Una gran mentira.

La cabaña.

La alarma de mi móvil sonó una hora y media antes de dar las nueve de la mañana. Me levanté lentamente haciendo sonar todos los huesos de mi cuerpo, segundos después me encamine hacia el armario empotrado de mi cuarto y saqué una camiseta rosa con un dibujo de una súper heroína y unos leggins negros ajustados seguidos de mis botas negras militares con tacón. Entré en el pequeño cuarto de baño blanco y me quité el pijama para entrar en la ducha , seguido de mi aparato de noche, para pasar treinta minutos tranquila mientras pensaba en Jose. A las ocho menos diez salí del baño, fresca y vestida. Me sequé el pelo con la toalla y lo dejé echo un remolino, para después de comer poder peinarlo mientras me cepillaba los dientes. Antes de bajar a desayunar cogí el aparto de noche y lo metí en el bolso donde estaban mis cascos y mis llaves junto a mi móvil. Salí de mi cuarto y fuí a la cocina donde mi madre estaba haciendo su café y mi cola-cao.

-Buenos días mamá.-besé su mejilla y le sonreí. Ella me respondió alegre con otro buenos días y me dió la taza de cola-cao junto con una magdalena de chocolate con relleno de frambuesa.- Te lo tenías muy bien callado mamá.- ella rió ante mi comentario y se sentó al lado mía.- ¿y papá?

- Ya sabes, él no tiene horario para su trabajo así que se fué hace unas tres horas, pero me ha dicho que a la noche si puede te llama.- asentí

Mi madre y yo seguimos hablando de las notas, de las cuales estaba orgullosa y después se puso a lavar los platos que ella y papá utilizaron cuando llegaron de trabajar. A las nueve menos cuarto mi madre cogió su maleta marrón y sus llaves del coche y se fue a trabajar. Se despidió con un beso en la frente, me dió varios billetes y un "buen viaje, llámame cuando lleguéis, te quiero".

Subí las escaleras para recoger mi bolso y mi maleta para bajarla al salón. A las nueve en punto la bocina del coche de Jose sonó y yo salí de casa cerrando la puerta con doble llave para que después mi madre no me echara la murga de "no has cerrado la puerta bien, ¿y si nos hubieran robado?" Bajé los pocos escalones que había en mi entrada y Jose salió del coche para abrir el maletero y meter mi maleta.

- Buenos días, floja.-saludó Jose dándome un abrazo y un beso en la cabeza.- ¿como has dormido?.-preguntó interesado mientras encendía el motor del coche y lo hacía rugir..

- He dormido bien, contenta.- le sonreí ante mi respuesta.- ¿y tú, señor ronquidos?.

Quitó la mirada de la carretera y me miró con los ojos entrecerrados, sabía que no le gustaba que le dijera señor ronquidos pero me encantaba que se enfadara por ello. Después volvió a dirigir su mirada a la carretera y pude ver de reojo como sonreía un poco. Me reí ante su expresión.

- Pues, señorita babas, he dormido muy bien .-alargó el "muy" y le miré como él había echo anteriormente. Después me empecé a reír por que tenía razón, siempre que dormía en su pecho al día siguente había un pequeño charco con mis babas.

Nos pasamos como unos tres minutos riendo para después yo poner la radio y empezar a sonar "Best Song Ever de One Direction". Me pasé esos escasos tres minutos cantando a todo pulmón haciendo que los pocos coches que pasaban al lado nuestra nos miraran con cara rara. Jose empezó a reír ante el gallo que me había salido en la parte de Zayn cuando soltaba un pequeño chillido. Puse mi brazo en el respaldo de su asiento y acaricié su cuero cabelludo de su nuca y seguí cantando.

-Best song ever, it was best song ever, it was best song ever.-fuí acabando la canción bajando mi voz en cada frase. Jose puso su rodilla en el volante para mantenerlo firme y empezó a aplaudir y después las volvió a colocar encima del volante.- gracias, gracias.- volví a cariciar su nuca y volvímos a reír, me encantaba ir de viaje con este loco.