IV

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Al llegar al colegio me sentía algo extraña, pero bien. Vaya mañana. Una de mis compañeras me miró e incluso me detalló y me dijo que estaba extraña. Pfff nunca me habían visto después de tener sexo y ya. Las clases corrieron igual que siempre, pero siempre llegaba uno que otro recuerdo de lo sucedido en la mañana y sentía un cosquilleo en mi entrepierna.

En el descanso el fue a saludarme, también se le veía feliz -"¡Bien! ¡Le gustó!"- Pensé. Me preguntó que como estaba, y le comenté lo que había ocurrido al ir al baño y me preguntó algo asustado "¿Enserio eras virgen?" Me dio pena la pregunta pero le dije en voz burlona: "¡Obvio! ¿No me creías?" no sé si lo notó pero era obvio que decía que no lo era, pero aun así me sentía extraña por eso de la sangre... Desde ello incluso lo tengo como quien me ha quitado mi virginidad, así no haya sido él.

***

Al cabo de una semana nos volvimos a ver, y le dije que estaba planificando con pastillas, decidimos hacerlo sin protección, fue genial, pasé muy bien ese día, incluso me sentía más confiada... Tanto que tomé valor para explicarle como mover su lengua, y por Dios, ¿¡Qué hice!?. Ya, con sólo decirle, y ver mis gestos se volvió un adicto, y lo hace tan bien. Excelente podría decir.

Ya pasados ocho días hubo un tercer encuentro, igual que el anterior, a diferencia de un pequeño regalo, los halls negros. Fue una maravilla de oral más la canción de "Your love" entre mis piernas, lo mas cómico y sexy de mi vida, nunca lo voy a olvidar, nunca.

***

Cada vez eramos más unidos, pero no, nunca lo vi como algo más que una buena, muy buena excusa para madrugar y un amigo, obvio, por que habíamos cogido una confianza total.

Al cabo de unas semanas de nuestro ultimo encuentro, llegó semana santa y un nuevo método de planificar: La inyección. Estaba tranquila, hasta que llegó mi periodo, o... Él.

Estaba donde mi abuela. Y decidí entrar al baño y sobre mi toalla vi lo que jamás creí que llegaría a ver... Le cogí. Era una miniatura. Si mucho un centímetro y al lado lo que le completaba a lo que podría ser un feto. Quedé impresionada. ¿Qué iba a hacer? Me limpie y en el papel, junto con el agua se fue él. Salí del baño, me despedí y me fui a dormir. Nunca me había sentido tan mal en mi vida. Casi no duermo y estuve con ganas de llorar, pero no lo logré.

Al llegar a mi casa se lo dije a Julián por chat. Y para el fin de Sena de aquella semana mi padre me llevó a una marcha en contra del aborto. Veía cosas sobre ello por todos lados y mis lágrimas me pudieron, y la noche del sábado lloré.

En ese tiempo estuve muy alejada del mundo. Una de las compañeras estaba saliendo al descanso con alguien más y la otra se había retirado del colegio y comencé a salir con Mariana. Ella estuvo conmigo mientras estuve mal, pero ella no sabía por qué. Julián también me acompañaba en algunos descansos pero había estado algo distanciado, lo había notado, pero lo ignoraba, "al fin y al cabo somos amigos" me decía.

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