El tramo de la reja a la puerta de la casa era corto, a pesar de haberlo recorrido una cantidad considerable de veces a lo largo de su vida, incluso corriendo para no mojarse, tal como lo hacía en ese momento, sentía que algo era diferente, ¿el qué? Por más que le dio vueltas durante el resto de la tarde y parte de la noche, no fue capaz de discernir con claridad que aquello que era diferente, era él mismo, probablemente tardaría en descubrirlo.
Luego de cruzar el umbral de su casa, su madre lo reprendió por la tardanza en llegar y por ser tan aweonao' al olvidar su ropa mojada en casa de Óscar, Nicolás asentía a todo cuanto su progenitora le decía, dándole la razón sin prestar verdadera atención a sus palabras, se encontraba en un estado de ensimismamiento, recordando con lujo de detalle los sucesos ocurridos hacía unas cuantas horas, las cuales le parecían minutos, una vez terminado el regaño se encaminó a su pieza; a pesar de lo que esperaba, su día transcurrió con normalidad, grabando y webiando con los cabros, la normalidad era tal que por varios instantes creyó que todo lo que pasó el fin de semana fue una ilusión creada por su mente. Una ilusión bastante fleta....
Al día siguiente se despertó gracias al insistente sonido de la vibración de su teléfono celular contra la madera de su velador, a pesar de intentar ignorar aquel molesto sonido, no le quedó más remedio que interrumpir su estado de somnolencia medio consiente y tomar el teléfono para que parase de una buena vez, en cuanto abrió los ojos se incorporó lentamente, estiró la mano hasta aquel maldito aparato, lo tomó mientras miraba la parpadeante luz azul, dudando si revisar o no el mensaje que le había llegado, resignado lo desbloqueó, dispuesto a putear a la persona que cometió el sacrilegio de despertarlo a las ocho de la mañana.
Luego de leer sin procesar si quiera aquellas palabras que estaban ante sus ojos, aún con el celular en la mano, decidió volver a acostarse, suspirando gracias a la sensación placentera que invadió su cuerpo al sentir el calor que sus cobijas conservaban, un contraste sumamente agradable en comparación de lo gélido de aquella mañana, se acomodó en posición fetal, dispuesto a continuar su tan preciado descanso, lo logró durante un intervalo breve de segundos, hasta que sus neuronas hicieron sinapsis correctamente, indicándole el contenido del mensaje; se sentó en su cama de golpe, provocando un fuerte mareo en él, nublando su vista ligeramente, casi tanto como el exterior, parpadeó un par de veces hasta que pudo ver mejor, tomó su celular y releyó el mensaje, comprobando que su mente no le jugaba una broma.
Bestia:
¿Te tinca ir a desayunar conmigo? Desperté demasiado temprano y pensé que podríamos ir a comer algo por ahí y pasear un rato antes de que vaya a la pega, solo si querí, avísame para pasar por ti, eso.
(Recibido: 28/08 – 08:09 am)
Sintió perfectamente como el calor se iba acumulando de golpe en sus mejillas, provocando en él un sonrojo furioso, a la par que se le revolvía la guata de forma agradable, como si cientos mariposas de mariposas imaginarias revolotearan en su estómago; volvió a leer el mensaje un par de veces más, sonriendo cada vez más ampliamente, cuando notó que aquel texto no cambiaría en lo absoluto decidió contestar.
Ya po', pero tú pagas, ¿a qué hora te espero?
(Enviado: 28/08 – 08:20 am)
Miró expectante su teléfono mientras esperaba alguna respuesta por parte de Óscar, torturándose y reprochándose mentalmente diversas cosas: si tardó demasiado en contestar, si el mensaje fue muy corto o su respuesta demasiado cortante, ¿qué tal si el mensaje era una broma y él se lo tomó en serio? y, aún más importante, ¿por qué se preocupaba por esas weas justo ahora? Intentaba buscar alguna respuesta que le satisficiera, pero no la encontraba, entre más vueltas le daba menos entendía nada, afortunadamente para él, sus pensamientos weones fueron cortados de golpe gracias a la respuesta de Óscar.
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Lluvia - Beiko (Jaidefinichon - Goth)
RomanceAl final de aquella noche lluviosa de finales de Agosto, dos jóvenes que no esperaban nada el uno del otro, se darán cuenta, de una manera que jamás hubieran imaginado, que algo floreció entre ellos. La pregunta no sólo es ¿desde cuándo existía ese...