueca más de asco para luego alejarse colocando una pose defensiva.

-No, bueno, pues si –Mirándote todavía con una mueca de asco alerta a todos tus movimientos. Te erguiste con las manos cruzadas en la espalda y te encaminaste hacia el pelinegro que de a poco se alejaba. Tomaste tu cuaderno de matemáticas y mientras lo señalabas con tu sonrisa macabra dijiste:

-Tres ejercicios, una revista.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

(T-T) Me costó mucho hacer este capítulo –Saliendo del mismo infierno.

¡¡GRACIAS POR LEER!! Esperen la siguiente~

[HQ] [Serie] [Kageyama❤Lectora] Amor Por Un IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora