El profesor

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El hombre era un poco más alto que ella, lo que le sorprendió mucho a Esmeralda he hizo que perdiera atención por él.
Iba con chaqueta, gorra y gafas de sol.
Su amiga la arrastró hasta la segunda fila, donde ella se moría de vergüenza, ya que nunca había bailado porque no le gustaba hacerlo.
A los pocos minutos, cuando todos estaban detro colocados empezó a sonar la música.
- Oye que bajito, ¿no?
+Jajaja si, por cierto se llama Óscar.
-Am... vale
+ Oye y no le mires el culo, que se da cuenta por el espejo y te lo dice.
- Eso es porque a ti ya te habrá llamado la atención mas de una vez eh, además no me parece que esté bueno.

Al decir esto, Esmeralda se giró y contempló como ese hombre se quitaba la chaqueta... Llevaba una camiseta de tirantes negra con el logo de zumba que dejaban al aire sus marcados y grandes músculos y daba forma a sus pectorales.
Esmeralda sintió que su respiración se agitaba mientras se decía, joder si que está bueno.
Óscar no parecía Español, era de fuera, de eso estaba segura.

Empezaron a bailar y la verdad es que no se le daba tan mal, cogía rápido los pasos y lo hacía bastante bien para no haber bailado nunca.

En una de las canciones ocurrió algo... Extraño, mágico, por calificarlo de alguna manera.
Esmeralda estaba concetrada en el baile cuando de pronto su profesor se giró y dejó de bailar. Toda la clase seguía bailando porque se sabían la coreografía. En ese momento se abrió como una especie de pasillo entre Óscar y Esmeralda y sus miradas se cruzaron. Él no dejaba de mirarla fijamente y ella se había puesto nerviosa y se estaba equivocado, a lo que él respondió con una sonrisa, una mordida de labio y la vuelta a hacer la coreografía.
Esmeralda se rió mucho durante toda la clase y en un momento recordó las palabras de su amiga "no le mires el culo". Las repetía en su cabeza, pero la tentación se hacía cada vez más grande. " Por una miradita rápida no pasará nada".

Y miró... Y le encantó lo que vio. El culo de su profesor era perfecto, redondo, marcado y resaltado por esos pantalones ajustados con dos cuerdecitas en cada gluteo que se movían con cada movimiento de él.

Lo miraba cada vez que podía, con disimulo.

La clade acababa, solo quedaba el estiramiento, y Óscar se puso enfrente de Esmeralda para estirar su hermoso culo, a lo que ella no se pudo resistir a mirar.
La clase acabó y salieron todos.
+¿Te ha gustado?
-Me ha encantado, seguro que vengo otro día
+Y su culo, ¿te ha gustado?
- Yo... Yo no se lo he mirado.
+¿En serio? Joder, que tonta eres tía, lo tiene perfecto.
-Jajaja que guarra eres, anda vamonos que estoy muy cansada.

Con una simple mirada se accionó algo en el interior de ella, algo de lo que ella no tenía conocimiento aún.

Volvió a casa... Se duchó, cenó y se fue a la cama, contenta, pero a la vez triste.

¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora