Agosto 26
Aquel sábado en la noche era la típica y tan esperada reunión con los cabros en la casa del Nico; habían planificado el verse por alrededor de dos meses y medio, Óscar, mejor conocido por sus amigos como "Bestia Negra" no pudo evitar pensar en lo mucho que las cosas habían cambiado desde que salieron de la U, aquello podía notarse a leguas, se veía claramente, desde lo difícil que era en coincidir en cuanto a sus horarios (ya fuera por las grabaciones para el canal o por la pega) hasta la ausencia de unos y la llegada de otros.
Agradecía infinitamente no tener pega ese día y que su viejo no ocupara el auto; el frío de la noche comenzaba hacer acto de presencia, sería una paja caminar y tener que tomar el transporte público para poder llegar a su destino. Aprovechando el alto miró al cielo, intentando no pensar en que alguien debería estar sentado a su lado, haciendo el camino más corto entre risas y comentarios weones, las ya de por si escasas estrellas que se podían ver en las calles de Santiago estaban cubiertas por unas nubes grises; no pensó que en serio llovería, cuando daban el clima en la tele se solían equivocar.
Continúo manejando, sin siquiera poner música para mitigar aquel silencio que lo rodeaba, al ir sumido en sus pensamientos, en pocos minutos estuvo frente a la reja de aquella casa de color blanco, esa a la que había ido con bastante frecuencia en sus días como universitario; una vez que estuvo dentro de la casa, se encaminó junto al dueño de la casa al patio.
-Puta la weá, weón -se quejó el Nico de pronto- están dejando la cagá los cuilaos.
Apresuraron el paso, a pesar de que el Holy era bastante menudo (en comparación a su propio cuerpo) su espalda no le permitió ver al recién llegado qué había pasado.
- ¿Cuál fue el conchetumadre que rompió la maceta? -dijo el dueño de la casa bastante molesto.
-Fue el Jaime -se defendió precipitadamente, en un notorio estado de ebriedad, el Edgar.
- ¡Fuiste vo' perro culiao!
- ¡Hijos e' la perra! Era la favorita de mi vieja, puta la weá...
-Ordinario culiao....
Dejó de prestar atención a la "pelea" en otra ocasión aquello le hubiese dado risa, sin embargo, esa noche se encontraba un poco bajoneado; recorrió con la mirada el lugar, no pudo evitar pensar que el Yelo debería estar preparando el asado y que el Peshoh, su buen amigo Peshoh, debería estar con él, fumando un buen pito mientras hacían comentarios weones para aumentar la "pelea", tal como lo estaba haciendo en ese momento el Keke.
Eso sí, el que deseara que estuviesen ahí sus viejos amigos, aquellos con los cuales, muy a su pesar, había ido perdiendo paulatinamente el contacto, no implicaba que ya no le agradara ni disfrutara estar con el Nico, Edgar, Jaime, Keke y Naiko... ¿Y el Naiko?
¿Acaso él no había llegado último?
Pensó que a lo mejor aún no había llegado, hasta que lo vio, sentado al fondo del patio, con los brazos cruzados y la mirada enhiesta, sin emitir palabra alguna, algo que le pareció bastante extraño. Lo miró fijamente sin saber si acercarse o no al chico, desde que lo conoció, Naiko se había ganado un espacio frecuente en sus pensamientos, poniéndolo nervioso... Antes de siquiera decidirse, el Nico comenzó a hablar.
-Naiko -lo llamó Holy.
- ¿Qué querí weón? -su tono de voz denotaba su enfado.
- Ya po' si fue broma nomás, tu sabí que son puras bromas weón.
-Es tu culpa Naiko, ¿pa' que decí tantas weás? -intervino Jaime- sabí que son bromas, BROMAS.
-... -el susodicho no emitió palabra alguna. Colocó su cabeza sobre su mano, dirigiendo la mirada al suelo. Estaba chato.
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Lluvia - Beiko (Jaidefinichon - Goth)
RomanceAl final de aquella noche lluviosa de finales de Agosto, dos jóvenes que no esperaban nada el uno del otro, se darán cuenta, de una manera que jamás hubieran imaginado, que algo floreció entre ellos. La pregunta no sólo es ¿desde cuándo existía ese...